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El cordero del Aid, tradición inalcanzable para muchos libios

Apenas hay gente en el mercado improvisado de Sidi Khalifa, cerca de Bengasi (este). Habitualmente, las familias libias venían a comprar su cordero para la fiesta musulmana del Sacrificio, pero este año resulta prohibitivo para muchos.

Y es que los precios de este animal cuya carne no puede faltar en la fiesta más importante del calendario musulmán, se han disparado, haciéndolo inalcanzable para muchos libios. Según la tradición, el animal se sacrifica el día de la fiesta y se comparte con allegados y necesitados.

«La subida de precios (de los animales) con respecto al año pasado se debe a la carestía del forraje», explica a la AFP Oussama al Agouri, vendedor de corderos.

Gravemente herido durante el levantamiento que puso fin al régimen del antiguo dictador Muamar Gadafi en 2011, este vendedor de 35 años se desplaza con facilidad en su silla de ruedas en medio de los animales y no duda en atraparlos por los cuernos para mostrárselos a los compradores.

Pero los potenciales clientes no se deciden a sacar la billetera: un cordero que valía el año pasado un máximo unos $us 282, ahora alcanza hasta $us 442. La moneda del país se ha devaluado fuertemente ante el dólar.

La subida de los precios se explica entre otras cosas por la falta de lluvia que ha secado prácticamente los campos, según Agouri.

«Hace cuatro años que las cooperativas agrícolas del Estado, que venden el forraje a los ganaderos a precios subvencionados, han dejado de hacerlo».

Fuera del circuito del Estado, «el precio del forraje se paga a $us 35 los 100 kilos», precisa el vendedor.

Falta de liquidez

Dos mil dinares por un cordero: la cantidad es disuasiva para muchos libios que deben hacer frente a la falta de liquidez.

En este país rico en petróleo, que vive en el caos desde hace una década, encontrar dinero líquido es una misión imposible: los salarios suelen pagarse con varios meses de atraso y algunos bancos limitan las retiradas de dinero. Las filas de espera ante los bancos pueden durar horas.

«Para ayudar a los compradores, hemos aceptado cheques certificados», explica Amer el Messilati, que se ocupa del corral de un rico criador en Bengasi, segunda mayor ciudad de Libia y cuna de la revolución de 2011.

Libia sufre una enorme crisis monetaria, con dos bancos centrales, el BCL en Trípoli y un banco competidor en el este del país, lo que no hace más que dificultar el control de la política monetaria mientras se hunde el dinar.

Pese a que la moneda libia sufrió un ajuste de su valor con relación al dólar, el poder adquisitivo de las familias sigue siendo muy débil.

Para Faraj al Nayli, un funcionario de Bengasi llegado a Sidi Khalifa con la esperanza de comprar un cordero, «el Estado debería ayudar» a las familias pobres o de lo contrario no celebrarán el Eid este año.

«Sin liquidez, no se vive», resume.

Anticipar

Para permitir que las familias libias se reúnan por el Eid pese a las dificultades económicas que sufren desde hace años, el jefe del gobierno libio Abdelhamid Dbeibah anunció algunas medidas.

Unos $us 11,7 millones se han destinado para la importación de decenas de miles de animales que serán distribuidos por las municipalidades a las familias pobres, según un decreto del 14 de julio firmado por el primer ministro.

Corderos de España, Rumanía, terneros de Irlanda, Hungría y España, camellos de Yibuti… Unos 38.000 animales llegados esta semana ya han sido distribuidos por el país.

Y al menos otros tantos animales llegarán antes del martes y el inicio anunciado del Eid.

Pero para Nayli, la crisis económica obliga a las familias libias a anticipar sus compras ya que el «Estado llega tarde. Debería haberlo hecho hace dos meses, no unos días antes», de la fiesta, dice.