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Mexicano de 17 años crea dispositivo para detectar cáncer mama con el sostén

Actualmente, el equipo de Higia tiene 15 miembros, entre ellos cuatro mentores. No obstante, "en un principio éramos nosotros e Internet", recuerda Julián Ríos.

/ 18 de marzo de 2017 / 14:47

Empezó buscando en Internet «¿Qué es el cáncer?» y poco después, el mexicano Julián Ríos, de 17 años, consiguió diseñar, junto con tres compañeros, un dispositivo que detecta el cáncer de mama gracias a biosensores y que cualquier mujer puede usar fácilmente colocándolo dentro del sostén.

En 2015, Ríos se decidió a inventar un método que ayudará a detectar el cáncer de mama, superando las limitaciones de los métodos convencionales, explica el estudiante de preparatoria del Tecnológico de Monterrey en una entrevista con Efe.

Su madre había sido diagnosticada dos veces con este tipo de cáncer, y de esta experiencia aprendió que «la mastografía y la autoexploración, a pesar de que son métodos con virtudes, tienen fallas importantes, que pueden poner en riesgo la vida de cualquier persona», afirma.

Para su misión, propuso la idea a tres compañeros y con ellos fundó la empresa Higia, dentro de la cual surgió EVA, un dispositivo que se puede usar dentro de cualquier sostén o bien en uno diseñado específicamente por el equipo.

José Antonio Torres, cofundador y director de tecnología de la empresa, explica el funcionamiento del dispositivo, que registra las temperaturas anormales que se dan los senos con la presencia de quistes, calcificaciones y tumores malignos.

EVA se emplea una hora a la semana durante un mes para almacenar datos de la usuaria, que se pueden monitorear con una aplicación en el móvil: «Entre más datos tengamos de la mujer, mejor se hace el algoritmo para pronosticar el cáncer», detalla Torres, de 20 años.

Hay otros factores independientes al cáncer que influyen en la temperatura corporal, «sin embargo, es fácil controlarlos», agrega su compañero.

De acuerdo con Higia, el algoritmo tiene una eficacia en el diagnóstico del 93 %, «que es bastante elevado en comparación de otros elementos como la exploración y el ultrasonido, que oscilan entre el 20 y el 50 %», relata Ríos, también director ejecutivo de Higa.

Cuando estaban definiendo el proyecto, tenían claro que su artilugio tenía que seguir tres líneas: no ser invasivo, no emitir radiación y no comprimir el seno.

Además de su regla de oro: «El médico no debe estar involucrado hasta que haya un diagnóstico de que existe algún tipo de malformación dentro del seno, antes no», asevera Ríos.

Que sea el «sofwtare» y no el médico quien hace el diagnóstico gracias a la base de datos facilita que el dispositivo sea realmente portátil.

«En las comunidades rurales no hay oncólogos», así que si fuera imprescindible un médico, «no lo puedes llevar (el dispositivo) a los lugares que más lo necesitan», argumenta el joven, quien también señala la falta de radiólogos y tomógrafos en México.

El equipo de Higia tiene pensado que el dispositivo tenga un precio aproximadamente de 2.500 pesos (129,8 dólares), aunque este podría variar.

Para mantener un precio accesible sin «comprometer su calidad», la empresa venderá los datos que recoja el dispositivo -de manera anónima- a «aseguradoras, gobiernos, universidades, etc.», dice Ríos.

Sostiene que «orientando el modelo de negocio en la venta de ‘big data’, y no a la venta de ‘hardware’, es cuando puedes intentar llevarlo a las comunidades más necesitadas».

En un escenario óptimo, EVA saldría a la venta a finales de 2018, pero todavía tienen que conseguir las autorizaciones correspondientes de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), lo que podría demorar el proceso.

Como reconocimiento a su trabajo, el proyecto ha ganado el Premio Nacional Estudiante Emprendedor de la Entrepreneur’s Organization, así como el Premio Everys, que reconoce la innovación tecnológica.

Actualmente, el equipo de Higia tiene 15 miembros, entre ellos cuatro mentores. No obstante, «en un principio éramos nosotros e Internet», recuerda Ríos.

Comenzaron buscando lecciones básicas sobre el cáncer, después pasaron a artículos científicos y médicos, y finalmente realizaron su investigación sobre el mercado y las patentes, para saber «qué se ha hecho y qué no».

