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Compadres: esa tradición que contagió Mizque

Hoy se celebra la fiesta de Compadres en el país. Tres expertos cuentan que esta tradición de carnestolendas se originó en los valles de Cochabamba (específicamente en Mizque). Llegó a Tarija y desde el sur se proyectó al resto del país y al norte argentino.

“La celebración nació en los valles de Mizque; luego se reprodujo en Tarata, Punata, Capinota y Cliza. En principio, la actividad tenía que ver con el agradecimiento de los compadres al padrino del niño”, comentó el técnico de la Dirección de Culturas de Cochabamba, Wenceslao Ferrufino.

El antropólogo Milton Eyzaguirre, del Museo de Etnografía y Folklore (Musef), confirmó la versión. “Nació en Cochabamba y el objetivo era homenajear al padrino por parte de los compadres. Era para recordarle que tiene un ahijado, porque cuando uno apadrina no debe olvidarse. Esta tradición de gratitud es reclamada por el pueblo”. Su colega Luz Castillo añadió: “Evidentemente nació en el valle de Cochabamba, pero en los últimos años se proyectó desde Tarija hasta todo el país”.

El alcalde de Mizque, Melecio García Montaño, coincidió con los expertos. “Es una fiesta antigua en la que nos acordamos de nuestros compadres”.

La tradición llegó a la ciudad de Cochabamba. Allí, la fiesta de los compadres se realiza en los mercados 25 de Mayo y Calatayud desde las 07.00. La comida del día es el puchero.

A pesar del origen cochabambino, es en Tarija donde el festejo ganó terreno. Allí la fiesta mayor se ejecuta en el Campo de los Compadres, dentro del Parque Temático de la capital.

Los compadres intercambian canastas de cañahueca con uva, nueces y una torta de maíz dulce. “El compadre puede ser tu amigo, no necesariamente es compadre el padrino de un niño”, explicó Álvaro Trigo Rollano, director de Culturas de la Alcaldía de Tarija.

En 2018, el burgomaestre Rodrigo Paz Pereira dio una canasta a su hijo Paulino, que debe devolverle. “La frase del día es: ‘¡Hola cumpa, he veniu a recordame de vos!’”.

La festividad saltó las fronteras y hay registros de la festividad en Salta, Orán y Jujuy, ciudades ubicadas en el norte argentino.

En el sur del país, Potosí y Sucre viven el día festivo. “Los mineros adornan al Tío en las minas, que por un día se convierte en compadre de la suerte”, dijo Oswaldo Cruz, exdirector de Culturas de la Gobernación de Potosí.

En Sucre hay reuniones de compadres, pero también otra actividad, se reedita el culto al Señor de los Desamparados. La tradición fue rescatada en 2017, pero comenzó en 1872.