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En Nueva York, el amor pasa por internet

Desde los cuarentones en busca de aventuras a los veinteañeros convencidos de que solo los bichos raros abordan a las mujeres en los bares, millones de estadounidenses encuentran el amor en internet, una manera cada vez más habitual de buscar pareja.

Los neoyorquinos recurren a internet para buscar trabajo o apartamento, pedir comida, reservar un taxi, un vuelo o un restaurante. ¿Por qué no buscar una relación, momentánea o duradera, en línea?

Millones de corazones solitarios pueden ingresar en alguno de los portales o aplicaciones para citas y hallar, con un simple deslizamiento de dedo hacia la derecha de la pantalla, la felicidad hasta el final de sus días o, tal vez, un poco de diversión fugaz.

Antes, Andrea Morales, una costarricense de 25 años, pensaba que buscar una cita por internet era solo para los verdaderamente desesperados. Luego se mudó a Nueva York y sus ideas cambiaron. “Un montón de gente que conocí aquí empezó a decirme que es muy común. Al principio me sentía rara, pero es realmente difícil conocer gente nueva al margen de tus amigos”, explica.

Andrea se inscribió en Tinder y OkCupid y a veces llegó a salir con hasta tres chicas por semana, entre ellas su exnovia. La pareja estuvo unida durante siete meses hasta que rompieron. En Nueva York, casi todos conocen a alguien que busca en red una relación duradera o un flirteo.

Cerca del 31% de la gente conoció a su última pareja en línea, indicó a la cadena CNN la antropóloga Helen Fisher luego del pirateo de Ashley Madison, una web canadiense para quienes quieren ser infieles a sus parejas. La aplicación para celulares Tinder fue creada en 2012 y asegura haber revolucionado el universo de las citas, con 26 millones de “conexiones” diarias en el mundo.

Tinder pone en contacto solo a las personas que han “deslizado a la derecha” de la pantalla su dedo, indicando una posible atracción basada en una fotografía.  En Nueva York, Tinder es una forma de vida. O al menos una muleta para atravesar las épocas de vacas flacas en el área afectiva.