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Fher, de Maná: Mucha gente me dijo que me iban a matar por hablar de Iguala

El tema "Mi verdad" condena el dramático asesinato de los 43 estudiantes de Iguala, en su país.

/ 20 de abril de 2015 / 14:51

Maná carga contra «las mentiras de los medios de comunicación, las redes y los dictadores de Latinoamérica» en «Mi verdad», single de su nuevo álbum en el que aflora su faceta más comprometida, la misma que exhibieron cuando condenaron el dramático asesinato de los 43 estudiantes de Iguala, en su país.

En un vídeo publicado en la cuenta oficial del grupo en Twitter, el cantante Fher Olvera declaró el pasado octubre, antes de conocerse el presunto papel que habían jugado el exalcalde de la ciudad y su mujer, que se trataba de «una tragedia que nos atañe a todos, al mundo entero, porque es un crimen contra la humanidad, una desaparición forzada».

«Por decir aquello, mucha gente me dijo que me iban a matar, a lo que yo respondí: ‘¡Pero si ya no matan!’. En México siguen robando, pero quizás no lo tienen tan fácil, porque se denuncia. Los periodistas ya no tienen miedo. Los corren, pero tienen más valor porque ya no se atreven a matarlos», ha opinado Olvera para Efe.

La excusa para la conversación es «Cama incendidada» (Warner Music), noveno disco de estudio de esta banda latina con 40 millones de copias vendidas en su carrera y cuatro Grammys. Se publica mañana tras alcanzar el número 1 en la lista Billboard Hot Latin de EE.UU. con «Mi verdad», en el que colabora Shakira.

Se trata de «un bolero un poco cubano» que Olvera escribió para Dalí, su hijo de 7 años, aunque «también tiene una carga importante de denuncia, de cómo vivimos en un mundo lleno de mentiras».

«Tiene una importante carga de realidad latinoamericana y también española. Creo que allí también están fritos con la corrupción», comenta el músico, de 55 años, que integra Maná junto a Juan Calleros, Alejandro González y Sergio Vallín.

Además de «Mi verdad», existe otro momento de indudable fondo social en la primera versión grabada en la historia de Maná, para lo cual se fijaron en un emblema del folclor mexicano, Los Tigres del Norte, y en su tema «Somos más americanos».

A pesar de esos dos temas de gran peso social, Olvera subraya que «Cama incendiada» es, ante todo, un álbum «cachondo y sexy», en el que ellos, reincidentes convencidos en determinados rasgos musicales que los han hecho muy reconocibles, se atreven a explorar nuevos territorios estilísticos.

«Nos gusta mucho que la gente esté arriba en los conciertos y veníamos de un disco muy dramático, ‘Drama y luz’ (2011). Queríamos mover eso», ratifica Olvera, que aduce que el cambio no viene motivado por las críticas a su inmovilismo musical, sino porque se lo pedía el corazón.

En ese proceso ha sido decisiva su primera colaboración con el productor George Noriega, el cual ya había trabajado con Gloria Estefan, con Shakira y con Ricky Martin.

El resultado es un disco «más playero, con calipso, reggae y algo de música electrónica», con un «cariz más sexy y más cachondo para bailar», en el que incluyen las metáforas más provocadoras de su carrera, véase, «voy a penetrar tu arco iris» o «mis labios quieren bajar a tu pecera».

Pueden escucharse en «Adicto a tu amor», el potencial «single» y sorprendente corte con sintetizadores que inaugura el álbum y que contrasta con otras canciones más clásicos en la trayectoria de Maná como «Ironía», dedicado a la ex mujer de Olvera después de su proceso de divorcio.

Maná, que comenzarán la gira de presentación de «Cama incendiada» en junio en Estados Unidos, realizarán después una serie de conciertos por toda España, según ha anunciado su discográfica, aunque de momento se desconocen las fechas y lugares exactos.

