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Saturday 7 Dec 2024 | Actualizado a 07:33 AM

Bióloga boliviana promueve la coexistencia de los osos andinos con la gente

Su proyecto "Conservación a través de la coexistencia: osos andinos y gente" se encuentra hoy entre los seis finalistas de los galardones británicos Whitley, considerado como un "Oscar" verde.

/ 8 de abril de 2017 / 21:14

Cuando se habla de osos la mayoría de las personas les temen, pero la bióloga boliviana Ximena Velez-Liendo tiene por ellos tal pasión que sus investigaciones para promover su conservación ahora le ha valido un reconocimiento internacional.

Su proyecto «Conservación a través de la coexistencia: osos andinos y gente» se encuentra hoy entre los seis finalistas de los galardones británicos Whitley, considerado como un «Oscar» verde para premiar a quienes promueven la conservación de la naturaleza.

El interés de Velez-Liendo por estos animales comenzó en 1999 cuando por primera vez vio un oso en estado silvestre al realizar su tesis en el Parque Nacional Carrasco en Cochabamba (centro).

«Era la primera vez que estaba en el campo y la primera vez que vi a un oso. Ese fue y es el recuerdo más lindo que tengo hasta ahora», dijo la bióloga en una entrevista con Efe.

Después de terminar sus estudios de biología en Cochabamba, hizo una maestría en Inglaterra, un doctorado en Bélgica y un postdoctorado en Bolivia logrando especializarse en osos andinos.

La especie es conocida en Bolivia como Jucumari u oso de anteojos por su pelaje pardo o blanco alrededor de los ojos y vive además en Los Andes tropicales de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú.

Es la única especie de oso que vive en Suramérica y está categorizado como vulnerable a la extinción a nivel nacional y mundial por la reducción de su población.

  • Foto del archivo personal de la bióloga boliviana en la que se la ve junto a una estatua de oso andino. Foto: EFE

Los osos son solitarios y algo misteriosos porque muy pocas veces se dejan ver con las personas, pero el cambio climático ha generado que la cantidad y calidad de alimento que puedan conseguir en los bosques no sea la misma y buscan comida cerca de las comunidades.

«Si los bosques no están produciendo suficiente alimento a causa del cambio climático, entonces los osos se ven forzados a buscar fuera de este y por lo general es ahí donde el conflicto con las comunidades aledañas comienza», explicó la bióloga.

Los osos andinos se alimentan de plantas, frutas y mamíferos, aves e insectos y pueden atacar ganado de las comunidades, lo que produce que las personas, por miedo, los maten.

Velez-Liendo realizó una evaluación en 2011 en la región sureña de Tarija donde determinó que comunidades pobres sufrían la pérdida de su ganado a causa de los osos andinos, por lo que se planteó poner en marcha un plan para investigar y promover la coexistencia.

En 2016 comenzó a ejecutarse el proyecto en el municipio de San Lorenzo, en la ciudad de Tarija, con la ayuda de la ONG local Prometa, la universidad de Oxford y el zoológico de Chester del Reino Unido, que apoyan proyectos para trabajar en el conflicto entre personas con la vida silvestre.

«Lo que el proyecto está haciendo es evaluar el nivel de conflicto, cuánto ganado pierde la gente y en base al análisis determinamos formas de reducción», destacó Velez-Liendo.

Después de conocer las percepciones y actitudes de los comunarios hacia los osos, el equipo de investigación les da ideas para el mejor manejo del ganado como también otras alternativas económicas y así lograr la preservación de los osos andinos.

«La gente sabe la importancia de tener estos animales y eso repercute en las actitudes que tienen hacia la biodiversidad de sus regiones», manifestó Velez-Liendo.

Además, la bióloga realiza por primera vez un estudio poblacional de osos andinos en la región sur de Bolivia para conocer su número, el área de ocupación y las formas de migración de estos animales.

Para este trabajo se usan trampas con cámara que se activan cuando un animal pasa enfrente, con el propósito de tener un estimado de la población de osos andinos que viven en el lugar.

Este trabajo estará concluido en tres años.

Según la experta, un estudio de 2010, realizado por otros investigadores, calcula que en el país existen al menos 3.000 osos adultos, pero con la nueva evaluación tendrá más datos más certeros.

La bióloga está muy honrada de que su proyecto haya sido elegido entre 169 para ser parte de los seis finalistas de los premios Whitley, pero lo considera un reconocimiento a los 18 años de trabajo que dedica a los ojos de anteojos.

