‘Biggie’: Nuevo documental ofrece una mirada íntima sobre la leyenda del rap
El músico falleció en un tiroteo desde un vehículo durante una visita a Los Ángeles, el 9 de marzo de 1997, con apenas un álbum de estudio publicado.
Notorious B.I.G., el rapero cuyo estilo gutural dio un fuerte impulso al hip hop y le convirtió en una de las mayores figuras del rap de todos los tiempos, ha sido una fuente de fascinación desde su impactante asesinato a los 24 años.
Uno de los hijos favoritos de Brooklyn, el artista es ahora tema del documental Biggie: I Got a Story to Tell (Biggie: Tengo una historia que contar) basado en sinceras entrevistas con miembros de su familia y amigos, que Netflix estrenará el 1 de marzo.
El largometraje, que analiza el meteórico ascenso y muerte de este artista llamado Christopher Wallace, llega casi un cuarto de siglo después de su fallecimiento en un tiroteo desde un vehículo durante una visita a Los Ángeles, el 9 de marzo de 1997, con apenas un álbum de estudio publicado, Ready To Die en su carrera.
El segundo, Life After Death, se editó 16 días después de su muerte.
Autorizada por su entorno, y coproducida por su madre, la cinta reconstruye la breve pero explosiva vida de Biggie: un alumno de una escuela católica criado por una inmigrante jamaicana en Brooklyn, que de la noche a la mañana pasó de vender crack en su zona a convertirse en una sensación del rap con una influencia imperecedera.
El documental retrata con sensibilidad a un hombre que deseó la gloria de la fama y el éxito pero también la seguridad para su familia, y que fue también un artista que enorgulleció a su ciudad.
«Tuvo una vida con un efecto muy profundo», valoró el magnate de la música y coproductor del documental Sean Combs, conocido entonces como Puff Daddy y ahora P. Diddy. «Realmente dio a luz al futuro del hip hop».
Influencia jamaicana
Además del Nueva York de los años 1980s y 1990s, «Biggie» también lleva a los espectadores a Trelawny, Jamaica, cuna de la madre del músico, Voletta, adonde viajaba de niño cada verano y donde todavía vive su abuela de 96 años.
Su amigo Hubert Same describe cómo el joven Biggie regresaba de aquellos viajes al Caribe impregnado de distintos tipos de música -country, reggae y funk- y nuevos sonidos que le ayudaron a desarrollar un oído de productor.
Pero el documental aborda también su lado más sórdido, incluyendo entrevistas con los amigos que hizo de adolescente cuando vendía drogas. Al ver cómo su foco se estaba distrayendo, Diddy cuenta que le dijo a su protegido que debía elegir entre la música y el dinero rápido del narcotráfico.