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The badsongs destilan rock en ‘Just Set It Free’

Casi dos años pasaron después de las primeras sesiones que derivaron en el recientemente publicado álbum debut de The Badsongs titulado Just Set It Free. El power trío compuesto por Álex Zapata (guitarra), Pablo Alanes (bajo) y Ricardo Massi (batería) se dio a conocer con el sencillo y correspondiente videoclip Melody to Remedy (2013), acusando una fuerte influencia del sonido de la década de los 90, impresión inicial que se confirma inundando todos los resquicios de estas ocho canciones.

Mas allá de plantearse como una colección de temas nostálgicos anclados en la estética que marcó la música dos décadas atrás, Just Set It Free presenta a tres músicos solventes que fueron descargando, en este disco, todas aquellas razones por las que todavía continúan envueltos en la música. Los contrastes saltan al oído y configuran las capas del sonido de The Badsongs: un bajo preciso y siempre presente, y una batería que conduce dinámica sin abundar en recursos innecesarios, acompañan a todas las melodías que en esta ocasión surgen desde una sólida guitarra que administra correctamente los recursos, tanto de género como de cosecha propia. La voz se escucha cómoda en su registro y apropiada en cada pasaje.

El sencillo abre con una actitud confidente de la mano de Contagious, una canción que en los primeros 20 segundos entrega sin complicaciones la carta de presentación y discurso sonoro de todo el disco; Spiritual Pollution maneja una tensión roquera muy interesante: melodía simple y mucha dinámica en un color diferente gracias a las percusiones; Hot Asphalt echa mano de recursos atribuibles a bandas como STP e incluso Nirvana, que a su vez derivan sus secretos de Led Zeppelin y Sabbath, una manera de decir que en el rock and roll todo ya fue inventado y no se necesita mayor complicación; Go Back presenta el primer corte dinámico en la continuidad del disco, un tema mid tempo de una factura insuperable en términos melódicos y estructurales, recomendable.

Mistakes baja aún más el tempo para recibirnos en una cómoda canción que bordea el down tempo en una atmósfera en la que los teclados se encargan de redondear una melodía creciente conducida por la voz.

Falling, actual promocional, devuelve la intensidad inicial a través del uso de la alternancia verso suave/coro duro, mas allá del formulismo, interesa el resultado que en esta ocasión es satisfactorio; le sigue Melody to Remedy, el sencillo de presentación que no desentona y añeja con bastante cuerpo. El disco cierra con I Want, una canción de sonido crudo, bordeando el lo-fi que viene a completar esta especie de catálogo de vertientes, sonidos y posibilidades del rock que ofrece The Badsongs, por su crudeza, una favorita inmediata.

De esta manera, The Badsongs irrumpe formalmente en la escena nacional buscando un espacio en el gusto de los escasos rockeros. Se trata de un disco que no defraudará a quienes siguen el género por su simpleza, por su propuesta directa y por la ausencia de complicaciones y pases innecesarios. Es rock: se siente, no se calcula.