Marcos Tabera lleva tres décadas fuera del país y se ha presentado en escenarios de Estados Unidos. Su rock y blues, con marca boliviana, tuvieron eco en medios internacionales (fue entrevistado por Camilo Egaña, de CNN). Está en el país para lanzar su obra Sublevados. Critica la postura “facilista” de la música.
—¿Cómo se hace para triunfar en Estados Unidos?
—Triunfar es un término que no lo acuñaría específicamente para mí, lo que hago es sobrevivir, y lo que hago es expresar lo que siento y expresarlo en la vida diaria.
—¿Cuál es la diferencia entre los escenarios nacionales y los del extranjero?
—En otros lugares siento que hay mucha más percepción y aceptación a lo que quieres decir haciendo música. Y en Bolivia, lastimosamente, por elementos de mercado y de competencia, muchas veces no se logra escuchar y discernir justamente eso, la música. Lo que aquí se ve es que la gente puede ir y escuchar música, pero no a percibirla como el artista espera.
—¿Qué le parece la propuesta musical en el país?
—Hay cosas muy rescatables que están saliendo a flote, pero también hay una corriente de facilismo en cuanto a creación y creatividad. Facilismo porque no se investiga y no se trata de conjugar en la música elementos tan necesarios como el ritmo con la poesía.
—¿Qué significa Bolivia para un músico que vive afuera?
—Bolivia es parte de mi ser, no solo geográficamente, Bolivia para mí es mi gente, es mi padre enterrado acá en el país, mi madre, mis hermanos, mis amigos. Me atrae todo, Bolivia es un país tan hermoso, su cultura es maravillosa, su geografía, pero lo más lindo que tiene nuestra patria sin duda es la gente.
—¿De qué trata la propuesta que presentará el viernes 13?
—Sublevados es un disco que contiene una senda de composiciones y melodías que fue pensada hace años. Es una fusión musical, la verdad no me gusta encasillarme en un género, uso el rock pero tampoco soy rockero, uso el folklore boliviano pero tampoco soy folklorista. Mi percepción no es absoluta. Una de las canciones que se presentará como una propuesta es el Pajpaku, para mí es un himno al Oximoron, una figura literaria que es contradictoria a sí misma, y el concierto que se llama Sublevados es justamente eso, todo lo opuesto a las consecuencias.
Sublevados porque cuando sientes que hay un sistema que no corresponde a lo que tú piensas o tienes algún tipo de expectativa, o consideras que no hay justicia social, tiene que nacer una sublevación; no necesariamente una sublevación armada. Lo que quiero decir es que la gente debe levantarse y expresar lo que siente.
—Una de sus composiciones es Pajpaku. ¿De qué va el tema?
—Pajpaku sirve como un modelo para aquellos que trascienden en otros estratos políticos, religiosos, económicos y de poder. El pajpaku es un vendedor inofensivo, pero para el aspecto político, económico se puede ver reflejado en varios gobiernos no solo de Bolivia, sino del mundo. Es por eso que con la canción intento que se vea reflejada esa filosofía que usa nuestro Pajpaku que tomó el poder.
—Fusionaste el rock con otros ritmos nacionales…
—El rock lo fusionamos con el tinku, con carnavalitos, kantus, sicureadas, no solo rock como tal. Lo hacemos con blues, como ahora con toques de jazz en algunas canciones. No soy muy cerrado ni predeterminado en lo que hago, simplemente es lo que nace. Son compases que nacen. Queremos ponerle instrumentos autóctonos porque creemos que ahí participamos de esa concepción musical.
—Otro tema que llama la atención es El blues del charango…
—Habla de dos historias compartidas, la del esclavismo en el siglo XVI en Louisiana (New Orleans) y la del esclavismo de ese mismo siglo en Potosí, en las minas. Aproximadamente es el tiempo donde la vihuela, aquel instrumento español, se convierte en charango y entonces se hizo esa idea de juntar esas dos historias compartidas, tan lejos geográficamente ambas, pero tan similares en cuanto a su desarrollo. Se trata de que el charango le cuente sus penas al río Misisipi y el Misisipi lo devuelve en blues.
Perfil
Nombre: Marcos Francisco Tabera Soliz
Nacimiento: La Paz, abril 25 de 1964
Familia
Las raíces familiares de Tabera son fuertes. El concierto que presenta es en honor a su hermano, Gabriel, quien falleció cinco años atrás. Su canción Inmortal está inspirada en su papá Germán Tabera, quien fue docente durante 60 años.