Icono del sitio La Razón

La francobrasileña Luzia Simons expone sus imágenes vegetales en Francia

La artista francobrasileña Luzia Simons goza a partir de este viernes con una doble presencia en Francia, en la monográfica «Stockage» que inaugura en París, y como una de las firmas de renombre internacional que pueblan hasta el próximo noviembre la temporada 2016 del Palacio de Chaumont-sur-Loire.

En la capital francesa, Simons creó especialmente para el patio de honor del Hôtel de Soubise, monumental sede de los Archivos Nacionales, una muestra con obras de gran formato, «Stockage».

Hasta el próximo septiembre, presenta allí un doble ciclo de sus característicos «escanogramas» -fotografías con escáner- vegetales, protagonizados por tulipanes de múltiples variedades y colores, captados en aparente desorden y traducidos en píxeles casi al final de su ciclo floral.

El trabajo de esta artista nacida en 1953 en Quixada, que vivió en París varios años y en la actualidad reside en Alemania, recuerda antiguas técnicas pictóricas y a la vez los procedimientos fotográficos más contemporáneos.

El lento barrido del escáner de gran resolución que utiliza ofrece una rara nitidez a sus naturalezas muertas, impregnadas de un misterio especial, casi irreal, con una técnica muy similar a la utilizada por los Archivos Nacionales para digitalizar sus fondos.

De ahí que los organizadores de la exhibición relacionen la superposición de flores, pétalos, bulbos, tallos, polen y otros elementos florales con sus propias maneras de almacenar, depositar y conservar.

Al oeste del país, junto al Loira -abierto según informa este viernes en su web pese a las inundaciones que han cerrado otros lugares vecinos como el famoso Chambord-, Simons cuelga hasta el 2 de noviembre sus imágenes «hiperconcretas», estas subtropicales, procedentes de la Mata atlántica del sur de Brasil.

Como en París, en este dominio propiedad en su día de Catalina de Médicis, las plantas elegidas, muy exóticas, «para nosotros cosas del jardín, para los europeos más bien plantas de interior», resalta en una entrevista con Efe, fueron colocadas «directamente sobre el vidrio del escáner».

Ambas exposiciones fueron preparadas «en una especie de ‘chambre noir’ (cámara oscura), de noche, con todas las luces apagadas», en busca de un resultado que sitúa a medio camino entre la fotografía y la pintura.

«Con el escáner, enseguida ya es otro mundo. No son fotos, sino el producto de una tecnología nueva que posibilita otra mirada imposible de obtener con una cámara», apunta.

Pionera desde 1995 -«antes no había escáneres»- en el arte de subvertir ese dispositivo destinado en un principio a tareas de oficina, Simons recuerda haber entrado «en el mundo del ordenador» por pura «rabia».

«Fue una venganza contra esta tecnología que me obligaba a adaptarme», cuando las pequeñas tiendas de fotos desaparecían, pero pronto quedó cautivada ante los efectos de ese convertidor digital de documentos impresos, hoy ya muy utilizado en el arte.

Sus creaciones suelen verse por el mundo en dimensiones monumentales y existen ahora enormes escáneres, pero Simons trabaja con un aparato tamaño A3, aunque, eso sí, precisa, de excelente calidad y muy sensible a la luz y el calor mientras leer sus hojas y flores superpuestas sobre el vidrio.

Con ella presenta en Chaumont-sur-Loire desde abril nueve piezas de 1,40m x 1m, de su última serie sobre Brasil, mientras que en otras dependencias y jardines del dominio exponen artistas como el británico Andy Goldsworthy, el italiano Giuseppe Penone, el francés Marc Couturier o el ghanés Anatsui.

Es su segunda intervención en este dominio palaciego donde en 2009 expuso otros grandes formatos, de hasta cuatro y cinco metros, en una dependencia del palacio entonces aún por rehabilitar, la Granja de las Abejas. (03-06-16)