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Propiedades para la salud que se atribuyen a la cerveza

Quizá los monjes que en la edad media vieron por conveniente adicionar lúpulo a la cerveza no se percataron del gran logro que habían conseguido, además de mantener viva una tradición milenaria. Mejoraron las técnicas para elaborar este apreciado producto y  obtuvieron nuevas variedades.

Con el lúpulo se aseguraron una mejor y mayor conservación del producto y lo dotaron de acción antibacteriana, lo que hizo a la cerveza muy popular en situaciones en las que la seguridad microbiológica del agua no estaba asegurada. Así, durante esta época la cerveza fue considerada complemento alimenticio para peregrinos y enfermos recogidos en albergues y hospitales. Se otorgó a la bebida propiedades para cuidar la salud.

Usada antiguamente para tratar enfermedades infecciosas, hace 6 mil años, y luego por los egipcios que le atribuían su invención a Osiris y Dionisos, otorgándole un origen divino, actualmente la cerveza está asociada a momentos de disfrute entre amigos o con familia, para maridar comidas y en Bolivia es muy usada en ritos populares como la chall’a. Pero tal vez pocos conocen que hay estudios que afirman que esta bebida, además de refrescante, puede ayudar a la salud siempre que se consuma en dosis moderadas.

Investigaciones avaladas por El Centro de Información Cerveza y Salud (CICS) de España, una entidad de carácter científico que promueve la investigación sobre las propiedades nutricionales del consumo moderado de cerveza y su relación con la salud,  afirma que  podría evitar la oxidación de las células, aumentar la cantidad de colesterol HDL (bueno) y proteger frente a lesiones miocárdicas agudas asociadas al infarto.

Siglos atrás, la cerveza era obtenida por la fermentación de los granos de cereal, y la consumían los sumerios, pero ahora se consume en todo el mundo y por lo tanto pasa por distintos niveles de control. Si los egipcios se encargaron de difundir la cerveza por el mundo en la antigüedad, los galos y germanos perfeccionaron la técnica de su elaboración original, utilizando métodos similares a los actuales.

Durante una conferencia celebrada la semana pasada, como parte de las actividades del Congreso Cerveza México en el WorldTrade Center de la Ciudad de México, el Dr. Juan Ramón de la Fuente, Presidente del Aspen Institute, explicó que: “La cerveza podría tener importantes efectos en las enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes o la disfunción renal; además existe la posibilidad de que esta bebida actúe también en la longevidad de algunos grupos celulares”.

Los estudios de CICS señalan que “la aportación calórica de la cerveza es muy baja, 45 kcal/100 ml en el caso de cerveza tradicional que se reduce a 17kcal/100 ml en el caso de la cerveza sin alcohol. Por lo que su consumo moderado no afecta al peso ni a la composición corporal”.

Recomendaciones

–           El CICS señala que instituciones internacionales explican que el consumo moderado de alcohol no debe superar los 30 gramos al día en los hombres (tres vasos de cerveza tradicional o 600 ml) y 20 gramos al día para las mujeres (dos vasos o 400 ml), y es aconsejable ingerirla acompañada de alimentos sólidos.

–           Además, hay que tener en cuenta que las personas metabolizan de distinta manera el consumo de alcohol, ya que influyen factores como el peso, el sexo, la raza y la frecuencia con la que se bebe.

–           Por supuesto, es necesario destacar que la ingesta diaria recomendada, ingerida de una sola vez, por ejemplo, durante el fin de semana, no es una práctica saludable ni aconsejable.