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O.J. Simpson, el primer ‘reality’

La persecución hace 20 años por una autopista de Los Ángeles del exhéroe del fútbol americano O.J. Simpson, entonces acusado de doble asesinato, cautivó a millones de telespectadores y terminó convirtiéndose en el primer “reality show” de Estados Unidos. 

La Policía anunció el 17 de junio de 1994 que Simpson había desaparecido tras ser declarado el principal sospechoso de la muerte de su exesposa Nicole Brown y de Ronald Goldman, un amigo de ella, cuyos cadáveres habían sido descubiertos cuatro días antes.

Horas más tarde fue localizado viajando por una autopista interestatal en dirección a Los Ángeles en un Bronco blanco conducido por su amigo Al Cowlings. El exdeportista, que entonces contaba con 46 años, llevaba una pistola y las autoridades temían un desenlace fatal.

La persecución fue retransmitida en directo por las televisiones de todo el país —varias hasta cortaron la emisión del quinto partido de la final de la NBA—, logrando una audiencia de 95 millones de personas, según la prensa estadounidense, la transmisión más mediática de todos los tiempos.

“Hay algunos momentos en la cultura estadounidense que han transformado la forma que tenemos de ver el mundo, y creo que esa persecución fue sin duda uno de esos momentos”, asegura a la AFP el abogado Marcellus McRae, experto en el caso. “Fue surrealista, fue un ‘reality show’”, afirma.

La gente, profundamente impactada por los crímenes, quedó hipnotizada porque “no era Hollywood, se trataba de la vida real y de alguien conocido” por cualquier ciudadano “sin importar su clase social o su raza”, apunta.

Las imágenes mostraron a decenas de coches de policía persiguiendo a baja velocidad al Bronco blanco y a miles de curiosos agolpados en las inmediaciones de la autopista para ver pasar a la procesión. La persecución tenía todos los requisitos necesarios para triunfar en la televisión, cuenta a la AFP el periodista Jim Newton, que cubrió la batida para el diario Los Ángeles Times.