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A los robots aún les falta mucho para poder igualar a los humanos

Superar a los humanos es posible en determinados casos -ajedrez, clasificación de cajas de medicamentos-, pero la capacidad de evaluar cada situación en función de una cantidad inconmensurable de parámetros, como lo hace el cerebro humano, sigue siendo un objetivo muy lejano.

/ 4 de octubre de 2016 / 15:36

Los robots -Mini Kirobo, RoboHon, Lin-Chan, Robopin, entre otros- pululan este año en el Salón de la electrónica japonesa Ceatec, aunque algunas de estas minicriaturas se parecen más a figuras animadas, cuya inteligencia se encuentra alojada en una nube informática o en el cerebro humano.

«Lin-Chan (nombre de un robot-asistente, de Sharp) es capaz de encender el aire acondicionado si se le dice que hace demasiado calor o decirnos palabras tranquilizadoras si le comentamos que estamos cansados», explica Masaki Takeuchi, uno de sus inventores.

Lin-Chan se acuerda además del nombre de cada uno de sus interlocutores.

Pero, en realidad «todo reposa en los servicios contenidos en los servidores externos (cloud computing) que tienen funciones de inteligencia artificial», explica el ingeniero.

«Optamos por ese tamaño (unos 15 cm) y esa forma (una bola) para que ese robot-asistente sea lo suficientemente visible pero tampoco tenga una excesiva presencia que podría incomodar», agrega.

Mini Kirobo tampoco es inteligente, reconoce Toyota, que lo fabricó inspirándose en Kirobo, el robot que fue enviado al espacio.

Su descendiente es capaz de conversar con su amo o aportarle informaciones, porque está dotado de funciones de telecomunicación con un servidor que concentra todos los datos y algoritmos para analizar y poder reponder.

Por su parte, Fujitsu, creador de Robopin, explica que la «inteligencia artificial no sólo se aplica a estas criaturas», que imitan más o menos al hombre o al animal, «sino también a todos los aparatos de la vida cotidiana».

Fujitsu planea introducir una dosis de inteligencia artificial en un cajero automático, y Sharp en las aspiradoras autónomas y en los hornos de microondas.

El distintivo AI (inteligencia artificial por sus siglas en inglés) figura a menudo en los aparatos para destacar la capacidad intelectual de los objetos, que podrían superar a los humanos.

Aún muy lejos de la inteligencia humana

Superar a los humanos es posible en determinados casos -ajedrez con el cálculo anticipado de todos las jugadas posibles, clasificación de cajas de medicamentos por un robot industrial-, pero la capacidad de evaluar cada situación en función de una cantidad inconmensurable de parámetros, como lo hace el cerebro humano, sigue siendo un objetivo muy lejano, considera el diseñador de robots Katsumori Sakakibara.

«Tome el ejemplo de un robot androide (con figura humana) capaz de hacer la limpieza. Encuentra en el suelo un tornillo de un Meccano de su hijo. Primero va a pensar en arrojarlo, pero quizás lo reconozca y cambie de opinión. Pero, ¿persistirá en arrojarlo al recordar que en la víspera el niño decidió tirar el juguete a la basura?», pregunta Sakakibara.

«Un humano puede hacer ese razonamiento en muy pocos segundos. Para que un robot pueda igualarlo será necesario bastante tiempo», responde Sakakibara, creador del robot Caiba.

Nada iguala a la inteligencia y la comunicación humanas, y por esa razón Caiba no es inteligente y se limita a replicar los gestos de un ser humano o retransmitir su palabra, explica el ingeniero.

Caiba es teledirigido por una persona que, además, escucha lo que el robot capta con sus micrófonos y ve en una pantalla (o un casco-pantalla) lo que el robot ve con sus cámaras.

Cuando el instructor mueve los brazos, el robot hace lo mismo y cuando gira la cabeza el aparato lo imita casi en tiempo real.

«Se pueden colocar esos robots, comandados por una sola persona, en varios puntos distantes de un aeropuerto. Eso permite al piloto estar virtualmente presente en varios lugares a la vez y responder a las demandas sucesivas de varios viajeros sin tener que desplazarse», explica Sakakibara.

«La AI perfecta, sigue siendo el cerebro humano», concluye el ingeniero. (04/10/2016)

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Toshiba se hunde en la crisis financiera, agravada por su filial Westinghouse

Toshiba confirmó que varios directivos de Westinghouse impulsaron a sus subordinados a manipular las modalidades financieras de la operación de compra de la sociedad CB&I, origen de los problemas financieros actuales.

/ 14 de marzo de 2017 / 16:18

El conglomerado japonés Toshiba, atrapado en una grave crisis financiera consecuencia de los problemas de su filial nuclear Westinghouse, pidió este martes un nuevo plazo excepcional de un mes para publicar sus cuentas.

En 2015 Toshiba ya se vio implicada en un caso de manipulación de cuentas que diezmó a la anterior dirección.

El conglomerado vuelve a estar en crisis tras pedir un segundo aplazamiento para publicar sus cuentas, después de haber pedido uno a mediados de febrero que vencía este martes.

«Creemos que aún necesitamos cuatro semanas», explicó este martes el conglomerado en un comunicado, en el que se disculpa ante sus accionistas e inversores.

Las autoridades le han otorgado un nuevo plazo, hasta el 11 de abril.

El mes pasado la dirección de Toshiba sólo logró dar «estimaciones de resultados» en las que se hablaba de una ‘depreciación’ de 712.500 millones de yenes (6.150 millones de dólares) en sus actividades nucleares en Estados Unidos debido a malos cálculos de su filial Westinghouse.

Vea también: Toshiba acumula caída de más del 50 % en Bolsa por deterioro de rama nuclear

También dijo temer para el ejercicio 2016-17 una pérdida neta de 390.000 millones de yenes (3.403 millones de dólares).

Se trata de datos no corroborados por los contables y que siguen sin estarlo, pese a que el grupo los volvió a presentar este martes, siempre con carácter provisional.

En otro comunicado, Toshiba confirmó que varios directivos de Westinghouse impulsaron a sus subordinados a manipular las modalidades financieras de la operación de compra de la sociedad CB&I, una operación que está en el origen de los problemas financieros actuales.

«La crisis de la filial Westinghouse alcanza su apogeo» afirmaba este martes el periódico Nikkei, la ‘biblia’ de los medios financieros japoneses.

Toshiba aseguró que está estudiando deshacerse de la mayoría de su actividad nuclear extranjera.

Vea también: Toshiba confirma la dimisión de su presidente por pérdidas multimillonarias

«Todas las hipótesis están sobre la mesa», incluso una suspensión de pagos de Westinghouse, declaró el presidente ejecutivo de Toshiba, Satoshi Tsunakawa, este martes en una rueda de prensa. Pero «aún no se ha decidido nada», precisó.

«En el pasado hemos hecho operaciones de fusiones-adquisiciones, hemos fracasado, debemos arrepentirnos» admitió el presidente ejecutivo de Toshiba, una marca centenaria, ahora en plena crisis.

Westinghouse fue comprada por Toshiba hace diez años, por un elevado precio de más de 4.000 millones de dólares.

En la bolsa de Tokio, la aprobación de un nuevo plazo para Toshiba fue bien acogida y las acciones, que a media jornada caían un 9%, acabaron ganando 0,46%.

Las autoridades bursátiles decidieron poner las acciones de Toshiba «bajo control», lo que acentúa la amenaza de exclusión de bolsa si el conglomerado japonés no respeta sus compromisos el mes de abril.

«Estamos haciendo lo posible para evitar una exclusión» prometió Satoshi Tsunakawa. (14/03/2017)

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