En su proceso para conseguir ayuda financiera, los jóvenes han descubierto una lección: «El reto no es conseguir fondos, sino conseguir gente bastante increíble que esté dispuesto a dar su tiempo. Ese es el verdadero reto», asegura Ríos. (18/03/2017)

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Versión al náhuatl de «Pedro Páramo» aporta nueva dimensión al texto de Rulfo

Las editoriales deberían "apostarle" a la traducción a lenguas indígenas, ya que "al final de cuentas, México es un país multilingüe, multiétnico", reflexiona el lingüista y profesor Victoriano de la Cruz.

/ 13 de mayo de 2017 / 22:46

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo»; desde su recordado inicio, la novela de Juan Rulfo presenta rasgos del náhuatl, por lo que una nueva edición bilingüe, además de acercar el texto a los hablantes de esa lengua indígena, aporta una mayor profundidad a la obra.

La edición, publicada por la editorial RM y enmarcada en el centenario del natalicio del escritor mexicano (1917-1986), presenta junto al texto original la traducción del lingüista y profesor Victoriano de la Cruz.

El libro «tiene un reto para los hablantes del español: que puedan acercarse un poquito más a la traducción de esta literatura», valora el lingüista en entrevista con Efe.

Algo que está más cerca de lo que estos lectores piensan, ya que hay «más de 4.500 palabras que se usan en el español mexicano provenientes de raíces náhuatl», subraya.

La traducción de «Pedro Páramo» da fe de este aspecto. Para empezar, Comala (lugar de los comales) es un término que viene del náhuatl, al que se suman otras palabras que remiten a objetos cotidianos, como «papalote» (cometa), o el nombre del personaje al que llaman «el Tilcuate».

Además, el profesor relata que en algunos pasajes encontró «ciertas estructuras propias de los pueblos», por ejemplo, en los casos de «chiquitito o mi agüita». «Ciertos diminutivos se adaptaban perfectamente a la lengua náhuatl», asegura.

Aun así, De la Cruz tuvo la dificultad de encontrar palabras que no tienen su equivalente en el náhuatl, sobre todo las relacionadas con la religión, como «amén», «purgatorio» o Jesucristo.

Tampoco hay que olvidar, apunta, que «el español se considera como una lengua analítica», que separa las diferentes palabras, mientras que el náhuatl es «aglutinante», por lo que hubo ciertos problemas para «hacer el calco totalmente del español».

La edición viene con un prólogo del escritor Heriberto Yépez, quien considera que la traducción al náhuatl era una «labor pendiente» y que va a «ayudar a entender» la novela desde otra lengua.

Pese a que se suele pensar que con las traducciones se «pierde» parte del texto original, Yépez considera que se aprende de «un autor a través de las traducciones que se hacen».

En este caso, con una traducción literaria de «Pedro Páramo» al náhuatl «tenemos un nuevo material para seguir entendiendo cuál es la relación de Rulfo con el habla indígena, campesina, mestiza».

Y es que cuando se compara el texto original con el náhuatl se ven coincidencias en la forma de expresarse y de hacer poesía, como ocurre con la reiteración de las frases y las palabras o con la relación que se traza entre ciertos animales o plantas con lo humano.

Es una «obviedad» señalar la influencia que tuvo en Rulfo el habla popular; sin embargo, hacer planteamientos sobre la influencia indígena que recibió todavía sigue siendo algo «incómodo» y no se ha explorado lo suficiente, por lo que esta traducción «reaviva» esta cuestión, valora el escritor.

Para Yépez, este volumen genera una «nueva poesía»: «Es muy bello leer a Rulfo así, para mí incluso es conmovedor, emocionante, este encuentro de mundos, porque el náhuatl es una lengua especialmente poética».

De la Cruz, quien fue el responsable de proponer la traducción a la Fundación Juan Rulfo, lamenta que, «quizá por falta de sensibilidad», no se está trabajando en hacer las versiones al náhuatl de textos literarios.

Y es que, opina, «muchas personas tristemente han desprestigiado o no quieren conocer nada de la literatura en lenguas indígenas», pese a que el náhuatl, por ejemplo, cuenta con más de millón y medio de hablantes.

