El gato forma parte de la vida del hombre desde hace más de 9.000 años, aún así, es un animal solitario, independiente, aislado y con fama, muchas veces, de gruñón.
Este es el caso de Sebastian, un garo de apenas seis meses, muy juguetón, pero también muy arisco.
El felino pertenece a la familia de Amelia Patrick, una joven australiana de 17 años a la que le encanta su adorable maullido.
Según Amelia, Sebastian se pasa todo el día maullando por la casa y, para divertirse, ella y su hermana se ponen a imitarlo, provocando su disgusto.
A veces, ese disgusto escala un poco más de la cuenta y el gato termina lanzando zaprpazos en forma de zascas como este que consiguió grabar.
«Le gusta jugar, porque todavía es bastante joven, y a veces hace cosas parecidas, pero nunca he conseguido grabarlo», dijo Amelia a Caters. «A veces puede ser un chico muy gruñón», justificó.