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Cuando el cine dejó de ser silente, se priorizó la contratación de cantantes para así aprovechar la fonogenia antes que la fotogenia, es decir, había que explotar las voces conocidas, ya que los rostros no lo eran tanto. Con esta intención se pretendía que la gente asista de manera masiva a las salas para conocer la humanidad de estas voces. Con el pasar del tiempo, el espectáculo cinematográfico encontró en la imagen su verdadera vocación y este fenómeno dio paso a la formación de un starsystem que complacía visualmente al espectador, sin que esto vaya en desmedro de las habilidades actorales de cada uno de los protagonistas de los filmes.

No es una novedad que con el desarrollo del cine se haya retornado a la premisa de devolver las voces al cine. En esta línea, el salto de grupos musicales o de solistas a la pantalla grande ha brindado la posibilidad de disfrutar de la música y las voces en producciones cinematográficas.

El verano siguiente, la película del director Gabriel Nicoli sobre la banda uruguaya No Te Va Gustar (NTVG), es una pieza documental de un alto valor narrativo que si bien no se divorcia de la clásica forma de hacer registro sobre un concierto y/o gira, se acerca más a la cotidianidad y al conflicto interno del grupo.

El azar le brinda a este registro sobre la grabación del disco El calor del propio invierno una peculiaridad que hace de este documental algo más que una simple cinta, y es que la muerte de uno de los integrantes de NTVG genera un cataclismo interno que provoca en los protagonismos diferentes reflexiones sobre la vida misma. Esta mirada íntima que logra el director hace que no sean necesarios mayores artificios, y si bien lo importante en el filme es la música, esto no se convierte en el leitmotiv de la trama.