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La muerte del líder Lin Biao sigue envuelta en el misterio 45 años después

La muerte en accidente de avión de Lin Biao, el líder al que Mao Zedong había designado como su sucesor, cumple hoy 45 años sin que el misterio que la rodea se haya disipado, y olvidada por el régimen comunista, como tantos otros recuerdos incómodos de su Historia reciente.

Lin, que entonces tenía 64 años, falleció junto a su esposa, un hijo y seis de sus hombres de confianza al estrellarse el avión en el que viajaban, un Trident 1E, en el desierto de Gobi (este de Mongolia), en la madrugada del 13 de septiembre de 1971.

El régimen maoísta, que vivía años turbulentos, tardó 11 días en informar del fallecimiento de Lin, y en el momento de hacerlo aseguró que el antiguo héroe militar de la guerra civil china había muerto en su huida del país, tras haber intentado sin éxito asesinar a Mao.

Pasados 45 años, las circunstancias de ese suceso siguen estando poco claras, y sobre todo hay dudas sobre si el avión se estrelló accidentalmente –la versión oficial dice que se quedó sin fuel– o fue derribado por misiles chinos o soviéticos.

Para complicar aún más las cosas, el diario South China Morning Post planteó este lunes, en la víspera del aniversario, una tercera teoría, la de que el avión se estrelló por un error de un piloto poco experimentado.

La hipótesis se basa en informes de la Agencia de Inteligencia de Mongolia recopilados tras el accidente, en los que se subrayaba que era imposible que el avión quedara sin combustible, ya que tras estrellarse ardió durante un largo tiempo a consecuencia de las grandes cantidades de fuel que albergaba.

También desestimó la opción de un derribo ordenado por Moscú o Pekín, ya que las investigaciones indicaron que los tres motores del aparato no resultaron dañados antes del impacto.

Según investigadores de la vida de Lin citados por South China Morning Post, el otrora mano derecha de Mao decidió acabar con la vida de éste después de ver que su relación con el Gran Timonel se había deteriorado en los turbulentos años de la Revolución Cultural, pese a que ambos habían eliminado a sus oponentes.

En otoño de 1970, Mao había criticado públicamente a la esposa de Lin, Ye Qun, quien también ocupaba importantes cargos políticos, por lo que la pareja conspiró para asesinar al máximo líder chino durante un viaje que éste realizó al sur de China durante los meses de agosto y septiembre de 1971.

La conspiración fracasó estrepitosamente, y Lin y su familia decidieron huir a mediados de septiembre.

Según los historiadores, su intención inicial era volar en dirección sur hacia Hong Kong para desde ahí pedir asilo en otro país, pero una hija del matrimonio de conspiradores, Lin Doudou, reveló los planes de huida a Zhou Enlai, primer ministro y confidente de Mao, obligando a cambiar la ruta.

Lin Biao decidió entonces volar hacia la frontera con Mongolia, la más cercana a Pekín, y con ese objetivo despegó su avión en la noche del 12 de septiembre en el aeropuerto naval de Qinhuangdao, 300 kilómetros al este de la capital china.

Según Yu Nuxin, estudioso de la figura de Lin, la hija decidió delatar a su propio padre en un acto muy frecuente en la Revolución Cultural, cuando se animaba a los jóvenes a denunciar los actos contrarrevolucionarios de sus amigos y parientes para mostrar su fidelidad a Mao.

El gesto de Lin Doudou, sin embargo, no le sirvió de mucho, y la hija de Lin Biao sufrió las mismas purgas que las personas cercanas a su padre, mientras éste era tachado o borrado de las fotografías oficiales.

Según los analistas, la muerte de Lin Biao sirvió para cambiar el método de sucesión de máximos líderes en el régimen, y desde entonces ya no se escogería al favorito del mandatario de turno, sino a una figura consensuada por todo el Comité Central del Partido Comunista.

Los restos de Lin Biao y quienes fallecieron en el accidente de 1971 siguen enterrados en Mongolia, bajo una lápida conmemorativa y sin visos de que algún día vayan a trasladarse a China, por temor, dicen, a que ello remueva el pasado y los recuerdos, tanto del maoísmo como de los que lo criticaron. (13/09/2016)