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Sobrino de Celia Cruz critica la serie de Tv

Un sobrino de Celia Cruz calificó de “ficción de mal gusto” y de “poco ajustada a la realidad” la serie Celia, la producción biográfica sobre la cantante cubana y que se emitió en EEUU a través de Telemundo.

“Están denostando a mi familia”, señaló a EFE Jesús Hernández, sobrino mayor de Celia Cruz, quien criticó que la coproducción de Fox Telecolombia y RCN retrate al entorno familiar de la intérprete cubana “con una moral muy baja”.

El sobrino se refirió a la mala imagen que ofrecen del padre de la cantante, Simón, retratado como una persona “abusadora e ignorante”, y de su propia madre, Dolores, hermana de la cantante y que inspira el personaje de Noris, que, en su opinión, aparece como una “persona casquivana”.

Hernández lamentó que los escritores no se “asesoraran correctamente” y representen a Celia como una mujer “endeble, timorata, sin mucha personalidad, con un padre extremadamente abusador y un esposo violento, machista y mujeriego, cosa que no era así”.

“Celia era alegre, jovial, ‘jaranera’, pero firme en sus convicciones y de carácter”, defendió Hernández, quien considera que las fallas del guión abarcan incluso a la historia de Cuba, porque “hace una valoración del país y de los cubanos muy pobre y ofensiva”.

Opinó que la serie partió con una intención inicial que consistió en “elevar la figura” de la “guarachera de Cuba”, pero para ello “no era necesario resquebrajar la figura de todos los que estuvieron a su alrededor”.

“Mi tía brillaba con luz propia”, aseveró.

Hernández reveló que está grabando testimonios de amigos y familiares de Celia Cruz en EEUU para “en un futuro  publicar un libro que contraste a lo que diga esta novela”.

El sobrino, que se puso en contacto con los productores, de los cuales obtuvo “recibo” de sus comentarios, agregó que habló con Omer Pardillo, albacea de la cantante y quien le sugirió que tomara en cuenta que la producción era “un homenaje de los colombianos a Celia”.

Interrogado sobre las licencias que, casi por naturaleza propia, se pueden tomar las ficciones, Hernández manifestó que “cuando se toca la calidad moral de las personas, la ficción deja de ser ficción”. “La moral no se toca”, sentenció.