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Isabel Pantoja se reencuentra con el aplauso: «Seguiré luchando»

Acompañada por una orquesta sinfónica compuesta por 83 músicos y dirigida por Carlos Checa, Pantoja ha desgranado durante poco más de media hora algunos temas de "Hasta que se apague el sol", que abunda en clásicos revisitados de la producción de Juan Gabriel, como "Luna" (que cantara Ana Gabriel).

/ 11 de noviembre de 2016 / 01:09

Emocionada, más delgada y rejuvenecida, Isabel Pantoja ha consumado esta noche su reencuentro con los focos, con el público y, sobre todo, con el aplauso, tras algunos de los años más amargos e impopulares de su vida, con la excusa de presentar nuevo álbum y las primeras fechas de la gira.

Así, se ha anunciado que el 11 de febrero actuará en el Barclaycard Center de Madrid (antiguo Palacio de Deportes), el 18 de febrero en el Palau Sant Jordi de Barcelona y el 24 de junio en el estadio de La Cartuja de su Sevilla natal.

«Voy a seguir luchando, en tu honor, porque no he tenido oportunidad de decírtelo en persona», ha proclamado la cantante en un vídeo emitido durante el evento en recuerdo de su amigo, compositor y productor del disco, Juan Gabriel, al que no pudo despedir en México tras su repentina muerte en agosto por estar privada de su pasaporte.

Él ideó «Hasta que se apague el sol» (Universal Music), que se publicará mañana, justo dos semanas después de que se diera por extinguida la condena de dos años de prisión que se impuso a Pantoja por permitir el blanqueo de los beneficios ilícitos obtenidos por su expareja y exalcalde de Marbella Julián Muñoz, durante su gestión al frente del Ayuntamiento de esa ciudad.

Ni tras su ingreso en la cárcel de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) en 2014 para cumplir la pena, ni después de serle concedida la libertad condicional el pasado 2 de marzo (tras haber completado dos tercios de su condena) compareció la artista ante los medios.

Tampoco se ha sometido esta noche a las preguntas de los informadores, ni a las musicales ni a las que pudieran querer explorar en cuestiones más peliagudas, como el embargo provisional de 1,8 millones de euros que aún pesa sobre ella a resultas de unas inspecciones de Hacienda.

Todas esas circunstancias, el largo silencio mediático y el aún más largo silencio musical (no publica álbum nuevo desde el homónimo «Isabel Pantoja» (2010) explican la gran expectación por el vigésimo noveno disco de estudio de su carrera, grabado antes de su paso por la cárcel.

Al recoleto Teatro Real Carlos III de Aranjuez (Madrid), el teatro cubierto más antiguo de España, no obstante, han accedido poco más de 300 personas entre seguidores acérrimos, invitados y periodistas, muchos del ámbito del corazón, si bien todo el evento podía seguirse mediante una retransmisión vía internet.

«Isabel ha querido que este fuese un evento para todos», ha advertido Narcís Rebollo, presidente de Universal Music, al inicio del acto, cuando se ha emitido el citado vídeo en el que Pantoja respondía a cuestiones del calado de «¿Te gusta más abrazar o ser abrazada?».

Ha sido después cuando se ha izado el telón y ha emergido ella, con el vestido blanco de la portada del álbum, radiante y cegadora por el reflejo de los focos, con el público puesto en pie, sumido en aplausos, «olés» y gritos de «Isabel, Isabel».

«Sigo estando aquí / esperándote / sin saber de ti / vivo de los recuerdos y estoy en desacuerdo / en que hay que olvidar lo que hace bien / lo que hace mal», ha cantado entonces la tonadillera con visos de manifiesto vital los primeros versos del tema «Del olvido al no me acuerdo».

Acompañada por una orquesta sinfónica compuesta por 83 músicos y dirigida por Carlos Checa, Pantoja ha desgranado durante poco más de media hora algunos temas de «Hasta que se apague el sol», que abunda en clásicos revisitados de la producción de Juan Gabriel, como «Luna» (que cantara Ana Gabriel).

