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En París, el perfume tiene su museo

Un cautivante Museo del Perfume que retrasa 3.000 años de historia y revela sus secretos de fabricación, de las flores al frasco, abrirá sus puertas desde hoy en pleno corazón de París (Francia).  Grandes alambiques y retortas de cobre ocupan la sala principal de este museo instalado en el subsuelo de lo que fuera el Teatro Edén en el siglo XIX.

Del antiguo Egipto, donde era utilizado hace 3.000 años en ritos funerarios, a la antigüedad griega y romana, el museo de entrada gratuita patrocinado por la perfumería artesanal y familiar Fragonard, conduce al visitante a través de la historia hasta el siglo XX.

Unos 300 objetos, principalmente exquisitos frascos provenientes de la colección privada de Jean-François Costa, se exhiben en 1.200 m2 sobre tres niveles. 

“Era un lugar insólito, bastante increíble, apto para hacer soñar, lo cual es la esencia misma del perfume”, comenta  Agnès Costa, quien dirige actualmente la empresa Fragonard, fundada en 1926 en Grasse, capital mundial de la perfumería, y locomotora  de la industria del lujo.

“El hecho de que esté instalado en un subsuelo sin luz natural ayuda a crear una atmósfera más íntima, propicia al universo del perfume”, explicó el arquitecto  François Muracciole.  Algunos de los objetos más fascinantes de la colección son los frascos de cristal, esmalte o metal labrado, que alcanzan un máximo de sofisticación en el siglo XVIII.

Una sección presenta de manera didáctica todas las etapas que dan vida al perfume, desde las materias primas con la recolección de flores, el destilado y la composición de las fragancias por las famosas “narices”.  Estos profesionales con olfato superdotado, son capaces de componer los tres tiempos de la “pirámide olfativa” del perfume: cabeza, corazón y fondo.

Al menos 200 pequeños frascos idénticos etiquetados con cada esencia componen el “órgano” sobre el que trabaja el creador.  “Hoy los profesionales trabajan con una computadora, ya no mezclando esencias, sino que la nariz está en el cerebro”, explica Agnès Costa. ¿Cómo explicar el éxito arrollador de las fragancias en el mundo actual? “El perfume  —asegura Agnès Costa— es uno de los artes de la seducción. Es un signo distintivo de personalidad y un signo de civilización”.