Las editoriales deberían «apostarle» a la traducción a lenguas indígenas, ya que «al final de cuentas, México es un país multilingüe, multiétnico», reflexiona. 

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La camisa que usó el Chapo en la entrevista con Sean Penn, «la más buscada»

Se trata de la prenda modelo "Fantasy", una camisa de algodón de manga larga que tiene un precio de 128 dólares y que está disponible en todas las tallas (de la S a la XXL).

/ 12 de enero de 2016 / 22:36

Con un estampado de fantasía sobre franjas verticales azules y grises, la camisa que lucía el narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán en su encuentro con Sean Penn está causando furor para regocijo de la tienda que la vende, Barabas, ubicada en Los Ángeles (EE.UU.).

La tienda de moda masculina, que comercializa la prenda por internet, promociona la camisa en la portada de su sitio web bajo el título de «La más buscada», acompañado de la fotografía que atestiguó la entrevista entre el actor y el capo para la revista Rolling Stone y en la que aparecen ambos dándose la mano.

Se trata de la prenda modelo «Fantasy», una camisa de algodón de manga larga que tiene un precio de 128 dólares y que está disponible en todas las tallas (de la S a la XXL).

Barabas también comercializa otra camisa de color azul, semejante a la que usa «El Chapo» en el clip de video publicado por Rolling Stone en la que el narcotraficante responde, en una entrevista de unos 17 minutos, a las preguntas de Penn.

El modelo «Crazy Paisley» (cachemira loca, en inglés), que también se encuentra «en stock» por el momento, tiene el mismo precio que la anterior, de 128 dólares, aunque los usuarios pueden ahorrarse 20 dólares si optan por el mismo estampado pero en un color diferente al que vestía el capo.

Barabas ha aprovechado el tirón de las camisas para promocionar su sitio en las redes sociales e incluso invita a sus seguidores a participar en un concurso para ganar una «camisa Chapo», dándole a «me gusta» en su página y compartiendo una fotografía.

Desde el domingo, el sitio web de la tienda ha estado tan saturado que su servidor cayó, por lo que estuvo unas horas sin funcionar de manera normal.

En ese tiempo, Barabas sugirió a sus compradores, a través de Facebook, que adquirieran sus productos por Amazon hasta que ellos volvieran a estar operativos.

El registro realizado el viernes en una vivienda de la localidad de Los Mochis, en el estado noroccidental de Sinaloa, donde se inició el operativo de recaptura de «El Chapo» dejó constancia del cuidado que Guzmán ponía en su físico.

En la habitación en la que dormía fueron encontradas bolsas de ropa de marca, además de varias cajas de tinte, tanto facial como para el cabello.

Un producto con el que el capo, a sus 58 años, mantenía intacta una de sus señas de identidad, su característico bigote negro, con el que apareció retratado en el momento de su captura.

Sin duda, la figura del líder del Cártel de Sinaloa vende. Ya se demostró cuando, tras su fuga del penal del Altiplano el pasado julio, proliferaran las camisetas con la imagen del capo, con lemas como «God save al Chapo» («Dios salve al Chapo») o «Who’s the king?» («¿Quién es el rey?»).

Además de que su imagen fue uno de los disfraces más usados en Estados Unidos y México con motivo del último Halloween, con caretas de su rostro incluidas, en tierras mexicanas se vendieron con bastante éxito piñatas inspiradas en el capo de las drogas para las fiestas infantiles.

En la entrevista con Penn, que salió a la luz el sábado, el capo presume que suministra más heroína, metanfetaminas, cocaína y marihuana «que nadie más en el mundo» y que tiene «una flota de submarinos, aviones, camiones y barcos».

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«Las mañanitas» suenan otra vez para festejar a Gabo como le gustaba

Hace un año el escritor realizó su habitual gesto de saludar a los periodistas que le esperaban a la puerta de su casa para recibir flores amarillas -sus favoritas- y, sobre todo, el cariño que sentían hacia él y que había ganado a pulso desde hacía décadas.

/ 6 de marzo de 2015 / 19:28

En la calle Fuego de la Ciudad de México vuelven hoy a sonar «Las mañanitas» para festejar los 88 años del escritor Gabriel García Márquez porque, aunque ya no esté físicamente, sigue en la memoria y el corazón de sus seguidores.

