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Lennie James: ‘Es necesario recordar el precio violencia en The Walking Dead’

Pese su rol en la serie, asentado como uno de los personajes favoritos de los millones de telespectadores, el británico dice que espera "no morir todavía y aguantar un poco más de tiempo en la serie".

/ 9 de febrero de 2017 / 20:12

Lennie James, el actor británico que interpreta a Morgan Jones en la popular serie de televisión «The Walking Dead», adelanta a Efe que en la nueva temporada «afrontará un viaje de autodescubrimiento y tendrá que decidir en qué lado del conflicto está».

Preguntado sobre las críticas que recibió la primera parte de la temporada, tildada por críticos y seguidores de «demasiado violenta», James cree que «era necesario recordar a la audiencia el precio de la violencia».

Todos sabemos que en el camino del pacifista no es fácil», dice el actor, vestido de impoluto negro, con una gorra a juego, durante una entrevista con Efe en un lujoso hotel de Londres, donde no mostró señales de cansancio tras una maratoniana serie de encuentros con los medios internacionales.

«Hay gente que pensaba que el primer capítulo era muy violento, sí, pero creo que era necesario recordar lo violenta que es nuestra serie y cuáles son las consecuencias de esa violencia. Fue una especie de prueba, una forma de decir a la gente que se preparara», asegura.

En la segunda parte de la séptima temporada, que se estrena el próximo domingo, el personaje interpretado por James, vuelve a tener un rol fundamental.

«Morgan cree que la vida es algo preciado, y en esta nueva temporada se pregunta si sólo quiere sobrevivir o va a intentar vivir. Eso es importante en un mundo como Alexandría, donde hay luz, agua corriente, colegios», dice el actor.

«Morgan está en un viaje en el que intenta, por todos los medios, vivir, no sobrevivir. Es complicado porque está ahí fuera, en el mundo, pero intentará seguir sus propias reglas. No es un pastor evangélico ni intenta convencer al resto», cuenta. «Es como alguien de la mafia, puesto que cuando tiene que hacer algo, lo hace bien», comenta con sarcasmo.

El actor anticipa que en esta esperada segunda parte de la última temporada se van a conocer «uno o dos mundos nuevos», va a haber «dos o tres grandes pérdidas» y «lamentablemente, se va a dar un paso de gigante hacia la guerra».

«Los que estamos en el grupo de Rick (Andrew Lincoln) aprendemos sobre el dominio que tiene Negan (Jeffrey Dean Morgan) y nos damos cuenta desde hace cuánto tiempo sucede. Habrá muchas sorpresas a la hora de ver en qué lado de la guerra está la gente», subraya.

«Esta serie es única y exclusivamente para los fans, que son leales, generosos y alentadores, y, desde luego, no le gusta que les pongan de mala leche. Sin embargo, es parte de nuestro trabajo hacerlo. Tenemos que emocionarlos, sorprenderlos y, quizá, enfadarlos también», apunta.

Lennie se pone de parte de los creadores y dice que las críticas no le preocupan: «Quizá hoy estén enfadados, pero mañana no. No creo que los guionistas deban escribir las historias basándose en lo que digan los seguidores. El día que eso suceda me largaré de aquí», sostiene.

Pese su rol en la serie, asentado como uno de los personajes favoritos de los millones de telespectadores, el británico dice que espera «no morir todavía y aguantar un poco más de tiempo en la serie», aunque en ‘The Walking Dead’ «inevitablemente todos acaban muertos».

«Sé que todos acaban muertos. No llegas a esta serie pensando que vas a aguantar hasta el final; es parte inevitable del proceso. Con todo y eso, espero seguir durante un tiempo más. Pero, oye, esto es como ser entrenador en la Premier League: sabes que al final te van a acabar echando», comenta, entre risas, el actor.

«Eres un poco bobo si no piensas así», advierte. «No obstante, estoy feliz trabajando ahí; es un sitio maravilloso, con colegas increíbles. Podría seguir durante un tiempo, sin duda».

Si bien dice que está contento con el éxito de ‘The Walking Dead’, James, veterano actor en el mundo anglosajón, afirma también que no se acostumbra al «fenómeno» y que todavía le cuesta que le reconozcan por la calle.

«Antes podía ignorar el fenómeno, pero ahora, que estoy en la serie de forma regular, es imposible. Todo esto es la antítesis de como solía trabajar. Suena mal, pero a mí no me gusta todo esto. Lo que quiero es que la gente me conozca por mi trabajo», cuenta.

«No me gusta que la gente sepa quién soy porque me ha visto posando en calzoncillos. Me gusta el anonimato del actor y protejo mucho mi privacidad. No creo que por estar en televisión tenga que estar abierto a todo. Pero ahora estoy en ese show y me toca navegarlo como pueda», explica.

«Hicimos la ‘premiere’ de la sexta temporada en el Madison Square Garden de Nueva York y había 17.000 personas esperando para ver una hora de televisión. ¡Una puta locura! Vi a toda esa gente y oí los griteríos y estuve a punto de largarme… Pero me toca estar ahí.