Esta noche ha sonado el tema que da título al álbum, pero también «Abrázame muy fuerte», «Te lo pido por favor» o «Hasta que te conocí», con todos los tics y virtudes que hacen de Pantoja una intérprete única, como su tendencia al melodrama, su potencia vocal, los imprescindibles meneos a la bata de cola o las sacudidas puño en alto, aliados todos en una vorágine emocional continua.

«Qué falta nos hacía esto», le han gritado desde el público, a lo que ella ha respondido, al final del show, con un «¡Gracias al mundo, gracias de corazón! Hasta que se apague el sol, hasta entonces, estaremos con vosotros». (10/11/2016)

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Ben Bridwell (Band of Horses): No quiero ni intentar crear otra ‘The Funeral’

Cuatro años ha tardado el grupo formado en Seattle y asentado en Charleston (Carolina del Sur) en dar forma a este álbum que, a diferencia de los anteriores, no se ha gestado desterrándose del mundanal ruido, sino en el garaje de su casa.

/ 25 de agosto de 2016 / 14:39

Los caminos de la creación que conducen a un éxito como «The Funeral», de Band of Horses, son inescrutables a menudo hasta para sus autores. Ben Bridwell, líder del grupo y compositor de esa canción, lo sabe y por ello lleva una década evitando la «ingenuidad» de procurar repetir la operación.

«Creo que deliberadamente me he apartado de ello. No quiero ni intentarlo», asegura el músico estadounidense en una entrevista con Efe con motivo del reciente lanzamiento de su último álbum, «Why Are You OK?», el cual, según los críticos, recupera aquella «vulnerabilidad ensoñadora» de sus primeros discos.

Bridwell se encoge de hombros: «No lo sé, nunca lo sé cuándo compongo. Ojalá fuese así y escribiese tres canciones más con la fuerza de ‘The Funeral'», reconoce.

Cuatro años ha tardado el grupo formado en Seattle y asentado en Charleston (Carolina del Sur) en dar forma a este álbum que, a diferencia de los anteriores, no se ha gestado desterrándose del mundanal ruido, sino en el garaje de su casa.

«Los lugares son importantes. Para ‘Infinite arms’ (2010) me refugié en una cabaña en Minesota y en solo cinco días surgieron cuatro canciones, incluida ‘Laredo’. Por otro lado, me he dado cuenta de que le daba demasiada importancia a estar aislado y a apartarme de la vida real», comenta.

Repartiendo esta vez su tiempo entre la composición, las giras y sus deberes domésticos, entre lavar platos y atender a cuatro niños, dos de ellos nacidos en este lapso de tiempo, «Why Are You OK?» ha sido madurado lentamente, lo que ha marcado su espíritu.

«Me he pasado los últimos 10 años volviendo a casa, así que los anteriores discos tenían mucho de eso. Este, sin embargo, trata más de estar allí», subraya Bridwell de un trabajo sobre el que también planea la idea de estar «a la deriva» en el proceso compositivo.

La prueba más palpable de cómo afrontar esa situación y salir victorioso es «In a drawer», una canción que, como su título indica, entró y salió de cajones durante 7 años hasta tomar forma definitiva y ver la luz.

«El no haberme dado por vencido con ella después de tanto tiempo hace que sea el tema que más me gusta de todo el disco y que tenga algo misterioso para mí», revela.

Otro gesto de audacia es el de abrir el álbum con un corte sosegado de 7 minutos de duración, «Dull times/The moon» (tiempos aburridos, en español), que marca el tono general y contrasta con la vitalidad de uno de los temas más carismáticos, «Casualty party».

Más novedades: el productor es Jason Lytle, después de trabajar con Glys Johns en su anterior álbum, «Mirage rock» (2012).

