El alcalde de una localidad estadounidense anunció que planea navegar desde Cuba hasta el estado norteamericano de Florida en una improvisada embarcación para experimentar lo que sienten los miles de balseros cubanos que cada año hacen esa peligrosa ruta.
«Finalmente conseguí una licencia para visitar Cuba a mediados de abril. Regresaré a Florida flotando en una balsa sin motor para compartir mi experiencia y valorar los pros y los contras de una relación más abierta con nuestro vecino a 150 km al sur», indicó en su página web el alcalde de DeBary, Florida (sureste de EEUU), Clint Johnson.
«No se conoce mucho de la ruta que toman (los balseros) y hay poca información sobre lo que tienen que enfrentar estos hombres, mujeres y niños para llegar acá», señaló Johnson, de 30 años, que se define en su sitio de internet como «empresario, aventurero e inconformista».
«Me encanta salir de aventura, amo vivir de manera diferente y de hacer cosas que normalmente no se hacen», indicó Johnson este martes al diario The Daytona Beach News-Journal.
Johnson planea viajar en avión a Cuba y llevar consigo algunos insumos y conseguir en la isla el resto de materiales necesarios para construir su balsa, con la que espera realizar en dos días el trayecto a remo hasta Cayo Hueso, en el extremo sur de Florida.
El alcalde aún no ha decidido si irá escoltado por otra embarcación. «Quiero que el viaje sea lo más auténtico posible», afirmó.
Miles de emigrantes cubanos se lanzan en precarias embarcaciones a cruzar el Estrecho de la Florida, 150 km de mar infestados de tiburones, para tratar de alcanzar tierra estadounidense, donde reciben beneficios migratorios y laborales si logran desembarcar.
El temor a que esos beneficios se acaben en medio del proceso de acercamiento que Cuba y Estados Unidos iniciaron en diciembre de 2014 tras medio siglo de enemistad ha disparado el número de balseros.
Las autoridades estadounidenses han reiterado no obstante que no hay planes de modificar las leyes migratorias.