Velez-Liendo, además de otros cinco finalistas de Venezuela, India, Filipinas y Sudáfrica, viajará el 18 de mayo al Reino Unido donde se conocerá el nombre del ganador del galardón y a quien se dotará de 35.000 libras para ampliar el proyecto durante un año. (08/04/2017)

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Chefs de varios países fomentan en Bolivia la gastronomía verde

La "gastronomía verde" es una propuesta culinaria que muestra el valor de los productos amazónicos, pero también contiene un fuerte mensaje de conservación de la biodiversidad de los bosques.

/ 15 de octubre de 2017 / 00:25

La biodiversidad de la amazonía boliviana, los sabores y aromas de sus productos y el saber ancestral de los pueblos indígenas inspiraron a chefs de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela a crear recetas para la alta cocina.

El libro «Gastronomía verde», publicado en La Paz y remitido a Efe, recoge los resultados de un encuentro realizado en 2016 de los productores indígenas, técnicos y chefs que compartieron sus experiencias y conocimientos en el arte de la cocina, la conservación de la biodiversidad y la identidad cultural.

El trabajo fue promovido por el restaurante Gustu, fundado en La Paz por el empresario gastronómico danés Claus Meyer; la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS) y el ministerio de Medio Ambiente y Agua con la colaboración del Fondo de Apoyo Civil de la Agencia Danesa de Desarrollo Internacional (DANIDA).

La «gastronomía verde» es una propuesta culinaria que muestra el valor de los productos amazónicos, pero también contiene un fuerte mensaje de conservación de la biodiversidad de los bosques.

«La gastronomía, a través del trabajo, el comercio y la difusión de conocimientos, puede ser un vehículo para revertir algunas adversidades de manera sostenible», sostiene el documento en alusión al compromiso necesario para la conservación del medioambiente.

Conociendo los ingredientes amazónicos y usándolos en recetas se ofrece «una forma completamente distinta de entender la gastronomía del país», señala el libro distribuido por la WCS.

Los productos usados para las recetas proceden del parque Madidi, reconocido como una reserva de la biodiversidad de importancia mundial, que abre posibilidades para descubrir nuevos sabores.

«La gastronomía de alta cocina puede lograr seducir a nuevos aliados de una manera que pocos medios logran. La palabra biodiversidad llega de una manera poderosa cuando es transformada en un plato», expresa la publicación.

El libro contiene recetas de los chefs Kamilla Seidler, del Gustu, de Bolivia; Rafael Da Silva, de Brasil; Eduardo Martínez, de Colombia; Pedro Miguel Schiaffino, de Perú; Carlos García, de Venezuela y Juan José Aniceto, de Ecuador.

También participaron los bolivianos Gabriela Prudencio, Pamela Flores y Kenso Hirose.

Todos los chefs conocieron y utilizaron productos como el cacao, la yuca, el palmito, la carne de lagarto, los peces surubí y bagre, los frutos de palmas de asaí, el copoazú y la vainilla, entre otros.

«Es toda una revelación el sentir en carne propia cómo al elegir productos generados de manera sostenible, limpia y ética, haces una diferencia en las comunidades que hoy quieren permanecer y conservar su entorno», escribió el chef brasileño Rafael Rincón.

Cada cocinero se inspiró en recetas que incluyeron uno de esos ingredientes para crear un tipo de panceta de cerdo, una farofa (harina) de yuca y una salsa de «ají gusanito», parecido a una oruga verde, con los que hizo platos el brasileño Da Silva.

El paiche amazónico, que puede llegar a medir dos metros y medio, preparado a la plancha, con palmito, cilantro, asaí y una salsa de tipo romesco conforman la propuesta de Flores.

Otras recetas son el fetuccini de asaí y copoazú con setas amazónicas y cacao, del colombiano Martínez; la ensalada del pez bagre ahumado, del ecuatoriano Aniceto; y el lagarto en escabeche con cáscara de sandía creado por el equipo de Gustu.

Esta última receta expresa, según el documento, la «sostenibilidad gastronómica» ya que usa algunos productos que se desechan como la cáscara de sandía y enseña el manejo sostenible de la carne de lagarto conservando las poblaciones de esta especie. (14/10/2017)

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Chefs de varios países fomentan en Bolivia la gastronomía verde

La "gastronomía verde" es una propuesta culinaria que muestra el valor de los productos amazónicos, pero también contiene un fuerte mensaje de conservación de la biodiversidad de los bosques.