«Glys era todo rock and roll, pero Jason entendió también una faceta nuestra que es el gusto por los arreglos limpios; es vocalista y músico, además de amigo, tenía todos los ingredientes», comenta.

Lo que no ha cambiado sustancialmente en los últimos siete años y medio es su actual alineación, una proeza para una banda que en la primera mitad de su existencia acumuló una decena de bajas, lo que invita a plantearse hasta qué punto Band of Horses no es sino la banda de Ben Bridwell.

«Yo era un líder reacio», reconoce, antes de comentar que, «en cualquier caso, alguien tiene que encargarse de la parte dura y de hacer que el grupo avance».

A eso achaca su actual estabilidad, además del «respeto conjugado con la honestidad suficiente como para decirse cuando algo no funciona», dice el músico, quien comenta que los últimos tres álbumes han sido el resultado de «un proceso muy participativo». «Yo no quiero abarcarlo todo», insiste.

¿Y cómo lleva las críticas? «Aún me fastidian, pero este es un negocio en el que eso es parte del juego. Llevo casado 10 años y tengo 4 hijos, así que la crítica no es algo nuevo para mí», dice ampliando aún más una sonrisa que lo caracteriza sobre el escenario, como demostró en junio, en uno de los grandes conciertos del primer festival Mad Cool de Madrid. (25/08/2016)

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Un año para soñar con U2, Radiohead, Metallica, Rihanna, Britney y los Stones

El que viene podría ser el año que cierre la larga sequía discográfica de Metallica.

/ 29 de diciembre de 2015 / 22:11

David Bowie será la primera gran estrella de la música en deparar buenas noticias en 2016 con «Blackstar», pero no será el único que brille en un año apto para soñar con discos de U2, Radiohead, Metallica, Red Hot Chili Peppers, Rihanna, Bruno Mars, Britney Spears, Katy Perry e incluso The Rolling Stones.

No es un misterio que en el proceso de «Songs of innocence». (2014), U2 dejaron ultimadas canciones con otro nervio, suficientes para lanzar un nuevo álbum, «Songs of experience», que se lanzaría en 2016 -quizás a finales- para aprovechar la energía con la que nació» y con una influencia «dance y electrónica».

Más incertidumbre causa el que sería el primer disco de estudio en una década de The Rolling Stones. El anuncio hay que cogerlo con pinzas, porque fue Keith Richards quien, de promoción de su disco en solitario, mencionó la intención de grabar las canciones que ha acumulado en los dos últimos años y el acuerdo de la banda de entrar próximamente en el estudio.

Noticias más concretas hay sobre el noveno álbum de Radiohead, el primero tras «The king of limbs» (2011). Según el guitarrista Jonny Greenwood, la grabación ha concluido. «Hay mucho material, ahora veremos cuánto bueno. Esperamos salir de gira el año que viene», dijo sobre un disco para el que además han reelaborado «Lift», un tema de la época del mítico «OK Computer».

Rihanna, quien había acostumbrado al mundo a un lanzamiento por año, lleva meses jugando a ser Adele. Ha lanzado hasta cuatro supuestos sencillos del mismo; incluso ha dado a conocer el nombre del disco, «ANTI», pero sigue sin desvelar fecha de lanzamiento.

El que acaba de dar noticias de su nuevo material es Kanye West.

«Estoy acabando mi disco», tuiteó este mes sobre la marcha de «Swish», su séptimo álbum de estudio, y el sucesor de los aplaudidos «Yeezus» (2013) y «My Beautiful Dark Twisted Fantasy» (2010).

El que viene podría ser el año que cierre la larga sequía discográfica de Metallica. Han pasado ya siete años desde «Death magnetic» (2008), del que el guitarrista Kirk Hammet ha dicho insistentemente que era «un buen punto de partida» para su próximo álbum, que «probablemente llegará a finales de 2016, como muy tarde a principios de 2017».

