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Socióloga crea una escuela de brujas online

‘Escuela de brujas de luz’ es una oferta educativa online creada por la boliviana Fernanda Peñarrieta. En dos años y medio alcanzó a 800 alumnos de 21 países, incluidos algunos hombres.

“Hola, ¿es la escuela de brujas?”. No pude evitar una sonrisa interna y la risa de mis compañeros de trabajo, por lo singular de mi requerimiento. No es que todos los días se llame desde el periódico a brujas y mucho menos bolivianas.

Sobre todo porque la condición bruja está asociada en nuestra sociedad a una imagen de mujer “mala”, “controladora”, “que maltrata”, “chismosa”, “envidiosa”, “que desea el mal a los demás”. Las definiciones son fruto de un sondeo entre una decena de hombres de la misma oficina (los mayores también lo asociaron a las suegras “entrometidas”).

Pero estas brujas plurinacionales están lejos del imaginario ‘halloweenense’. Se trata de un grupo de mujeres de mediana edad, profesionales y emprendedoras que se asumen brujas, esto es, mujeres empoderadas y conectadas con los ciclos de la tierra, que llevan adelante un curso online que funciona hace dos años y medio con el objetivo de despertar a la bruja interior y la luz propia de cada persona. 

Brujas de luz. “Por mucho tiempo, las Brujas hemos vivido en silencio y hasta con culpa, la relación con nuestros dones. Nos han juzgado, encerrado y silenciado; nosotras mismas nos habíamos castrado”, explica Peñarrieta, socióloga de 37 años y creadora de brujasdeluz.net.

La boliviana que hoy reside en Uruguay organizaba en su tierra natal círculos de mujeres cada luna nueva. Ése fue el inicio de esta ‘Escuela de brujas de luz’ que atrae también alumnos —uno por cada 35 féminas, asegura la creadora— en los cinco continentes.

El curso para ser una bruja consiste en tres módulos, cada uno dura entre uno y de tres meses. El primero es: Despierta tu Bruja de Luz y reencuentra tu manada, luego viene Sanación de raíz a coronilla. El tercero es de especialización, que incluye medicinas de la tierra. El costo es de $us 50 por mes. También se ofrece becas trabajo.

Nicole Pinto vive en La Paz. Hace una pausa en su consultorio psicológico para hablar de su trabajo como guardiana o guía de las brujas de luz —en el sitio web se ofrece también cursos de registros akáshicos, cosmomagia, rituales y otros—.

“Una bruja es una persona que conoce sus heridas, pero al mismo tiempo sabe que cada una contiene un potencial sanación y de crecimiento personal”.

Ella llegó a este camino a raíz de una serie de situaciones personales que la llevaron a orientar a otras mujeres a sacar su potencial. “Hay que resignificar. Ya no ser víctima, sino que puedes reinterpretar. Es una sanación muy holística la que se da”, dice sobre Brujas de luz.

Su familia cercana la apoyó en esta vía. “Como que hago algo fuera de lo común, pero creo que me ven que llego tan llena de vida que me han apoyado”. Sobre sus parientes más lejanos, ríe cuando recuerda su extrañeza al saberla bruja autonombrada.

En ‘Escuela de brujas de luz’ se preparan también pociones y hechizos que no embrujan a nadie que no sea uno mismo. “Nosotras hemos creado el autohechizo, porque sabemos que dentro de nosotras está la verdad”, cuenta Peñarrieta. Éste consiste en plantas y aceites. No usan “en ningún caso magia para doblegar voluntades, como hace la negra”, advierte Pinto.

“Quisiera que Halloween ya no represente a la bruja de nariz enorme que se come a los niños. Una bruja es una mujer linda, libre, sensible que ama la vida y está a su servicio”, asegura Peñarrieta, quien este 31 de octubre preparará, como cada año, su mesa para el Día de Todos Santos.

“Declararnos brujas de luz, es tomar con honor el legado de nuestras ancestras. Ellas sabían conectarse a la tierra, mediante sus ritmos femeninos. Las mujeres eran amorosas guardianas de los conocimientos médicos y de sanación. Nosotras hoy decidimos recordar toda esa información y a la vez limpiar toda memoria de dolor, victimización y miedo en el que hayamos vivido”, explica el portal de las brujas de luz made in Bolivia.