‘Tan poca vida’, la novela sobre el dolor masculino más aclamada en EEUU
La novela es como una serie continuada de retratos en un Nueva York contemporáneo, sin datos históricos, sin fechas, ni lugares determinados, porque a la autora lo único que la interesa son los personajes, a los que trata con una actitud muy reivindicativa.
La escritora Hanya Yanagihara ha tocado la fibra y el estómago de miles y miles de lectores en Estados Unidos con «Tan poca vida», una novela con palabras que aullan, con carne que duele para hablar de la relación de amistad entre cuatro hombres, del amor, el abandono, la pederastia o los abusos.
Un libro de algo más de mil páginas y que sale ahora en castellano publicado por Lumen y que en Estados Unidos, donde ha tenido muy buenas críticas, no ha dejado indiferente a nadie, ni a lectores ni a críticos como los de The New York Times que lo han denominado «Libro de año».
Y es que Hanya Yanagihara (Los Ángeles 1975) ha metido el bisturí en el alma humana para hacer una autopsia del comportamiento masculino, como ella vio hacer de pequeña a su padre, médico de profesión, con los cadáveres.
«El cuerpo físico cuando está muerto es lo más fácil de diseccionar, es fácil de cortar y es todo transparente; sin embargo la mente es completamente diferente y yo he querido cómo experimentan las emociones los hombres y cómo sobreviven», explica la autora en una entrevista con Efe.
«Tan poca vida» todo un artefacto literario narra el principio del tramo la vida de cuatro jóvenes amigos que comparten apartamento en Nueva York: JB, un artista negro gay; un arquitecto de buena familia, Malcolm, un actor Willem y Jude, un abogado torturado y eje de esta novela por la carga de dolor que acarrea por ser un niño abandonado, víctima de abusos y exprostituto.
Abusos sexuales que la autora relata sin velos ni tapujos, al igual que las torturas a las que se somete Jude con sus autolesiones para reivindicar su cuerpo dañado y herido.
«La verdad es que no quería hacer una típica novela americana en la que al final sus personajes se convierten en mejores personas. Yo quería mostrar cómo en la vida hay muchas personas que son incapaces salir del pozo. Quería hablar de lo que esperamos del amor, de la forma más pura del amor y de cómo cuando alguien ama no puede cambiar al otro, por mucho que lo quiera», subraya.
Y una novela en la que su autora no se ahorra ninguna escena porque pone la pluma como si fueran unos rayos x para que el lector no se pierda ningún detalle sobre la vida y las emociones de estos amigos vistos por los ojos de una mujer.
«Uno de los grandes retos como escritor es hablar de un grupo de personas que se sienten limitados por una sociedad. Y por eso quería hablar de la amistad entre los hombres porque no se les anima a expresar sus sentimientos nunca; como en cambio sí lo hacen las mujeres», argumenta.
La novela es como una serie continuada de retratos en un Nueva York contemporáneo, sin datos históricos, sin fechas, ni lugares determinados, porque a la autora lo único que la interesa son los personajes, a los que trata con una actitud muy reivindicativa.
«Una de las cosas que quiero plantear con la novela -recalca la autora- es que cuando los hombres no tienen acceso a plasmar en palabras los sentimientos, eso afecta a la sociedad y eso afecta a las mujeres. Quizá habría que educar a los hombres a educarse mejor», dice.
Amor entre hombres más allá de la sexualidad. «Nunca he pensado en ningún aspecto gay para la novela. Se trata de amor entre hombres más allá del sexo. Se trata de mostrar lo fantástico que puede ser el amor entre dos hombres, por un lado también hay un mundo gay; pero por otro, no lo hay, eso no es importante», subraya.
Yanagihara, autora de un primer libro titulado «The People in the Trees», ahora muestra las vísceras, como un cuadro de Bacon, sin tregua, en unas páginas que ya han interesado a algún productor de cine para llevar la historia a la gran pantalla.
«En Estados Unidos ha sido muy bien acogido y espero que en el resto del mundo también, aunque eso no se sabe porque el lector tiene su propia cultura y prejuicios y los pone en el libro; algo que me resulta fascinante», concluye la autora de «Tan poca vida», finalista del Man Booker Prize y del National Book Award. (20/09/2016)