Red Hot Chili Peppers son otros que llevan años sin proporcionar alegrías. «I’m with you» (2011) fue su último disco y pasó con más pena que gloria. Su cantante, Anthony Kiedis, confirmó que han pasado el último año trabajando con el productor Danger Mouse «en canciones que están a la altura de las mejores que hayan escrito nunca».

Uno de los grandes éxitos de 2015 ha sido sin duda «Uptown funk» de Mark Ronson en colaboración con Bruno Mars. Este, loado por crítica y público por su último disco, «Unorthodox Jukebox» (2012), actuará junto a Coldplay en la próxima Super Bowl. Sería un buen momento para presentar el material que empezó a componer en primavera.

Quien también ha logrado extender otro año su manto de éxito ha sido Katy Perry, la figura de la música mejor pagada de 2015 según Forbes. La californiana, que acaba de cerrar el Prismatic World Tour, tendrá nuevo disco en 2016 según su representante.

Mientras prosigue su residencia en Las Vegas, Britney Spears trabaja en su noveno disco de estudio, que se espera para la primera mitad del año. De él se sabe que, tras no alcanzar el éxito esperado con Will.i.am. como productor de «Britney Jean» (2013), esta vez tendrá a gente como DJ Mustard a los controles.

Otras divas pop que tendrán nuevo disco en 2016 serán Ariana Grande y Christina Aguilera, esta por partida doble, ya que anunció un disco en español (el primero desde «Mi reflejo» (2000)) y otro en inglés.

A todos ellos hay que sumar los lanzamientos confirmados de Suede («Night thoughts»), Tindersticks («The waiting room»), Sia («This is acting) y Savages («Adore life») en enero; en febrero llegarán Bloc Party («Hymns»), Elton John («Wonderful crazy night»), Foxes («All I Need») y Animal Collective («Painting with») y, ya en marzo, Primal Scream («Chaosmosis»).

En un punto inconcreto también deberían salir los nuevos discos de Alice Glass y de su exbanda, Crystal Castles, así como los de Frank Ocean, Haim, Kings of Leon, James Blake, No Doubt, PJ Harvey, ANOHNI (proyecto de la voz de Antony and the Johnsons) y M.I.A.

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Justin Bieber ya es historia de los Europe Music Awards, igual que Djokovic

Cinco veces consecutivas se había hecho el músico canadiense con el galardón al mejor artista masculino.

/ 26 de octubre de 2015 / 19:14

Beyoncé, Lady Gaga, Katy Perry, Miley Cyrus, Taylor Swift… La historia de los Europe Music Awards (EMA) es una sucesión de breves reinados femeninos con una única constante, la de Justin Bieber, indiscutible rey que ha fraguado con éxito su paso de niño a no tan niño en una sexta noche de gloria.

Cinco veces consecutivas se había hecho el músico canadiense con el galardón al mejor artista masculino y hoy en el Mediolanum Forum de Milán, en la XXI entrega de estos galardones de la cadena MTV, ha vuelto a proclamarse ganador de esa distinción y, de propina, de otras tres, en una velada que ha contado hasta con el número 1 del tenis mundial, Novan Djokovic.

Para Bieber han sido los gritos más desgarrados y también los premios a mejor look, artista de América del Norte y colaboración por su trabajo con Skrillex y Diplo en «Where are ü now?», anticipo de su esperado disco de madurez, «Purpose», que se publicará el mismo día que el de One Direction.

Muy agradecido a su padre y a su madre, se ha impuesto además a la clara favorita, Taylor Swift, gran triunfadora hace unas semanas en los Video Music Awards (VMA), quien partía con nueve nominaciones (frente a las seis de Bieber). Finalmente ha concretado una, eso sí, de los más importantes, el de mejor canción por «Bad blood».

