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Una exposición sobre la esclavitud confronta a Holanda con su terrible pasado colonial

Grilletes que encadenaron los tobillos de esclavos junto a retratos de Rembrandt de una pareja holandesa enriquecida con la esclavitud en Brasil serán exhibidos desde este martes 18 de mayo en una exposición en Amsterdam sobre el pasado colonial de Holanda.

La exposición del Rijksmuseum cuenta la historia de diez personas, incluidos los esclavos y propietarios de plantaciones, que arrojan luz sobre el papel de Holanda en la esclavitud en el Caribe, Brasil, Asia y Sudáfrica.

El museo quiere reabrir el debate en el país, que nunca se ha disculpado formalmente por su papel en la trata de esclavos, pese a la repercusión del movimiento Black Lives Matter (Las vidas de los negros cuentan).

«Es una página de la historia nacional, no solo para un pequeño grupo sino para todos nosotros», declaró a la AFP Valika Smeulders, quien dirige el departamento de historia del Rijksmuseum.

«El pasado colonial es un elemento importante de nuestra historia nacional. Por lo tanto era oportuno, visto que no se había hecho antes, presentar una exposición sobre la esclavitud», explica.

Los objetos y documentos sonoros presentados «hablan de personas que tuvieron que dejar atrás a sus hijos», personas que se sentían «tratadas como herramientas y no como seres humanos», describe Eveline Sint Nicolaas, comisaria del Rijksmuseum.

Símbolo de que los tiempos cambian, la exposición será inaugurada el martes por el rey Guillermo Alejandro. Por el momento podrá verse en línea, a la espera de que los museos, cerrados por la pandemia, reabran.

QUEMADO VIVO

Una de las historias narra la vida de Wally, un esclavo de la plantación Palmeneribo en Surinam, quemado vivo por haber participado en una revuelta en 1707. Un manuscrito, que acompaña cuadros sobre esclavos de la plantación, detalla el interrogatorio al que lo sometieron los propietarios.

Todas las historias van acompañadas de una audioguía con la voz de una persona que tiene algún tipo de relación con la historia.

La historia de Wally, por ejemplo, la cuenta el excampeón mundial de kickboxing Remy Bonjasky, un holandés de origen surinamés, cuyos antepasados se cree que escaparon de la plantación durante esa revuelta.

La exposición también muestra el retrato de una pareja de Amsterdam pintado en 1634 por el genio holandés Rembrandt. Los lienzos ilustran la crueldad de la época: Marten Soolmans y Oopjen Coppit se enriquecieron gracias a la esclavitud.

La familia de Soolmans hizo fortuna en un ingenio de azúcar que se aprovisionaba en Brasil. Después de su muerte, Oopjen se casó con un hombre que había custodiado esclavos en Brasil.

«Esto ha afectado realmente a la sociedad holandesa de muchas maneras, no es solamente una historia que sucedió lejos de aquí en las colonias. La gente ganaba dinero con la esclavitud», explica Sint Nicolaas.

ARTE Y ATROCIDADES

La exposición, que la AFP ya ha podido ver, revela contrastes desconcertantes entre el arte y las atrocidades, las pinceladas y los hierros para marcar a la gente.

Lo que durante mucho tiempo se consideró un collar de perro dorado en la colección del museo pudo haber sido en realidad un collar de esclavo. Si se mira detenidamente, en algunos cuadros se ven esclavos en casas, ocultos en la penumbra detrás de personajes ricos.

En el apogeo de su imperio colonial, las Provincias Unidas de los Países Bajos, actualmente Holanda, tenían siete colonias en el Caribe, incluidas Surinam y Curazao, en Sudáfrica y en la actual Indonesia, un bastión en el siglo XVII de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales.

La población holandesa conoce bien esta parte de la historia, pero desconoce los lazos con la esclavitud.

«La historia de la esclavitud es algo que no se aprende mucho en el colegio y, al mismo tiempo, en el debate público es un tema muy importante», observa Smeulders.

«Por eso, como museo, queríamos responder y pasar a la etapa siguiente», agregó.

El Rijksmuseum ha decidido añadir información adicional a 80 objetos de su colección permanente para «resaltar y explorar los lazos ocultos con la esclavitud».

Ha llegado la hora de que el museo contribuya al debate, estima Smeulders. «Deberíamos haberlo hecho antes».