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Friday 29 Mar 2024 | Actualizado a 06:26 AM

Curar heridas ‘Post tenebras lux’

/ 22 de junio de 2014 / 04:00

Carlos Reygadas puede inscribir su nombre entre los latinoamericanos que más se arriesgan a un posible cine de ensayo, o lo que se denomina cine arte, como lo demostraba con su anterior producción, Luz silenciosa (2007). Su más reciente película, Post tenebras lux, es un largometraje dramático que procura contar una historia de continua desazón, en la que se hace foco sobre una familia que parece estar exiliada mientras vive en una casa de hacienda en el campo mexicano con aparentemente muchas de las comodidades del día a día urbano.

Esta cinta juega con la plasticidad de los escenarios y los altera en su forma a través de algunas técnicas visuales que mantienen cierta tensión en el espectador en los márgenes de las escenas más intensas. Esto parece un pretexto para la contemplación de situaciones que en su desarrollo aportan en dimensiones paralelas a la narración formal y que se complican en tanto el director busca contar algo que se cuenta solo. Sin embargo, estos aportes a la historia proclaman diversidad de sentidos y múltiples situaciones que dialogan entre pasado y presente, permitiendo perfilar un cierto futuro que siempre es desconocido.

Subyace en la trama una necesidad de curar heridas, de rehabilitarse en un mundo complejo, la alusión a los veterinarios, a la falta de médicos ante la emergencia, o a la asistencia a un grupo de terapia para dejar algunas adicciones, es la constatación de que muchas cosas están ya alteradas en la vida de los personajes.

Con mucha cámara en mano se resuelve que la puesta en escena de un tiempo cualquiera de la vida de los seres humanos puede implicar una reflexión tan profunda a la que quizás no muchos se animan siquiera a ingresar.

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Curar heridas ‘Post tenebras lux’

/ 22 de junio de 2014 / 04:00

Carlos Reygadas puede inscribir su nombre entre los latinoamericanos que más se arriesgan a un posible cine de ensayo, o lo que se denomina cine arte, como lo demostraba con su anterior producción, Luz silenciosa (2007). Su más reciente película, Post tenebras lux, es un largometraje dramático que procura contar una historia de continua desazón, en la que se hace foco sobre una familia que parece estar exiliada mientras vive en una casa de hacienda en el campo mexicano con aparentemente muchas de las comodidades del día a día urbano.

Esta cinta juega con la plasticidad de los escenarios y los altera en su forma a través de algunas técnicas visuales que mantienen cierta tensión en el espectador en los márgenes de las escenas más intensas. Esto parece un pretexto para la contemplación de situaciones que en su desarrollo aportan en dimensiones paralelas a la narración formal y que se complican en tanto el director busca contar algo que se cuenta solo. Sin embargo, estos aportes a la historia proclaman diversidad de sentidos y múltiples situaciones que dialogan entre pasado y presente, permitiendo perfilar un cierto futuro que siempre es desconocido.

Subyace en la trama una necesidad de curar heridas, de rehabilitarse en un mundo complejo, la alusión a los veterinarios, a la falta de médicos ante la emergencia, o a la asistencia a un grupo de terapia para dejar algunas adicciones, es la constatación de que muchas cosas están ya alteradas en la vida de los personajes.

Con mucha cámara en mano se resuelve que la puesta en escena de un tiempo cualquiera de la vida de los seres humanos puede implicar una reflexión tan profunda a la que quizás no muchos se animan siquiera a ingresar.

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