/ 15 de octubre de 2017 / 00:25

La biodiversidad de la amazonía boliviana, los sabores y aromas de sus productos y el saber ancestral de los pueblos indígenas inspiraron a chefs de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela a crear recetas para la alta cocina.

El libro «Gastronomía verde», publicado en La Paz y remitido a Efe, recoge los resultados de un encuentro realizado en 2016 de los productores indígenas, técnicos y chefs que compartieron sus experiencias y conocimientos en el arte de la cocina, la conservación de la biodiversidad y la identidad cultural.

El trabajo fue promovido por el restaurante Gustu, fundado en La Paz por el empresario gastronómico danés Claus Meyer; la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS) y el ministerio de Medio Ambiente y Agua con la colaboración del Fondo de Apoyo Civil de la Agencia Danesa de Desarrollo Internacional (DANIDA).

La «gastronomía verde» es una propuesta culinaria que muestra el valor de los productos amazónicos, pero también contiene un fuerte mensaje de conservación de la biodiversidad de los bosques.

«La gastronomía, a través del trabajo, el comercio y la difusión de conocimientos, puede ser un vehículo para revertir algunas adversidades de manera sostenible», sostiene el documento en alusión al compromiso necesario para la conservación del medioambiente.

Conociendo los ingredientes amazónicos y usándolos en recetas se ofrece «una forma completamente distinta de entender la gastronomía del país», señala el libro distribuido por la WCS.

Los productos usados para las recetas proceden del parque Madidi, reconocido como una reserva de la biodiversidad de importancia mundial, que abre posibilidades para descubrir nuevos sabores.

«La gastronomía de alta cocina puede lograr seducir a nuevos aliados de una manera que pocos medios logran. La palabra biodiversidad llega de una manera poderosa cuando es transformada en un plato», expresa la publicación.

El libro contiene recetas de los chefs Kamilla Seidler, del Gustu, de Bolivia; Rafael Da Silva, de Brasil; Eduardo Martínez, de Colombia; Pedro Miguel Schiaffino, de Perú; Carlos García, de Venezuela y Juan José Aniceto, de Ecuador.

También participaron los bolivianos Gabriela Prudencio, Pamela Flores y Kenso Hirose.

Todos los chefs conocieron y utilizaron productos como el cacao, la yuca, el palmito, la carne de lagarto, los peces surubí y bagre, los frutos de palmas de asaí, el copoazú y la vainilla, entre otros.

«Es toda una revelación el sentir en carne propia cómo al elegir productos generados de manera sostenible, limpia y ética, haces una diferencia en las comunidades que hoy quieren permanecer y conservar su entorno», escribió el chef brasileño Rafael Rincón.

Cada cocinero se inspiró en recetas que incluyeron uno de esos ingredientes para crear un tipo de panceta de cerdo, una farofa (harina) de yuca y una salsa de «ají gusanito», parecido a una oruga verde, con los que hizo platos el brasileño Da Silva.

El paiche amazónico, que puede llegar a medir dos metros y medio, preparado a la plancha, con palmito, cilantro, asaí y una salsa de tipo romesco conforman la propuesta de Flores.

Otras recetas son el fetuccini de asaí y copoazú con setas amazónicas y cacao, del colombiano Martínez; la ensalada del pez bagre ahumado, del ecuatoriano Aniceto; y el lagarto en escabeche con cáscara de sandía creado por el equipo de Gustu.

Esta última receta expresa, según el documento, la «sostenibilidad gastronómica» ya que usa algunos productos que se desechan como la cáscara de sandía y enseña el manejo sostenible de la carne de lagarto conservando las poblaciones de esta especie. (14/10/2017)

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Bióloga boliviana promueve la coexistencia de los osos andinos con la gente

Su proyecto "Conservación a través de la coexistencia: osos andinos y gente" se encuentra hoy entre los seis finalistas de los galardones británicos Whitley, considerado como un "Oscar" verde.

/ 8 de abril de 2017 / 21:14

Cuando se habla de osos la mayoría de las personas les temen, pero la bióloga boliviana Ximena Velez-Liendo tiene por ellos tal pasión que sus investigaciones para promover su conservación ahora le ha valido un reconocimiento internacional.

