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El poeta orureño Vadik Barrón lanza su más reciente poemario Estatuto Febril

La poesía es el lenguaje que Vadik Barrón ha elegido para reflexionar sobre las consecuencias que la pandemia del COVID-19 tiene para la sociedad. 30 poemas constituyen Estatuto Febril, libro que Barrón lanzó este miércoles y que puede descargarse gratis desde su perfil de Facebook.

– ¿Por qué eligió la poesía para hablar de la coyuntura actual?

– Es el género que trabajo hace más de 25 años y en el que siento que puedo expresar mi visión de mundo. La situación de la pandemia, la cuarentena y sobre todo la privación de movilidad y contacto me trajeron muchas ideas; muchas referencias a obras distópicas y postapocalípticas que trabajé desde la poesía como piezas o fragmentos  que culminan en un suerte de manifiesto, a la manera de los estatutos sindicales.

– ¿Cómo fue el proceso de escritura de los poemas?

– Suelo escribir cotidianamente y cuando algún concepto o idea me ronda, lo trabajo. En este caso fue una escritura espontánea —pero no automática— que fui puliendo a lo largo de las últimas semanas. Comencé el 18 de marzo continué casi de un tirón los días siguientes y después los fui trabajando. Es una primera versión, ciertamente, pero me parecía importante compartirlo ahora, antes de una eventual edición física del poemario.

– ¿Por qué compartirlo ahora fue tan determinante?

– Porque creo que las lecturas y otras expresiones artísticas nos acercan en estos momentos de aislamiento. Es importante mantenerse informado y crítico, pero también sensible y empático, y espero que esto pueda llegar a quien le interese. En estos momentos el arte y la cultura están tendiendo muchos puentes y están ayudando a sobrellevar esta situación. De todas formas asumo que es un privilegio poder estar en casa, que la salud y la supervivencia se dan en condiciones muy desiguales y en muchos casos, indignantes. Creo que esta crisis nos replantea muchas cosas como individuos, como sociedades y como especie.

– ¿Qué lugar tiene la muerte y Dios en la obra?

– En muchos periodos de la historia la humanidad ha estado o ha creído estar ante la gran peste, el juicio final o el fin del mundo. Entonces estas ideas se van repitiendo y estos poemas se escriben desde el aislamiento, desde la reflexión sobre los microorganismos, el ciclo de la vida, nuestro papel en el sistema vivo que es el planeta y el cosmos. En ese sentido se alude mucho a nuestras ideas sobre dios y la muerte.

– ¿Qué lo lleva a terminar el libro con un estatuto?

– El título, Estatuto Febril, es un juego de palabras. Tenemos una tradición de sindicatos con cartas orgánicas o estatutos fabriles que ya suena poético. Al ser esta cuarentena una suerte de convalecencia colectiva, global, cambié fabril por febril nomás. Y el «estatuto» tiene un tono sentencioso, absoluto, que me pareció adecuado para expresar algunas ideas. Los imaginé como papeles dispersos que podrían encontrarse después de años de una catástrofe y  que son testimonio de una época.

– ¿El libro saldrá en físico después?

– La verdad es que hacerlo público fue una decisión muy espontánea, Veremos cómo se dan las cosas esperemos vea la luz en papel. Por ahora solo espero que podamos superar este momento con humanidad e inteligencia.