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Un cura condenado por abuso en España fue enviado a Bolivia

Un sacerdote condenado en España por abusar de una niña de ocho años fue enviado en misión a Bolivia a los dos meses de la sentencia, donde permaneció hasta su fallecimiento en 2017, según una investigación del diario español El País.

La publicación indica que en 1992, Luis Tó González, jesuita y exprofesor del colegio San Ignacio de Barcelona, recibió una pena mínima de dos años, por lo cual no ingresó a la cárcel, beneficiado además por no tener antecedentes. “Se veía conveniente alejarle de Barcelona”, señalaron los jesuitas al diario. 

Tampoco se le abrió un proceso canónico. Tó recibió “tratamiento psiquiátrico” en Bolivia desde 1994 y las fuentes del periódico indican que en sus destinos sus superiores conocían la situación, por lo que no tuvo contacto con menores ni se han recibido acusaciones.

El cura fue enviado a suelo boliviano con “la prohibición de tener actividad pastoral o docente con menores”. Pero la “curia boliviana de la orden” a la que pertenecía, la Compañía de Jesús, al anunciar su fallecimiento detalló que el religioso colaboró en el Centro de Multiservicios Educativos, una obra social educativa de los jesuitas, y en las escuelas populares de Fe y Alegría. Según El País, portavoces en España aclararon que su labor no fue docente, sino administrativa, aunque todavía se realizan más comprobaciones.

Hace más de dos décadas, el colegio donde Tó era profesor en Barcelona lo defendió. “La dirección y la asociación de padres apoyaron sin fisuras al sacerdote agresor y exigieron guardar silencio sobre el caso”, escribe Pepe Rodríguez, coordinador de la facultad de Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona, en su libro Pederastia en la Iglesia Católica (2002), citado por el periódico.

El texto relata que el cura fue despedido con “un homenaje” y fue elogiado tres años más tarde en un libro conmemorativo. Eso sí, Rodríguez revela que Tó había tenido varias acusaciones en la escuela durante las “dos décadas anteriores, que fueron desoídas”.

“Hemos constatado que no se le abrió un proceso canónico, y claramente entendemos que esto estuvo mal hecho. En aquel momento el derecho canónico hubiera exigido iniciarlo (…), pero entonces no se valoró bien la gravedad de los hechos”, señala la orden de los jesuitas españoles a El País.

“Somos conscientes de que, como ha ocurrido en otros lugares e instituciones de la Iglesia, la actuación ante casos de abusos no ha estado a la altura, sobre todo pensando en la atención a las víctimas, y en la falta de respuestas más contundentes ante hechos que provocan tanto sufrimiento, y por eso pedimos perdón”, añade.

La publicación también hace referencia a José Luis Untoria Mahave, un sacerdote agustino recoleto, condenado en 1997 por abusar de 10 alumnos, en Salamanca. Corrió la misma suerte que Tó: destinado a América Latina, en este caso a una emisora y una parroquia en Chota, departamento de Cajamarca, Perú. Falleció igualmente el año pasado.