Después de 25 años es una experiencia nueva», concluye James. (09/02/2017)

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‘La La Land’ triunfa los Bafta y llega lanzada a los Óscar

/ 13 de febrero de 2017 / 01:47

El musical «La La Land», con cinco Baftas, ha sido este domingo la gran triunfadora en la 70 edición de los premios de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión.

La historia de amor y jazz entre Mia (Emma Stone) y Sebastian (Ryan Gosling) en la ciudad de Los Ángeles, dirigida por Damien Chazelle, se llevó cinco de las 11 ‘máscaras’ doradas a las que aspiraba en el Royal Albert Hall de Londres: mejor película, mejor director, mejor actriz, mejor música y mejor fotografía.

El filme, que ha sido un éxito de público y taquilla, y que suma 14 nominaciones a los Óscar, se erigió como gran triunfadora en una noche en la que la Academia premió a 15 películas diferentes, entre ellas «Manchester by the Sea», «Lion», «Arrival» y «Jackie».

«Es un verdadero honor estar aquí», dijo un emocionado Chazelle tras recibir, de manos del actor Mark Rylance, la preciada ‘máscara’ dorada.

La estadounidense Emma Stone cumplió con los pronósticos y se alzó con el Bafta a mejor actriz, superando a Amy Adams, por su papel en «La llegada», Emily Blunt («La chica del tren»), Natalie Portman («Jackie») y Meryl Strepp («Florence Foster Jenkins»).

Stone, que hizo un discurso en el que llamó a la «unidad y a la creatividad», se llevó el Bafta a la tercera, después de dos nominaciones fallidas en 2011 y 2013.

«No sé si se han dado cuenta, pero mi país y el Reino Unido están pasando por un momento raro, con tendencia a la división. Y en este momento es importante que estemos todos juntos, que celebremos la creatividad y cómo, a través de ellas, podemos atravesar las fronteras y llegar la gente», apuntó la actriz.

Espere

A «La La Land», que sonaba para batir el récord de Baftas en una sola edición, en poder de «Butch Cassidy and the Sundance Kid» (que se llevó ocho en 1971), se le escapó el galardón a mejor actor protagonista, que recayó en el excelso Casey Affleck, por su papel de Lee Chandler en la intimista «Manchester by the Sea».

Affleck, que el pasado mes de enero se alzó el Globo de oro a mejor actor en una película dramática, llega a los Óscar como máximo favorito.

«La razón por la que estoy aquí es porque el guion de esta película dignifica de verdad la compasión del día a día», aseguró el estadounidense tras recibir el premio de manos de Penélope Cruz.

Otro de los galardones importantes que se le escapó a «La La Land» fue el de mejor guion original, que, contra pronóstico, se llevó Kenneth Lonergan por «Manchester by the Sea».

El filme, que arrancó la velada optando a seis ‘máscaras’, se llevó finalmente dos, las mismas que «Lion», la historia basada en el libro «A Long Way Home», de Saroo Brierley.

La conmovedora historia de Brierley, el joven indio que encontró a su familia 25 años después de verla por última vez, se llevó los Bafta a mejor guion adaptado y mejor actor secundario, para un emocionado Dev Patel.

En categoría femenina, el Bafta a mejor actriz secundaria fue para la estadounidense Viola Davis por «Fences», un papel por el que se llevó el Globo de Oro y por el que es la favorita para hacerse con el Óscar.

Además, el español Pedro Almodóvar se quedo a las puertas de su sexto Bafta, por el que optaba en la categoría de mejor película de habla no inglesa, y que recayó en la húngara «Son of Saul», ganadora el pasado año del Óscar y del Globo de Oro.

La española Laia Costa («Victoria») también se quedó sin el Bafta, en la categoría de mejor intérprete revelación, el único votado por el público, que fue a parar al británico Tom Holland («Capitán América: Civil War»).

El discurso más aplaudido de la noche en el Royal Albert Hall fue obra del veterano director Ken Loach, una de las voces más críticas del cine mundial, tras recoger el Bafta a mejor largometraje británico, por «I, Daniel Blake».

El octogenario realizador tildó al Gobierno conservador de Theresa May de «cruel, desalmado, brutal y vergonzoso» e insistió en que «el mundo actual se está haciendo cada vez más y más oscuro».

«La gente más vulnerable y más pobre de este país está siendo tratada con desprecio y con una brutalidad desmedida, y eso es vergonzoso. Y en la lucha que se está produciendo entre ricos y pobres, con las empresas y los políticos por un lado y el resto de nosotros en el otro, los directores de cine sabemos en que lado estar», agregó Loach.

La gala, que volvió después de 20 años al Royal Albert Hall, se caracterizó por el humor y por el ritmo impecable que le otorgó Stephen Fry, una de las figuras más populares de la cultura británica.

El momento estelar de la noche llegó al final de la gala, cuando el príncipe Guillermo, hizo entrega al legendario actor, director, cómico y compositor estadounidense Mel Brooks del Bafta honorífico. (12/02/2017)

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