Icono del sitio La Razón

La mexicana Santíz, enamorada de La Paz

Fotógrafa, escritora, diseñadora de bordados y textiles y, además, actriz. Es, sin duda, una artista indígena mexicana completa. Maruch Santíz Gómez está en La Paz como invitada especial en la Feria Internacional del Libro (FIL).

Santíz es una mujer llena de vida. Cuando habla de sus sueños y pasiones, sus ojos brillan y la sonrisa se hace presente en su rostro. Está muy lejos de ser aquella niña que no comía por tristeza, que lloraba todas las noches porque sus padres no podían darle lo que pedía: preparación académica y aprender a hablar español.

Tuvo que salir de casa en San Juan de Chamula (Chiapas) para buscar otros horizontes. Dejó el rebaño, su labor destilando aguardiente. Ella quería ser trabajadora del hogar, pero el destino le tenía preparada otra carta. Volvió a casa de sus padres sin trabajo y resignada a la vida que le había tocado vivir.

En 1992 llegaron hasta su puerta miembros de una asociación desconocida que le ofrecía trabajo en unos cursos. Creyendo que sería maestra se embarcó en una aventura sin retorno. Empezó a estudiar teatro y trabajó como actriz.

Un año después fue seducida por la fotografía. “Me encanta describir, así que comencé a combinar fotos con textos”, dice Santíz. Así nació Creencias, una serie fotográfica que se convertiría en una de sus obras maestras y que contiene unas 80 imágenes acompañadas de cuartetos descriptivos. Esta serie le dio la oportunidad de publicar su primer libro que lleva el mismo nombre que la muestra.

La artista explica que para crear esta serie se inspiró en las tradiciones orales que nadie registra. “Era mi oportunidad para dar fe de nuestras creencias como pueblos indígenas. Es un registro importante a nivel académico, pero también para las comunidades”.  Fue una muestra tan exitosa que a raíz de su exposición fue convocada a fundar el archivo fotográfico indígena.

Por su trayectoria como artista en diferentes áreas, Santíz es invitada especial en la nueva versión de la FIL. Asegura estar fascinada con la Feria Internacional del Libro de La Paz. “Ahora es un reto que los jóvenes lean. La tecnología nos está invadiendo y mucho. Es algo triste. El libro es más apreciable para leer y aprender”.

Según Santíz, el artista indígena en Bolivia y, en realidad, el artista en cualquier pueblo y ciudad del mundo necesita de talleres para potenciar su talento, cursos donde los jóvenes vayan conociendo y enfocando el concepto de arte. Pero también es importante el apoyo de la familia, que los padres escuchen a sus hijos y los alienten a cumplir sus sueños. 

Ahora, a sus 44 años, Santíz está admirada por las similitudes culturales entre Bolivia y México. Le llama la atención la amabilidad de las personas, el color de piel y el trabajo textil, sobre todo, en la forma del hilado. Asevera sentirse como en casa y estar maravillada con el paisaje paceño.

Santíz  estará en el conversatorio sobre El lenguaje en la iconografía de los textiles que se llevará a cabo hoy a las 16.00 en la sala Jesús Urzagasti en el Campo Ferial Chuquiago Marka.