El peculiar entierro del Pepino despide el Carnaval en La Paz
El presidente de la Asociación de Comparsas del Carnaval, Ramiro Lazo, dijo que a pesar de los desastres ocurridos en Carnaval no se podía parar esta actividad que fue preparada con meses de anticipación y anunció una campaña solidaria.
El tradicional entierro del Pepino, un personaje picaresco que «revive» cada año para derrochar alegría, cerró hoy en una mezcla de tristeza fingida y celebración los festejos por el Carnaval en La Paz.
El acto comenzó con un minuto de silencio a causa de las explosiones ocurridas en pleno Carnaval días atrás en la ciudad boliviana de Oruro (oeste), que dejaron una docena de muertos y cerca de medio centenar de heridos.
Luego, personajes conocidos como «pepinos» se cargaron al hombro un féretro hecho de madera, pintado de colores, que encabezó el recorrido por las calles paceñas cercanas al cementerio de la ciudad.
Atrás iban las «viudas» del Pepino, cholitas, mujeres con una indumentaria típica aimara, que llevaban un manto negro y que iban lamentándose por la «muerte» de este travieso personaje.
Detrás del ataúd, 25 comparsas de «ch’utas», una música y baile típicos, acompañados de las cholitas paceñas hacían su paso con esta danza tradicional, que consiste en hacer dar vueltas a su pareja mostrando sus coloridos trajes.
El Pepino representa la picardía, la alegría y el desenfreno característicos del Carnaval, mientras que el «ch’uta» y la cholita introducen costumbres aimaras en la fiesta, como el agradecimiento a la Pachamama o Madre Tierra por sus frutos.
«Estamos ahora haciendo homenaje al entierro del Pepino, despidiendo el Carnaval paceño hasta el próximo año», señaló a Efe, Lizbeth Tarqui, una de las bailarinas que acompaña esta actividad por más de cinco años.
Al llegar a inmediaciones del Cementerio General los «pepinos» bajaron el ataúd para dar el «ultimo adiós» al personaje.
«No te vayas, Pepino, seguiremos bailando», decía una de las «viudas» sollozando y tratando de hacerlo revivir.
Por unos minutos, el Pepino vestido de blanco y dorado salió del féretro para bailar por última vez con todas sus viudas y para despedirse de todos los paceños hasta el siguiente año.
Los bailarines, las «viudas» y los «pepinos» dejaron el ataúd en la acera del cementerio y continuaron su paso en este domingo, denominado de «tentación».
«Es la despedida del Carnaval, hoy es domingo de tentación, hoy todos estamos tentados a bailar y disfrutar al máximo estos carnavales», manifestó a Efe Francisco Caviña, uno de los bailarines.
El presidente de la Asociación de Comparsas del Carnaval de La Paz, Ramiro Lazo, declaró que a pesar de las desgracias ocurridas en el país en este Carnaval, por las explosiones en Oruro y las inundaciones en varias zonas de Bolivia, no se podía parar esta actividad que fue preparada con meses de anticipación.
«Después de esto realizaremos una campaña solidaria, ese es el compromiso de todos los actores», subrayó Lazo.
Algunas ciudades bolivianas, como Cochabamba y Sucre, cancelaron actividades carnavaleras por las explosiones en Oruro y las inundaciones. (18/02/2017)