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¿Quién era el Gigante Camacho?

Calzaba 53, usaron cuatro metros y 70 centímetros de tela para su terno. En 1943, el cochabambino Manuel María Camacho medía 2,32 metros… 12 centímetros más que Wálter Tatake Quisbert. Por entonces fue conocido como el Gigante Camacho.

Nacido el 5 de agosto de 1899 —en el barrio de Jayhuayco, al sur de la capital cochabambina— sus padres fueron Pablo Camacho y Juliana Medrano. En la década de los años 20 fue descubierto por unos arrieros de burros, quienes vieron cómo el joven gigante salvó a un asno que cayó en un charco levantando al animal en hombros.

“Los dueños del animal huyeran de pánico ante la descomunal escena. Tiempo después, luego de una demostración de fuerza similar, el pueblo acusó a Camacho de ser un demonio o un ser maligno, por lo que tuvo que huir de Jayhuayco”, indica la revista Ahora. Historias y leyendas de Cochabamba, que narra sobre los primeros asentamientos en Cochabamba, la llegada de los españoles a esos valles, la gesta libertaria, la vida de personajes como Alejo Calatayud, Esteban Arze, el Gigante Camacho y otras historias. El texto fue presentado el 14 de febrero en esa ciudad y se aguarda que pueda llegar a las librerías de La Paz, según su directora Marlene Lara.

Volviendo a la historia de Camacho, el personaje hablaba quechua y muy poco español. Después de ser acusado como un ser maligno, trabajó como luchador libre y posteriormente se hizo boxeador, tal cual lo hizo Tatake, y fue contratado por un circo que  lo llevó a la Argentina.

En ese país trabajó en un circo y murió enfermo a sus 54 años en 1953. Su esqueleto permaneció durante 20 años en un museo argentino y otros 20 en Nueva York, añade la revista Ahora. Después se supo que él habría vendido en vida su osamenta, aunque su nieto Pablo Andrés aseguró hace años que los restos de su mítico abuelo fueron cremados.

Era la atracción  circense en suelo argentino

En Argentina, el boliviano Manuel María Camacho vivió cerca de 28 años, hasta 1953, cuando murió enfermo. Allí trabajó en un circo al que promocionaba en sus visitas a diarios de esa capital.

El 15 de abril de 2015, el periódico argentino La Gaceta recordó así la histórica visita del Gigante Camacho a esa redacción un 4 de julio de 1936. “No era un hombre común, tenía nada menos que 2,22 metros (en ese momento tenía 37 años y luego siguió creciendo) y la gente se arremolinaba para ver de cerca y saludar al singular “Goliat de carne y hueso”. Hablaba en quechua, muy poco castellano, pero se hizo entender”.

“Sus pies calzaban 53, sus pantalones tenían casi la altura de un hombre corriente y el tórax lo obligaba a usar un saco muy grande. Tuvo que hacerse genuflexo ante las puertas de las oficinas, y aún al lado de las máquinas de nuestro taller parecía enorme”. Una foto recuerda ese momento.

Antes de abandonar La Gaceta, Camacho dejó un mensaje en quechua: “Tucuy sonkoyhuan saludani cay huauke jatum hacctata (sic)”, que traducido al español expresaba: “De todo corazón saludo a este gran país hermano”. (06/03/2019)