Su proyecto «Conservación a través de la coexistencia: osos andinos y gente» se encuentra hoy entre los seis finalistas de los galardones británicos Whitley, considerado como un «Oscar» verde para premiar a quienes promueven la conservación de la naturaleza.

El interés de Velez-Liendo por estos animales comenzó en 1999 cuando por primera vez vio un oso en estado silvestre al realizar su tesis en el Parque Nacional Carrasco en Cochabamba (centro).

«Era la primera vez que estaba en el campo y la primera vez que vi a un oso. Ese fue y es el recuerdo más lindo que tengo hasta ahora», dijo la bióloga en una entrevista con Efe.

Después de terminar sus estudios de biología en Cochabamba, hizo una maestría en Inglaterra, un doctorado en Bélgica y un postdoctorado en Bolivia logrando especializarse en osos andinos.

La especie es conocida en Bolivia como Jucumari u oso de anteojos por su pelaje pardo o blanco alrededor de los ojos y vive además en Los Andes tropicales de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú.

Es la única especie de oso que vive en Suramérica y está categorizado como vulnerable a la extinción a nivel nacional y mundial por la reducción de su población.

  • Foto del archivo personal de la bióloga boliviana en la que se la ve junto a una estatua de oso andino. Foto: EFE

Los osos son solitarios y algo misteriosos porque muy pocas veces se dejan ver con las personas, pero el cambio climático ha generado que la cantidad y calidad de alimento que puedan conseguir en los bosques no sea la misma y buscan comida cerca de las comunidades.

«Si los bosques no están produciendo suficiente alimento a causa del cambio climático, entonces los osos se ven forzados a buscar fuera de este y por lo general es ahí donde el conflicto con las comunidades aledañas comienza», explicó la bióloga.

Los osos andinos se alimentan de plantas, frutas y mamíferos, aves e insectos y pueden atacar ganado de las comunidades, lo que produce que las personas, por miedo, los maten.

Velez-Liendo realizó una evaluación en 2011 en la región sureña de Tarija donde determinó que comunidades pobres sufrían la pérdida de su ganado a causa de los osos andinos, por lo que se planteó poner en marcha un plan para investigar y promover la coexistencia.

En 2016 comenzó a ejecutarse el proyecto en el municipio de San Lorenzo, en la ciudad de Tarija, con la ayuda de la ONG local Prometa, la universidad de Oxford y el zoológico de Chester del Reino Unido, que apoyan proyectos para trabajar en el conflicto entre personas con la vida silvestre.

«Lo que el proyecto está haciendo es evaluar el nivel de conflicto, cuánto ganado pierde la gente y en base al análisis determinamos formas de reducción», destacó Velez-Liendo.

Después de conocer las percepciones y actitudes de los comunarios hacia los osos, el equipo de investigación les da ideas para el mejor manejo del ganado como también otras alternativas económicas y así lograr la preservación de los osos andinos.

«La gente sabe la importancia de tener estos animales y eso repercute en las actitudes que tienen hacia la biodiversidad de sus regiones», manifestó Velez-Liendo.

Además, la bióloga realiza por primera vez un estudio poblacional de osos andinos en la región sur de Bolivia para conocer su número, el área de ocupación y las formas de migración de estos animales.

Para este trabajo se usan trampas con cámara que se activan cuando un animal pasa enfrente, con el propósito de tener un estimado de la población de osos andinos que viven en el lugar.

Este trabajo estará concluido en tres años.

Según la experta, un estudio de 2010, realizado por otros investigadores, calcula que en el país existen al menos 3.000 osos adultos, pero con la nueva evaluación tendrá más datos más certeros.

La bióloga está muy honrada de que su proyecto haya sido elegido entre 169 para ser parte de los seis finalistas de los premios Whitley, pero lo considera un reconocimiento a los 18 años de trabajo que dedica a los ojos de anteojos.

Velez-Liendo, además de otros cinco finalistas de Venezuela, India, Filipinas y Sudáfrica, viajará el 18 de mayo al Reino Unido donde se conocerá el nombre del ganador del galardón y a quien se dotará de 35.000 libras para ampliar el proyecto durante un año. (08/04/2017)

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Bióloga boliviana promueve la coexistencia de los osos andinos con la gente

Su proyecto "Conservación a través de la coexistencia: osos andinos y gente" se encuentra hoy entre los seis finalistas de los galardones británicos Whitley, considerado como un "Oscar" verde.

