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En Camboya perviven las cabañas de solteras

Say Doen muestra una foto de la pequeña cabaña de madera donde conoció a su mujer y comenzó a tener intimidad con ella, entre risas de vecinos que saben lo que simboliza esa tradición de la minoría Kreung, en el noreste de Camboya.

Doen es el jefe de la aldea Khoun (provincia de Ratanakiri), y un firme defensor de la costumbre de su pueblo de construir cabañas individuales para que las jóvenes conozcan a pretendientes al alcanzar la pubertad.

El líder Kreung cuenta que a los 13, 14 o 15 años, las familias otorgan privacidad a las adolescentes para que puedan conocer a los chicos que vienen a visitarlas cuando cae el sol y, si les gustan, pasar la noche con ellos.

“Lo importante es que por la noche los hombres pueden venir y hablar sobre esto y lo otro con la chica, si no construyesen la casa separada de la de sus padres no se atreverían a venir”, explica el hombre de casi 47 años.  “Si los padres les obligan a casarse cuando no se gustan y se divorcian en el futuro será nuestra culpa pero si les dejamos que elijan estarán a cargo de su decisión”, razona.

Satha, que tiene 16 años y también es de la aldea Khoun, trabaja como profesora para la ONG Plan International. La educadora afirma que sus padres se conocieron en una cabaña, pero que ella “nunca invita a chicos”, aunque no descarta que si alguien se interesa por ella y quedan en la cabaña “podamos construir una cabaña más grande para vivir juntos”.

“Ahora, a veces las casas grandes tienen espacio y pueden construir una habitación para la hija cerca de la entrada, y por eso ya no construyen la cabaña”, indica.  Al contrario que en otros pueblos más cercanos a la capital provincial de Banlung, en Khoun quedan más de una decena de cabañas, alguna construida este año, pero varias chicas tienen miedo de dormir en ellas.

El sistema de emparejamiento de los Kreung otorga libertad a las mujeres para conocer y elegir pretendiente. “Si mi hija invita a un chico encontraré un intermediario para preguntarles si quieren casarse o si quieren estar juntos temporalmente”, describe el jefe del pueblo Doen.

Ian Baird, profesor de la universidad de Wisconsin que ha estudiado a los grupos indígenas de la región, destaca la igualdad de género en los Kreung y resalta que el objetivo de las cabañas no es sexual, sino encontrar pareja.

“La única diferencia con la cultura (dominante) camboyana es que la mujer puede encontrarse con otros chicos y, en algunos casos, tener sexo con más de uno y si se queda embarazada elegir al padre”, precisa.  “En la mayoría de los casos, tendrá relaciones con uno y se casará con él”, aclara.