Bieber no ha llorado como en esos VMA, tras cantar después de un período bastante largo alejado de los escenarios (no de los titulares controvertidos), pero sí ha vuelto a cuajar una gran actuación, esta vez con más de 30 bailarines, porque a esta gala se le puede achacar y discutir un sistema de voto dominado por los afectos adolescentes, pero nunca la espectacularidad.

Para el recuerdo quedará el arranque con el enérgico barrido por todo el escenario de Macklemore & Ryan Lewis y a Eric Nally volando hasta la luna, el acrobático baile sobre patinete eléctrico de Jason Derulo o la romántica «Love like you do» de Ellie Goulding, surgiendo de una gigantesca ostra de cristales como la versión 3.0 de la Venus de Botticelli.

También han tocado la prometedora revelación británica Jess Glynne, Rudimental con la colaboración de Ed Sheeran, la novel Tori Kelly versionando ante una cortina de más de 10.000 CD a TLC, The Fugees y, junto a Andrea Bocelli, el «Just give me a reason» de Pink, sin olvidar la participación de Twenty One Pilots, James Bay y, como cierre, la de Pharrel Williams.

En cuanto al resto de premios, decididos por más de 600 millones de votos de los seguidores de MTV, han quedado muy repartidos: mejor artista femenina, Rihanna; mejor vídeo, Macklemore & Ryan Lewis por «Downtown»; mejor artista pop, para One Direction; Coldplay, mejor artista de rock; Shawn Mendes, artista Push (algo así como el nuevo gran valor), y Martin Garrix, mejor artista de música electrónica.

Ed Sheeran, sosísimo presentador de la gala junto con la más chispeante Ruby Rose, ha recogido los galardones de mejor actuación en directo y mejor «World Stage», mientras que su predecesora en esas labores, Nicki Minaj, se ha llevado el de mejor artista de hip hop, y Lana del Rey, el de mejor artista alternativa.

En los apartados regionales, el italiano Marco Mengoni le ha arrebatado a las españolas Sweet California el premio a mejor artista europeo; el de América Latina ha sido para la brasileña Anitta y el de África e India, para Diamond Platnumz; el de Asia ha sido para Jane Zhang y el australiano, para 5 Seconds of Summer.

Además, Duran Duran ha vuelto a la cadena que le sirvió de puente hace tres décadas para acometer junto a Spandau Ballet la llamada «segunda invasión británica» en EEUU y ha recibido el nuevo «Video Visionary Award» en reconocimiento a sus pioneros vídeos musicales y su influencia en artistas como Lady Gaga y The Killers.

La gigantesca retransmisión de los EMA ha llegado un año más a los 160 territorios en los que está presente MTV en el mundo y, por primera vez, ha podido seguirse desde casa como una de las 8.000 personas que han asistido al Mediolanum Forum, mediante una app que permitía disfrutar de una perspectiva de 360 grados del evento gracias a una red de cámaras distribuidas por todo el recinto.

El año que viene será la ciudad holandesa de Róterdam la que tendrá el privilegio de acoger por segunda vez los premios, casi 20 años después de aquella edición de 1997 en la que brillaron U2, Aerosmith y Bjork, entre otros

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Miguel Bosé: «Para mí el escenario es tan beneficioso como el yoga»

En una entrevista con Efe en su casa de Madrid, el músico, que el pasado otoño publicó su vigésimo disco de estudio, "Amo", se muestra entusiasmado con su nuevo "tour".

/ 15 de abril de 2015 / 13:48

Miguel Bosé se siente hoy por hoy «fuera de las modas» que, en su opinión, dictaminan los aforos completos en los conciertos en España. «Este es el año de Pablo Alborán y de Joaquín Sabina», apunta. No obstante, este «adicto al escenario» ha vuelto a prescribirse una gran gira mundial. ¿O debería llamarlo «terapia»?  «Me he subido al escenario con 40 de fiebre y he bajado sin ella.

He actuado con un tobillo torcido y se me ha arreglado allí y he empezado un concierto queriendo matar al mundo y he salido suave como un guante. Cualquier problema se me esfuma sobre el escenario, es tan beneficioso para mí como la meditación y el yoga», afirma.

