El Alto pinta un mural en honor del Tatake
Álvaro Huayllas presentó ayer su obra en la Ceja, el anterior domingo, el artista se puso manos a la obra y empezó a ponerle color a una pared abandonada de la Ceja, cercana al Multifuncional.
Wálter Tatake Quisberth tiene la mirada fiera, debajo de un sombrero de ala no muy ancha, más allá está a punto de golpear a dos rivales y en el otro extremo suelta un puñetazo con la zurda enguantada. Un mural con sus retratos se estrenó en la Ceja.
El anterior domingo, Alvaro Huayllas se puso manos a la obra y empezó a ponerle color a una pared abandonada de la Ceja, cercana al Multifuncional. Poco a poco se logró divisar algo del rostro fiero del luchador y boxeador —poco a poco, también— la zona empezó a llenarse de curiosos. “De pronto, mientras hacía el mural se me acercaron algunos luchadores y un señor que me contó sus recuerdos con el Tatake, desde que era joven…”, rememora el muralista Huayllas.
Dice que siempre tuvo admiración por la lucha libre y, en los años que van desde la década del 80 al 90, él tenía sus ídolos. Los cita: “Tatake, Ángel Azul, Comando, El Hombre Lobo, Chuqui y, por supuesto, La Momia”.
Tatake, quien como boxeador logró la Medalla de Oro en los Juegos Deportivos Bolivarianos en 1977, murió el 10 de junio; pero su recuerdo sigue vivo. Es más, en el Cementerio General su tumba es bastante visitada y no le faltan flores que manos desconocidas, pero agradecidas con el gigante de 2,25 metros, le dejan.
La familia está agradecida por tanto cariño y ayer, junto con La Razón, fue a conocer el mural de la Ceja. Verónica Quisberth Villa reconoció el valor estético de la obra de Huayllas. “Esa foto con su sombrero está prácticamente igual, con los puños y su mirada. Además, su imagen de joven también está igual.
En el mural existe una composición con imágenes del campeón de box y algunas de sus luchas. A un costado están los años de su nacimiento (1953) y muerte (2019). El sitio fue cedido por el Pasaje Artesanal Señor de Mayo Libertad 9 de Septiembre y los dirigentes están contentos con el resultado final.
Otra hija del luchador, Gabriela Quisberth también se mostró feliz por la obra. “Quedamos sorprendidos y por el lugar que se ha escogido, es la Ceja donde tanto lo quieren a mi papá. Las imágenes están idénticas. En el retrato grande su mirada es la misma que él tenía y en la foto de atrás boxeando está idéntico”.
La vía es bastante concurrida por peatones y coches; sin embargo, los choferes quitan el pie del acelerador para observar esta obra de arte.
Ayer, tras la conclusión de la obra, los curiosos empezaron a llegar al sitio y se tomaron fotografías con el mural. Otros rememoraron al luchador y sus jornadas exitosas en el Multifuncional y la familia del boxeador se fue con una sonrisa de gratitud por el arte en la pared. Con todo, el vacío que dejó el Tatake entre paceños y alteños es gigante. (02/10/2019)