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París subasta por primera vez una selección de arte urbano español y latino

Artistas urbanos españoles, colombianos o argentinos presentan sus obras hoy en París en la primera subasta de «street art» español y latinoamericano que alberga Francia, una disciplina en plena ebullición y madurez artística.

La institución de subastas más antigua del mundo, la parisiense Casa Drouot, presenta por primera vez ante los compradores y coleccionistas franceses la obra de cerca de una veintena de creadores españoles y latinoamericanos, en muchos casos consagrados internacionalmente.

«No es lo típico, la línea de esta casa es algo tradicional, así que la ocasión de estar aquí supone un reto y una gran oportunidad, una manera de abrir nuevas vías y rutas para estos artistas», dice a Efe la galerista y responsable del lote Anna Dimitrova.

Para esta experta, entre los trazos distintivos de la propuesta destacan el color de las composiciones, el predominio de un estilo figurativo y, en general, un «gran componente de originalidad».

«Barcelona fue una meca del ‘street art’ en las décadas de 1990 y 2000», subrayó Dimitrova, quien consideró «inevitable» cierto aburguesamiento de los creadores urbanos, cada vez más presentes en el circuito que componen galerías y centros de artes de orden mundial: «Si quieren vivir de esto tienen que entrar en el sistema».

El sector comienza a reunir un público fiel y numeroso cuya atención va de la mano del progresivo interés de los coleccionistas.

Entre los artistas que propone la subasta, y junto a la producción del aplaudido y veterano español Suso 33 o de Okuda, destacan las obras de relevancia internacional de los argentinos «Pastel» y Franco Fasoli «Jaz» o el muy popular brasileño «Cranio».

Otros, como el colombiano Didier «Jaba» Mathieu, subastan por primera vez sus obras, pese a que «han pintado muros» los últimos 25 años y su producción ha recalado con éxito en varios museos de Europa.

«Me limito a pintar, no conozco este universo y sentía curiosidad. Mi experiencia me permite trabajar de forma rápida, se basa mucho en mi energía, apenas me demoro en las obras», declara a Efe este grafitero criado en Bélgica y que se confiesa alejado de la «prostitución» que exige cierto mercado del arte.