En una entrevista con Efe en su casa de Madrid, el músico, que el pasado otoño publicó su vigésimo disco de estudio, «Amo», se muestra entusiasmado con su nuevo «tour», un aspecto de su carrera que, como es bien sabido, mima hasta el detalle junto a un equipo muy estable de profesionales internacionales.

«Este es un viaje y, para viajar, las cosas se tenían que mover», avanza enigmático sobre un espectáculo de algo más de dos horas de duración y «sin interrupciones», que sorprenderá de partida con un escenario completamente blanco y vacío, sin músicos, sin estructura aérea, sin colores… pero solo de partida.

Cerrado el capítulo de los «Papitos», como se refiere a los dos exitosos discos «Papito» (2007) y «Papitwo» (2012), en los que reinterpretó a través de dúos su producción musical más destacada, ahora toca abrir una nueva etapa.

En este repertorio, sonarán las canciones de «Amo», «dos o tres temas míticos de culto» que hacía tiempo que no rescataba en sus conciertos y grandes éxitos de siempre como «Bandido», pero en sus versiones originales (ligeramente actualizadas).

Promete que «no habrá merma de medios» respecto a giras anteriores, pero las circunstancias actuales en España obligan a mostrarse más cauto, de forma que, inicialmente, su gira nacional constará sólo de once grandes conciertos.

«Vamos a hacer un estupendo verano, pero el arranque está siendo más dificultoso por varias razones», reconoce.

Después de un largo recorrido por México a partir de mayo, su gira por España arrancará el 20 de junio en la plaza de toros de Valencia y llegará después a Las Ventas de Madrid (25 de junio).

Bosé, que tocó por primera vez en ese coliseo taurino en 1987 con su disco «Salamandra», ya ha perdido la cuenta del número de veces que ha disfrutado de un concierto en su arena. «Es un templo, tiene una energía muy especial y se crea una fiesta tremenda», destaca.

A Las Ventas le seguirán el Auditorio Rocío Jurado de Sevilla (día 27) y las plazas de toros de Palma de Mallorca (4 de julio), de Murcia (10 de julio) y de Alicante (día 11).

En agosto, irá el día 4 a Calella de Palafrugell (Girona), el 5 a la localidad tarraconense de Cambrils y el 16 a la plaza de toros de Benidorm, en la provincia de Alicante. En septiembre finalizará el tour nacional en el Palau Sant Jordi de Barcelona (día 9) y en La Ería de Oviedo (17).

«España va muy por modas, este es el año de Alborán y de Sabina.

Cuando yo monté ‘Papitour’, hacía un concierto en Toledo y al día siguiente podía hacer otro a 100 kilómetros, que se volvía a llenar», comenta el músico, que se siente ahora «fuera de esas modas» o inercias que arrastran gente a los auditorios como si nada.

A ello, expone, se suma una endeble situación económica, sobre todo para la música en directo, «penalizada» por un 21 por ciento de IVA contra el que se ha rebelado públicamente (es uno de los artistas que se han adherido al «Día Sin Música» del 20 de mayo, organizado por los promotores de conciertos del país).

«Por otra parte, la actitud del público ante un concierto es diferente en España respecto a Latinoamérica. Allí la cesta de la compra se compone de huevos, pan, leche y música en directo», argumenta.

Ante los próximos comicios municipales, otra fuente de incertidumbre en el que los ayuntamientos evitan comprometer sus presupuestos a largo plazo, Bosé vislumbra no obstante una luz al final del túnel.

«Va a haber un cambio de panorama bastante importante», anticipa, con un mayor número de conciertos, si no como en el pasado, con aquellas agendas plagadas de «eventos magnos», al menos más positivo que el paisaje actual. «Pero primero hay que bajar el 21 por ciento», insiste.

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