El diseño del nuevo Museo de Tiwanaku cobra forma
Ya se presentó una propuesta museográfica. Viene el plano
Una propuesta más educativa, instalaciones adecuadas para conservar patrimonio y la más alta tecnología son algunos de los elementos que tendrá el nuevo Museo de Tiwanaku, proyecto que se halla en su primera fase.
Esta etapa inicial se concretó con la entrega del borrador del diseño museológico del espacio elaborado por el especialista Benito Montiel.
“Los repositorios que ahora están en el sitio, fueron construidos en los años 80 (antes de la declaratoria de Patrimonio por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en 2000) y su infraestructura ya resulta limitada, no se puede exponer todo lo relevante de la cultura Tiwanaku. Este museo (actual) tampoco refleja los nuevos hallazgos que se hicieron en las últimas décadas”, explica la ministra de Culturas y Turismo, Wilma Alanoca.
Esto llevó a la realización de un estudio con el objetivo de levantar una nueva pinacoteca especializada en el sitio, que tenga los elementos necesarios para ofrecer información actualizada y coherente de la historia de estas civilizaciones.
Uno de los principales aspectos que fueron analizados es la falta de orden cronológico coherente que permita al visitante comprender la magnitud del avance de Tiwanaku y de otras culturas en la región.
“Actualmente, podemos decir que quienes tienen conocimientos avanzados de arqueología e historia sacan mayor beneficio que el público en general. Se tiene un orden, pero no es el más adecuado. El estudio nos permite establecer un guion altamente didáctico”, manifiesta Julio Condori, director del Centro de Investigaciones Arqueológicas Antropológicas y Administración de Tiwanaku (CIAAAT), la instancia que lleva adelante el proyecto.
En el informe de Montiel se establece la necesidad de que se presenten los objetos de una manera que permita a las personas conocer el desarrollo de Tiwanaku y de otras culturas como los señoríos aymaras y la inka de forma ordenada.
Para ello, la propuesta de diseño cuenta con seis tipos de áreas: una introductoria, sin ningún objeto en muestra, otra que comienza el recorrido desde el periodo lítico formativo (3.500 a 1.600 a. C.), una tercera para objetos de “alto valor estético”, una cuarta que explora el final del imperio tiwanakota y el ascenso de los señoríos aymaras, una quinta enfocada en le imperio Inka y la Colonia española y una sexta para muestras temporales.
Para esto se tiene planeado contar con lo más nuevo en tecnología de museos, aprovechando la información que cuenta el CIAAAT, como los resultados de la investigación realizada el año pasado con drones y que permitió descubrir que el yacimiento arqueológico es más grande de lo que se creía.
De acuerdo con la investigación efectuada por un equipo internacional en coordinación con el centro de Tiwanaku, los tesoros se encuentran distribuidos en un área de 600 hectáreas, seis veces mayor a la que se conocía hasta entonces.
Las imágenes capturadas por los drones especializados, por ejemplo, se utilizarán en audiovisuales 3D en las salas de exposición, entre algunas de las novedades sugeridas.
Otra característica que tendrá el nuevo repositorio es que éste será un “museo de sitio”. Esto quiere decir que no se limitará únicamente a la exposición del material lítico y cerámico —los cuales están almacenados en más de 600.000 bolsas que ahora están siendo catalogadas por los científicos del CIAAAT— sino que también será el punto neurálgico para coordinar investigación y excavaciones que se llevan adelante en el lugar.
“Tendremos laboratorios que nos permitirán mantener el control de los restos y garantizar su conservación. Además centralizaremos la información para poder analizarla cuidadosamente”, menciona Condori. Por su parte, el informe de Montiel especifica que el nuevo museo será el inicio de la visita al complejo.
“Tiwanaku es el único sitio declarado Patrimonio de la Humanidad del país que cuenta con museos en el lugar. Esto repercute de forma importante en los visitantes”, agrega Alanoca.
En las siguientes semanas se lanzará la licitación para la elaboración del diseño arquitectónico del nuevo centro cultural, el cual se ubicará en el mismo espacio de los repositorios actuales, los que serán demolidos. Se espera tener los planos para mediados de 2019.
Un recinto que no se terminó de construir
El repositorio lítico forma parte de un litigio con la empresa constructora
“El Centro de Investigaciones Arqueológicas Antropológicas y Administración de Tiwanaku (CIAAAT) heredó un museo con conflictos legales y con el cual se puede hacer muy poco”, informó el director Julio Condori.
El repositorio en cuestión es el Museo Lítico que se encuentra en Tiwanaku, el cual se presentó terminado solo hasta su segunda fase y que presenta errores de diseño, filtraciones y pone en peligro la integridad de las piezas, entre las que se incluye el histórico monolito Bennett.
El problema se remonta a 2011, cuando se detectó el pésimo estado de las instalaciones. Esto llevó a la creación del CIAAAT y a un juicio, que todavía continúa, con la empresa RAH Gómez, responsable de la construcción del espacio.
Respecto al Museo Cerámico, tanto Condori como la ministra Wilma Alanoca coinciden en asegurar que su vida útil ya finalizó. Construido a principios de la década de 1990, el repositorio no cuenta con la capacidad para exponer los materiales descubiertos recientemente y su infraestructura no es la más adecuada para este propósito.
Asimismo, su diseño museográfico no es el adecuado para transmitir la información relevante del sitio arqueológico.