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Un rapero tibetano entona rimas kármicas

Con su llamativo chándal rojo amarillo, cadena plateada y zapatillas deportivas, MC Tenzin parece un rapero cualquiera si no fuera que tiene el Himalaya como telón de fondo en sus videos y sus rimas hablan del karma.

A sus 36 años él se denomina «el padrino del rap tibetano», una música a veces subversiva para el gusto de los dirigentes chinos, y queresulta cuando menos sorprendente en esta región atrapada entre tradición budista y régimen comunista.

En el techo del mundo los raperos se mueven en la cuerda floja. Algunos se las ingenian para evocar su cultura ancestral en textos codificados para adormecer a las autoridades.

La mayoría, incluido MC Tenzin, evitan los temas sociales o políticos.

«Soy un poco diferente» de los raperos occidentales, explica el cantante. «Intento crear una atmósfera positiva».

El cantante, cuyo verdadero nombre es Tenzin Dhondup, descubrió el rap cuando era adolescente en su aldea de Pasum, al pie del Everest, escuchando a estrellas estadounidenses como Eminem o 50 Cent.

«Los escuchaba tanto que me dolían los oídos», recuerda.

Mensajes positivos

Desde hace unos diez años se ha desarrollado una escena hip hop en el Tíbet en torno a pioneros como MC Tenzin. Los fans locales aseguran que los cánticos budistas comulgan maravillosamente con el ritmo del rap.

Algunos artistas expresan su cultura «atacando el estereotipo del tibetano retrógrado» y «reivindican la igualdad étnica», señaló en 2019 un estudio de la universidad de Georgetown en Estados Unidos, tras entrevistar a decenas de músicos.

En sus videos, un rapero llamado Uncle Buddhist canta a caballo en las estepas. Sus rimas hablan de «la raíz única» de la tradición tibetana.

Su canción Tsampa rinde homenaje al alimento básico de la cocina tibetana, una pasta de cebada que equivale al arroz en la cocina china.

Los textos en tibetano, con sus connotaciones religiosas, también pueden expresar una sutil resistencia a la presión de las autoridades para imponer la asimilación cultural.

«Los artistas no pueden expresarse claramente. Entonces transmiten el mensaje a través de su manera de expresarse, de vestirse o la elección de los temas de sus canciones», comenta Dechen Pemba, del sitio web High Peaks Pure Earth, que tradujo al inglés letras de rap tibetano.

Bajo la influencia de la cultura budista, la mayoría de los raperos están apegados a mensajes positivos y a la estampa clásica tibetana: templos o monjes con túnicas de color rojo.

El dúo ANU se hizo famoso con el tema Fly, centrado en el karma (el destino y su sucesión de reencarnaciones) que llama a «buscar el alma más elevada».

En otra canción, el grupo proclama que la bondad es «la esencia del budismo» y arremete contra el deseo material.

Nada que ver con DMX o Doc Gyneco.

En un bar semivacío en Lhasa, MC Tenzin cuenta cómo se fue de su aldea a la capital tibetana, pese a que sus padres esperaban que él perpetuara la tradición de la poliandria fraternal, una práctica ahora prohibida en la que varios hermanos se casan con la misma mujer.

En Lhasa «trabajaba en una agencia de viajes, donde dormía por la noche. Al principio fue muy difícil», recuerda.

«Una noche, con un amigo, empezamos a componer música entre cerveza y cerveza», y así empezó la carrera.

MC Tenzin rapea en bares donde canta en tibetano, chino, inglés e incluso nepalí. También actúa en Douyin, la versión china de la aplicación TikTok.

Es difícil ganarse la vida con el rap en Lhasa, por eso para llegar a fin de mes trabaja como guía turística. Sin la ayuda de sus padres, «que no entienden nada de rap».