Igor y el coronavirus: ‘Los músicos combatimos la tristeza y la incertidumbre’
Un joven venezolano emociona a los españoles desde que apareció en su balcón en Madrid para animar a sus vecinos con música, muchas de la serie “La casa de papel”, tradiciones de su país o sonidos del mundo.
Todos los días, en la calle Españoleto del barrio Chamberí, en Madrid, dulces melodías de violín desde un piso en un edificio discurren en el aire y buscan aplacar el difícil momento en el vecindario y en España, uno de los países más afectados por el nuevo coronavirus en el mundo.
En los arpegios y la vara de aquella mítica caja de música un joven llegado del otro lado del océano regala su talento heredado de su abuelo para contagiar fuerzas y ánimo a los vecinos, a los peatones en la calle y a quienes están en batalla incesante contra el nuevo coronavirus que arrasa con muerte y suplicio el planeta.
Nacido en Santa Cruz de Mora, en el estado de Mérida, Venezuela, Igor García sale todos los días a su balcón para tocar distintas piezas musicales con el propósito de atenuar los traumas que deja la pandemia.
En su repertorio suenan “De repente”, del maestro venezolano Aldemaro Romero; “Entre dos aguas”, de Paco Lucía; “Oh mio babbino caro”, de Guiacomo Puccini; canciones de la serie “La Casa de Papel”; “Bohemian Rhapsody”, de Queen, y un paseo al folklore latinoamericano con “Pájaro campana” o “El cóndor pasa”, entre otras canciones.
¿Cómo se animó a tocar para los vecinos? “Simplemente entendí que los médicos pueden estar al frente luchando el COVID-19; nosotros los músicos combatimos la tristeza y la incertidumbre”, responde a La Razón a través de WhatsApp.
Veladas musicales
A las veladas se suman poco a poco muchos vecinos. “Ellos están felices, cada día llegan más personas”, cuenta el músico venezolano.
Afincado hace dos años en Madrid, Igor cuenta que aprendió a tocar violín desde pequeño con su abuelo paterno. Estudió música en el colegio Emil Friedman Kossuth de Caracas y luego se fue a estudiar cuatro años en el Conservatory at Berklee de Boston, Estados Unidos.
Sigue su ímpetu por la música en el Centro Superior Katarina Kurska de Madrid, aunque ya grabó su primer disco, “Arias de ópera”, que lo colgó en Spotify a finales de agosto de 2019 y lo promueve en su cuenta de Instagram @igor_violin.
“No busco la perfección al tocar, solo busco encontrar siempre algún sonido específico, más lo técnico también”, dice con una sonrisa a leguas.
Sus videos discurren en la nube y los seguidores de sus redes sociales comienzan a apreciar su espíritu solidario y su música, y los medios de información se han interesado en su talento y difunden sus grabaciones en los balcones de la casa de Igor en Madrid.
Comienza a ser fenómeno en internet
En casa, es el orgullo de su familia, que lo impulsó desde pequeño hasta pulir su talento en construcción. Lo consideran como persona “un ángel” y como músico, “subliminal”.
Reconocen que tiene una de las cualidades más importantes de una persona: la constancia y la humildad. Pero en esta situación complicada en el planeta, resulta “el mejor compañero para una cuarentena”.
Conoce Bolivia a través de sus padres, pero está arraigado a su cultura. “Su música tiene conexión con la de mi tierra, la andina, sueño con conocer más de ustedes”, dice.
Hasta este jueves, según el balance de la agencia AFP sobre la pandemia en el mundo, en España había 26.070 fallecidos por COVID-19, 213 nuevos contagios y 221. 447 casos confirmados. Igor lo sabe, por eso él también pelea a su manera: con música.
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