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Delia Fiallo aboga por los dramas televisivos

“A estas alturas, ya la telenovela no tiene que defenderse”, asegura Delia Fiallo, considerada la “madre” del género, quien a sus 91 años supervisa la adaptación al cine de uno de sus melodramas icónicos, Cristal.

“No tiene que defenderse ni justificarse, actualmente está reconocida como el vehículo de comunicación masivo más poderoso que existe”, dice Fiallo, quien en entrevista con la AFP hace una apasionada defensa de las series dramáticas televisivas que la hicieron famosa en las décadas de 1970 y 1980.

Como la telenovela gira en torno a una trama de amor, “en sus inicios resultó muy controversial al ser menospreciada y combatida por las feministas y algunos escritores literatos que tienen ‘el pudor’ del romanticismo”, afirma Fiallo, que comenzó escribiendo radionovelas en su natal Cuba y luego se popularizó con los melodramas en Venezuela.

Admite que puede verse como “un arte menor” o “como una artesanía con respecto a la cultura”, pero aclara que es por la rapidez con la que se escriben sus capítulos que “no le permiten alcanzar una rigurosa perfección”.

“La pasión no lleva a la perfección. La telenovela en su fantasía copia la vida de seres humanos reales imperfectos y es un género imperfecto. Quizás ahí reside su encanto”, subraya la también autora de ya clásicos del género como Leonela, Luz María y Esmeralda.

Además, las teleseries no son “escapistas”, ya que abordan “graves fallos humanos y sociales como la paternidad irresponsable, los hijos ilegítimos, las madres solteras, la infidelidad matrimonial, la delincuencia juvenil, la falta de oportunidades…”, enumera Fiallo, actualmente con residencia en Miami.

Fiallo, quien a sus 91 años declara que no tiene previsto retirarse, asegura, sin embargo, que no deja un “legado cultural” sino “el recuerdo de alguien que alcanzó mucho éxito en lo que hizo”. “Yo ya estoy ‘transitando por los caminos del olvido’”, agrega, melodramática, “para no perder la costumbre”.