Y es que los familiares y amigos más cercanos del nobel de literatura celebrarán este día su cumpleaños, tal como le gustaba al autor de «Cien años de soledad», quien falleció el 17 de abril de 2014 en la capital mexicana.

«Este día se va a festejar como si él estuviera», dijo a Efe Genovevo Quiroz, quien durante muchos años fue el conductor y asistente personal del novelista colombiano que hizo de México su hogar durante más de medio siglo.

Una vez más las rosas amarillas inundaron el interior de la residencia de Gabo, como se referían a él cariñosamente, y las llamadas telefónicas comenzaron desde temprana hora.

«Estamos disfrutando este día que es muy especial», dijo Quiroz, quien señaló que la viuda del escritor, Mercedes Barcha, se encuentra «muy bien de salud y acompañada por su familia, hijos y amigos».

«Aunque físicamente no se encuentre, Gabo sigue en nuestros corazones», afirmó Dinorah, una amiga cercana de la familia que llegó desde temprano a la residencia ubicada en el barrio Jardines del Pedregal de San Ángel.

Hace un año el escritor realizó su habitual gesto de saludar a los periodistas que le esperaban a la puerta de su casa para recibir flores amarillas -sus favoritas- y, sobre todo, el cariño que sentían hacia él y que había ganado a pulso desde hacía décadas.

En el recuerdo de los mexicanos quedó la mirada emocionada de ese día, que expresaba lo que no podía su tímida sonrisa, y la llamativa rosa amarilla que el colombiano llevaba prendida en la solapa.

Su voz se añadió al coro cuando le entonaron «Las mañanitas», la canción de cumpleaños tradicional en México, donde escribió «Cien años de soledad», la obra con la que bordó su nombre en letras doradas en la historia de la literatura.

Porque, al fin y al cabo, García Márquez demostró al final de su vida que se había convertido en uno más de los personajes que nacieron de su pluma.

Como su Úrsula Iguarán, su muerte -pocas semanas después de su cumpleaños- ocurrió un Jueves Santo, tras luchar contra una infección pulmonar.

Y en su despedida, en el capitalino Palacio de Bellas Artes, estuvo rodeado, como su imaginario Mauricio Babilonia, de cientos de mariposas amarillas de papel, que volaron para recordar al maestro del «realismo mágico».

«La obra de García Márquez ya había modificado plenamente la manera que teníamos de ver la realidad, hace muchos años nos acostumbró a ver la cotidianidad de manera prodigiosa, y por eso sigue estando tan presente como lo estaba hace un año», dijo a Efe el escritor Juan Villoro.

Su éxito en la literatura no impidió que se apagara su gran pasión por el periodismo, la otra faceta a la que dedicó su vida, y la que le dio la capacidad de ver «señales extraordinarias en lo más ordinario».

El «azar y la fortuna», opinó el escritor, fueron trascendentales a lo largo de su trayectoria, pero también su vida «es la historia de una disciplina de hierro».

En los periódicos en los que trabajó, «cuando terminaba su jornada y el resto de compañeros se iba a la cantina, él empezaba a escribir ficción al compás de la rotativa que imprimía los diarios, como si fuera un oleaje que le acompañaba», narró Villoro.

Sus dos pasiones confluyeron en «Crónica de una muerte anunciada», un «momento superior de la literatura, donde la realidad se combina con la ficción y usa todos los recursos como cronista y novelista», dijo el mexicano sobre esta obra «inagotable».

La cantante Tania Libertad recordó al Gabo melómano, amante de los vallenatos y los boleros, a quien conoció en 1987, cinco años después de que recibiera el Premio Nobel de Literatura.

Cualquier excusa era buena para que su círculo de amigos diera pie a una celebración, que acababa siendo una «velada literario-musical», señaló la peruana a Efe, recordando su sentido del humor, su generosidad y lo mucho que le gustaba bailar.

«No sé si nos juntaremos para recordarlo y cantarle ‘Las mañanitas’ aunque no esté», dijo Libertad, quien defendió que «más que la personalidad que todo el mundo sabe que fue, era el gran amigo».

«Fue un hombre que disfrutó plenamente la vida y hoy lo hubiera celebrado con una parranda extraordinaria», aseguró Villoro.

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