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Edgar Arandia: ‘la morenada es potosina’

«La morenada nace como un hecho de resistencia», dijo Edgar Arandia, antropólogo, pintor y escritor, en La Razón Radio este jueves al contar la historia de la morenada nacional y su importancia para el pueblo boliviano.

Arandia empezó su discurso señalando una obra pictórica de la colonia. Señala que en un cuadro pintado por Melchor Pérez de Holguín (s. XVIII) ya se veía a negros ataviados con trajes y pelucas.

«El origen de la morenada es potosino. Hay un cuadro en el museo de América en Madrid en el que Melchor Pérez de Holguín representa en tres planos los cargamentos de plata: delante de los sacerdotes y de los grandes millonarios de las minas estaban los esclavos de color con los trajes de duque agarrando matracas y tambores», comenta.

«Esta obra es la mejor pruba de que los afros tenían ya un trato diferenciado de los mitayos. Ellos servían más como ostentación de la fortuna que como esclavos. Cuando decaen las minas de Potosí, empieza un orden simbólico nuevo. Entre ello un traslado a La Paz, no los hacen trabajar en las minas, los llevan a las haciendas de coca».

«Cuando llegan los españoles había un orden simbólico establecido: los tres mundos, los sistemas de parentesco, económicos y religiosas. A su llegada, ellos violentan el que había y se genera un caos. Eso es la morenada, una representación».

En el quiebre de lo simbólico, el teatro era el instrumento de evangelización. Su característica principal era la representación del contexto.

«Representaban para que se entienda el nuevo orden simbólico. Se produce la yuxtaposición, el sincretismo y la separación. El fruto de estos tres momentos es la cultura ‘mestiza’ y ‘chola'», dice.

Retroceder para encontrar las raíces

Con esta nueva cultura nace el afán por danzar para alguien, afirma el antropólogo. «En 1565, con la extirpación de idolatrías y la insurrección religiosa. Esta parte de la historia no se toma en cuenta, tenemos que retroceder y encontrar la raíz. A partir de esto, del Taki Unquy (‘enfermedad del canto’ en quechua), que las personas empiezan a danzar para encontrarse con los ancestros perdidos y encomendarse a alguien».

«Llega un punto en el que los extirpadores de idolatrías pierden fuerzas, ahí se consolidó en un movimiento religioso para que cada ciclo agrícola reconstruya el vínculo con los ancestros y que la vida se reproduzca», señala.

Explica que el presidente Bautista Saavedra, que gobernó Bolivia entre 1920 y 1925, tenía minas donde trabajaban negros y que en sus fiestas ya se danzaba la morenada.

Rubén Atahuichi, periodista encargado de La Radio, interrumpió el relato para invitar a Arandia a comentar la polémica actual. «En el país no nos ponemos de acuerdo dónde nace la morenada. Hasta que nos pongamos de acuerdo acerca del origen nacional, en Perú creen lo mismo pero ellos hablan del siglo XIX. El comunicado del ministerio de Perú refiere a 1940 en Puno».»

«¿Cómo es que la morenada llega a Perú?», le preguntó Atahuichi.

«En la época de Fujimori el profesor boliviano de danzas Lauro Ocampo era profesor en la universidad de Puno. Yo estaba allí y lo he visto. Él ensañaba morenada, caporal y otras danzas. Él difundió también la cultura», comentó. «Otra de las pruebas históricas es el libro sobre el Gran Poder de la alcaldía».

«Las fronteras son permeables, pero la cultura no se la puede ‘apropiar'».

Los dos patrimonios, el Carnaval de Oruro y el Gran Poder, son para Arandia la defensa misma ante la polémica. «La morenada está consignada como parte de la estructura de estas festividades».

Economía naranja

«La cultura genera divisas. Le pido al hermano David Choquehuanca que se preocupe del tema. El ministerio debe tener abogados en gestión cultural para tratar el tema. Fruto de no hacer nada pasa esto».

«Los empresarios que explotan el turismo y la cultura tienen que ser parte de estas controversias», afirma.

Para Arandia, el país es una potencia que debe proteger y saber exportar su cultura.