/ 8 de abril de 2017 / 21:14

Cuando se habla de osos la mayoría de las personas les temen, pero la bióloga boliviana Ximena Velez-Liendo tiene por ellos tal pasión que sus investigaciones para promover su conservación ahora le ha valido un reconocimiento internacional.

Su proyecto «Conservación a través de la coexistencia: osos andinos y gente» se encuentra hoy entre los seis finalistas de los galardones británicos Whitley, considerado como un «Oscar» verde para premiar a quienes promueven la conservación de la naturaleza.

El interés de Velez-Liendo por estos animales comenzó en 1999 cuando por primera vez vio un oso en estado silvestre al realizar su tesis en el Parque Nacional Carrasco en Cochabamba (centro).

«Era la primera vez que estaba en el campo y la primera vez que vi a un oso. Ese fue y es el recuerdo más lindo que tengo hasta ahora», dijo la bióloga en una entrevista con Efe.

Después de terminar sus estudios de biología en Cochabamba, hizo una maestría en Inglaterra, un doctorado en Bélgica y un postdoctorado en Bolivia logrando especializarse en osos andinos.

La especie es conocida en Bolivia como Jucumari u oso de anteojos por su pelaje pardo o blanco alrededor de los ojos y vive además en Los Andes tropicales de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú.

Es la única especie de oso que vive en Suramérica y está categorizado como vulnerable a la extinción a nivel nacional y mundial por la reducción de su población.

  • Foto del archivo personal de la bióloga boliviana en la que se la ve junto a una estatua de oso andino. Foto: EFE

Los osos son solitarios y algo misteriosos porque muy pocas veces se dejan ver con las personas, pero el cambio climático ha generado que la cantidad y calidad de alimento que puedan conseguir en los bosques no sea la misma y buscan comida cerca de las comunidades.

«Si los bosques no están produciendo suficiente alimento a causa del cambio climático, entonces los osos se ven forzados a buscar fuera de este y por lo general es ahí donde el conflicto con las comunidades aledañas comienza», explicó la bióloga.

Los osos andinos se alimentan de plantas, frutas y mamíferos, aves e insectos y pueden atacar ganado de las comunidades, lo que produce que las personas, por miedo, los maten.

Velez-Liendo realizó una evaluación en 2011 en la región sureña de Tarija donde determinó que comunidades pobres sufrían la pérdida de su ganado a causa de los osos andinos, por lo que se planteó poner en marcha un plan para investigar y promover la coexistencia.

En 2016 comenzó a ejecutarse el proyecto en el municipio de San Lorenzo, en la ciudad de Tarija, con la ayuda de la ONG local Prometa, la universidad de Oxford y el zoológico de Chester del Reino Unido, que apoyan proyectos para trabajar en el conflicto entre personas con la vida silvestre.

«Lo que el proyecto está haciendo es evaluar el nivel de conflicto, cuánto ganado pierde la gente y en base al análisis determinamos formas de reducción», destacó Velez-Liendo.

Después de conocer las percepciones y actitudes de los comunarios hacia los osos, el equipo de investigación les da ideas para el mejor manejo del ganado como también otras alternativas económicas y así lograr la preservación de los osos andinos.

«La gente sabe la importancia de tener estos animales y eso repercute en las actitudes que tienen hacia la biodiversidad de sus regiones», manifestó Velez-Liendo.

Además, la bióloga realiza por primera vez un estudio poblacional de osos andinos en la región sur de Bolivia para conocer su número, el área de ocupación y las formas de migración de estos animales.

Para este trabajo se usan trampas con cámara que se activan cuando un animal pasa enfrente, con el propósito de tener un estimado de la población de osos andinos que viven en el lugar.

Este trabajo estará concluido en tres años.

Según la experta, un estudio de 2010, realizado por otros investigadores, calcula que en el país existen al menos 3.000 osos adultos, pero con la nueva evaluación tendrá más datos más certeros.

La bióloga está muy honrada de que su proyecto haya sido elegido entre 169 para ser parte de los seis finalistas de los premios Whitley, pero lo considera un reconocimiento a los 18 años de trabajo que dedica a los ojos de anteojos.

Velez-Liendo, además de otros cinco finalistas de Venezuela, India, Filipinas y Sudáfrica, viajará el 18 de mayo al Reino Unido donde se conocerá el nombre del ganador del galardón y a quien se dotará de 35.000 libras para ampliar el proyecto durante un año. (08/04/2017)

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