Privados de sus teléfonos celulares para evitar cualquier filtración, Pedro Almodóvar y todo su jurado se reúnen este domingo en una villa en las alturas de Cannes, cuya ubicación está tan protegida como un secreto de Estado.

En cónclave desde esta mañana, los nueve miembros del jurado, que no reaparecerán hasta la ceremonia de clausura, a las 19.15 (17.15 GMT), tienen que ponerse de acuerdo sobre el palmarés, formado por siete galardones obligatorios: la Palma de Oro, el gran premio, el premio del jurado, y los premios al mejor director, guión e interpretación masculina y femenina, según el reglamento del Festival.

El palmarés sólo puede incluir un único premio ex aequo y no puede aplicarse a la Palma de Oro. Otro punto inamovible: una película no puede recibir varias recompensas. El premio del jurado y al mejor guión pueden ir asociados sin embargo a la mejor interpretación, en casos excepcionales bajo derogación del presidente del certamen, Pierre Lescure.

«Un mal palmarés suele ser fruto de un compromiso. Un buen palmarés es el que corresponde a las opiniones de los críticos internacionales generalmente competentes», asegura a la AFP Gilles Jacob, expresidente de la muestra que ha asistido a este ritual en casi 40 ocasiones.

– No hay almuerzo sin palmarés –

«Según las personalidades, el ambiente de las deliberaciones alrededor de la mesa varía. Al final del festival, los miembros del jurado están cansados. Además de los de la competición, también ven otros filmes, se reúnen con mucha gente… Pero el día del palmarés, están muy concentrados, conscientes de la importancia del tema», insiste Jacob.

«A menudo, cada miembro del jurado defiende a su preferido, con táctica o vehemencia, pero siempre con argumentos preparados. Normalmente se nota la tensión. El presidente debe tranquilizar el ambiente», prosigue Jacob.

«El jurado tiene derecho a hacer pausas, con refrigerios, pero no almuerzan hasta que el palmarés esté establecido», bromea.

Tradicionalmente, se utiliza una champañera como urna donde cada miembro del jurado introduce un papelito: «En presencia del presidente del Festival, el delegado general supervisa el recuento y un secretario de la votación lo anota todo para evitar cualquier impugnación», precisa el expresidente de la muestra. «Las deliberaciones pueden ser largas, el voto a mano alzada es rarísimo».

«Cuando el palmarés está decidido, nos ponemos en contacto con los cineastas diciéndoles que estaría bien que volvieran a Cannes para la clausura», añade. «Nunca les decimos de qué premio se trata, para guardar el efecto sorpresa» hasta el final. (28/05/2017)