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Cartografía para hallar el duende

Una guitarra, una maleta, una nariz roja, una pistola, una mosca y dos actores que esperan al duende. Marcos Malavia es Lolo y Piraí Vaca es José, el de las caderas chuecas. El duende andaluz es la unión de dos talentos: el clown Malavia despliega todo su repertorio y el excelso guitarrista Piraí deleita con nueve canciones (incluida la aclamada —a punta de pistola— jota aragonesa). Malavia y Vaca diseccionan al duende que siempre espera y esperará entre las bambalinas y el infinito. Criatura misteriosa, sangre viva, cultura vieja: no hay mapa para encontrar al duende pero Malavia y Piraí regalan una cartografía completa para que no te engañen con musas, ángeles y duendes truchos. Piraí es un descubrimiento actoral. Malavia —“chaplinesco”— camina el escenario, salta, baila, recita a Lorca, lleva la batuta, gesticula, caza moscas y se pierde entre la penumbra. Lorca tiene duende. Todos los sonidos negros (la saya, también) poseen duende, un duende oscuro y tenebroso, abrasador y tierno, con voz rasgada y brazo partido. El duende te evade de este mundo, habla con los dioses, hace temblar el cielo y te salva de morir asesinado dentro del vergel y del rosal. Mientras al final caen todos los papeles, el duende espera en el laberinto del teatro para despertarse en la piel de otro. El duende queda, los demás somos de palo.