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El hombre pulió el suelo de sus casas desde hace 10.800 años

Hace 10.800 años, el hombre comenzó a encalar y pulir los suelos de las cabañas que habitaba en el levante mediterráneo, lo que mejoró la higiene y permitió hacer frente a las epidemias que amenazaban a los primeros poblados sedentarios.

Así lo explica Juan José Ibáñez, del Centro de Investigaciones CSIC, frente a los restos de una choza construida en el año 8.800 antes de Cristo (a.C.) y sacada a la luz en el yacimiento del neolítico precerámico de Kharaysin, situado a las afueras del pueblo jordano de Quneya, y donde un equipo de arqueólogos trabaja desde hace tres años.

Ibáñez destaca que la construcción, “una de las primeras cabañas de las poblaciones que se sedentarizaron y comenzaron a experimentar la agricultura y la ganadería”, tiene un suelo encalado y pulido, algo que solo se había documentado a finales del noveno milenio y no a principios. Varios arqueólogos y obreros locales trabajan afanosamente en los alrededores de la cabaña, de la que aún se conserva parte de su estructura ovalada, además de su suelo pulido, agrietado por el paso de los milenios.

La existencia del encalado, que también alcanzaba el arranque del muro, supone “un cambio importante con respecto a la basura” que “se echa fuera” de la casa, que “se limpia constantemente”.

Una cuestión relevante para la higiene, ya que “en estas comunidades que ya agrupan a cientos de individuos, comienza a haber epidemias y problemas de higiene que pueden mermar la salud de la población”.

Pero esta cabaña semienterrada del neolítico precerámico A, como los historiadores denominan a este periodo en el que el ser humano aún no conocía la cerámica, esconde en su interior otras muchas claves para conocer la evolución de las prácticas humanas. “Otro aspecto interesante de la cabaña es que siendo una forma ovoide comienza a adquirir una morfología rectangular, lo que supone una transición importante entre cabañas redondas y casas rectangulares”.

El yacimiento, en el que hay “niveles de ocupación de todo el noveno milenio, desde el 8.800 a.C. hasta el 8.200-8.100 a.C.”, permitirá atestiguar esta transición hacia la casa cuadrada con muros exentos y organizada como “un pueblo tal y como lo conocemos ahora”.

“Si se conserva bien este poblado lo seguirá excavando gente dentro de 300 o 500 años, porque aquí hay trabajo para muchas generaciones”, dice el experto, antes demostrar su gran satisfacción por “abrir unas ventanas que nos permitirán echar un ojo a lo que pasó hace más de 10.000 años”.