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‘A história da eternidade’: una poética del espacio

A história da eternidade, de Camilo Cavalcante, es la historia de la soledad de tres mujeres. Es la historia de Alfonsina, eterna enamorada, que añora ver el mar y que tiene una relación amorosa truncada con su tío, a causa de su padre autoritario. Es la historia de Das Dores  una solitaria anciana, beata, que recibe la visita de su nieto, el cual trata de esconderse en el perdido desierto en donde habita su abuela.

Es  historia de Querencia que ante una terrible pérdida, la cual es simplemente anunciada, intuida por el espectador, recibe la visita diaria de un ciego, que le promete cuidarle para siempre, si ella le abre la puerta de su hogar. Las tres historias, las tres soledades,  se desarrollan en un espacio en común, un pueblo perdido en lo que aparenta ser el sertao brasileño.

Con dejos de realismo mágico, Cavalcante construye una narrativa en donde las temporalidades, los espacios y las atmósferas tienen un lugar primordial. Las soledades de las tres mujeres parecen ser reflejo de la tierra árida en donde habitan. Ellas pasan sus días esperando una lluvia que traiga consigo algún viento de cambio.

El cineasta brasileño  construye  una poética cinematográfica tomando como principal aliado una minuciosa composición fotográfica. La cámara toma siempre distancia frente a los personajes, los observa de lejos, pero de manera incisiva, privilegiando enormes planos generales para dar cuenta del espacio filmado. El solitario espacio es pues la metáfora perfecta de los personajes femeninos del relato. Esto se hace patente en uno de los gestos reiterativos y coreográficos del filme: las secuencias siempre comienzan con encuadres vacíos, es decir sin gente.  De a poco y con un ritmo hipnótico, el cuadro se empieza a llenar con los personajes, que traen consigo sus nostalgias y sus tristezas. En ese punto es difícil determinar si los personajes son los que llevan consigo las penurias y soledades que Cavalcante se empeña a narrar o es el espacio que llena a los personajes con dichos sentimientos.

Cavalcante con sus espacios y sus encuadres logra pues transmitir, desde una poética cinematográfica, historias que desde hace mucho tiempo han llenado el imaginario latinoamericano, sobre todo, en la literatura. Pero A história da eternidade asume con creces que el cine no es literatura, sino más bien un juego de imágenes, atmósferas, tiempos, espacios y relaciones a partir del montaje. A história da eternidade es una pura narrativa cinematográfica.  El filme va a ser estrenado en la Cinemateca Boliviana (Óscar Soria 100) el jueves 7 abril.