6 de julio: La fatalidad de las rubias de Hitchcock
En una ocasión, Hitchcock confesó: “Siempre he creído en el consejo del dramaturgo Victorien Sardou. Él decía: ‘Hay que torturar a las mujeres’. El problema hoy en día es que no las torturamos lo suficiente”.
En una ocasión, Hitchcock confesó: “Siempre he creído en el consejo del dramaturgo Victorien Sardou. Él decía: ‘Hay que torturar a las mujeres’. El problema hoy en día es que no las torturamos lo suficiente”. Al parecer, llevar a cabo este consejo fue una de las directrices de su oficio como realizador y, específicamente, como director de sus inolvidables rubias heroínas. Son muchas las historias que alimentan la fama del cineasta como un obsesivo manipulador de las emociones de sus leading ladies, todas rubias que —a fuerza de tormentos, malos tratos y otros vejámenes— fijaron su rostro y blonda cabellera en la retina de espectadores de más de siete décadas.
El camino del torturador, sin embargo, se muestra también tortuoso, lleno de fatalidad. Ésta es la que marca la fecha del 6 de julio como signo de un inicio —que oculta tras sí a muchos otros— y de un final —una sentencia, un abandono. Ese día en 1927 nació Janet Leigh, rubia californiana que interpretó a Marion Crane en Psycho (1968), una de las más icónicas cintas del maestro del suspenso. El mismo día, pero 75 años después, en 1982, Alma Reville, Ms. Hitchcock, murió.
Alfred se quedaba solo después de casi 60 años de matrimonio.
Especialmente durante las últimas décadas, la relación de Hitchcock con las actrices rubias que escogía para sus films y con su esposa Alma ha sido analizada nuevamente, con un lente más crítico, menos complaciente con el genio. En Hitchcock, biopic de 2012 protagonizado por Anthony Hopkins, vamos detrás de las cámaras de Psycho: no solo nos enteramos de que Hitch filmó 78 veces la famosa escena de la ducha, sino del sigiloso papel de Alma Hitchcock, colaboradora principal de todas las realizaciones de su esposo. A esta cinta, hay que sumar otra, mejor pero más lateral, en la que las indulgencias con la trinidad maestro-esposa-actriz rubia son menos: The girl, sobre la filmación de The birds y Marnie, y el tormentoso triángulo de chantajes acosador-vigilante-acosada.
Pistas
Otro director
Se dice que otro fue el director de la escena de la ducha en Psycho. Saul Bass fue contratado para el storyboard, realizó 48 bocetos que coinciden con cada plano de la escena. Bass cuenta que Hitchcock le ordenó alistar la escena de acuerdo con el storyboard y, cuando llegó el momento de iniciar la filmación, le dijo que la rodara. Luego el director dijo que Bass solo filmó una de las 78 tomas y que no se usó en el montaje final. Nunca sabremos la verdad, pero eso sí: Alma sugirió que se utilizara música en la escena.
Malo, muy malo
“No puede estar en reposo una semana. No tenemos a nadie más con quién filmar”, le dijo Hitchcock al doctor que cuidó a Tippi Hedren tras la grabación de la escena del ataque de pájaros en el ático, en The birds. La actriz pensaba que los pájaros eran mecánicos, pero al llegar al set comprobó lo contrario. La escena se filmó durante una semana y el director usó la última toma grabada. Al corte, Hedren lloró histérica y se desvaneció.
No embarazadas
Hitchcock pensó en Vera Miles para el papel de Madeleine Elster/Judy Barton, en Vértigo (1958). La actriz se embarazó, Hitchcock se enfureció con la noticia y sustituyó a Miles por Kim Novak. Dos años después, la eligió para el papel de la hermana de Mario Crane en Psycho. Miles pensó que Hitch la castigaba con este papel por haberse embarazado vistiéndola en escena con un bata ancha y nada sensual. La bata era de Edith Head, las más famosa diseñadora de vestuario de Hollywood de esos años.