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Kiro Russo, premio en la Mostra: ‘¡La experiencia ha sido alucinante!’

El director de cine boliviano Kiro Russo obtuvo este sábado 11 de septiembre el Premio Especial del Jurado de la sección Horizontes de la 78° edición del festival de cine de Venecia, con El gran movimiento, una película experimental sobre la vida en la ciudad de La Paz.

«Gracias, gracias. Agradezco a los trabajadores y trabajadoras que son los verdaderos protagonistas de mi filme», aseguró emocionado Russo al recibir el premio durante la ceremonia de clausura.

«¡La experiencia ha sido alucinante! La película ha recibido maravillosas críticas y ha despertado mucha curiosidad acerca de La Paz y nuestro país», dijo Russo a La Razón. «¡Estoy infinitamente agradecido con todos y todas las que hicieron posible El gran movimiento!», añadió, muy emocionado.

La segunda película del director boliviano, después de Viejo Calavera (2016), fue rodada en 16 mm, en diferentes lugares de La Paz para seguir la vida de Elder, un joven minero, y Max, un vagabundo.

«La sinfonía de una ciudad en las alturas» la definió el realizador, que muestra los paisajes y amaneceres andinos, sus cañones y altiplanos y también ladrillos, piedras y miseria, con gente que camina, sube y baja, por las calles de una de las ciudades ubicadas a mayor altura de todo el mundo.

“Es una película sobre la ciudad de La Paz, pero también sobre el espacio urbano. Es una película muy arquitectónica, muy espacial, que habla del paso del tiempo en la ciudad, en las calles, en todo el espacio de la urbe”, es la definición que dio Russo sobre su filme al periódico

La sección Horizontes es considerada entre las más innovadoras del festival veneciano. Russo y su equipo técnico ya habían hecho historia con su película solo con formar parte de la programación oficial del Festival de Cine de Venecia, tras 26 años de ausencia. Esta victoria marca un particular hito para la producción cinematográfica boliviana contemporánea, puesto que el Premio Especial del Jurado de la sección Horizontes de la 78° edición del festival de cine de Venecia es uno de los premios más importantes que ha ganado el cine boliviano.

A mediados de septiembre, El Gran Movimiento estará en la sección más competitiva en el Festival de San Sebastián, y a finales de septiembre y principios de octubre también se proyectará en el Festival de Nueva York, uno de los más importantes del territorio estadounidense.

SINFONÍAS URBANAS

“Es una película sobre la ciudad de La Paz, pero también sobre el espacio urbano. Es una película muy arquitectónica, muy espacial, que habla del paso del tiempo en la ciudad, en las calles, en todo el espacio de la urbe”, es la definición que da Russo a El gran movimiento, que originalmente llevaba el título de Loba.

En ella, el director quiso rescatar cosas perdidas del cine antiguo, del cine mudo y, sobre todo, de un género de vanguardia en los años veinte: las “sinfonías de la ciudad”, las cuales eran una especie de híbrido entre cine documental y experimental, que con narrativa muy abstracta recorrían espacios urbanos.

“Y eso es la película básicamente. Una sinfonía de la ciudad de La Paz”, aseveró Russo, quien no desea adelantar muchos detalles del filme por ahora, pero promete que en él hay una tesis sobre la individualidad, la colectividad y la ciudad más allá de ambas.

UN GRAN RIESGO

Una escena del filme de Russo.

Russo es mejor conocido por Viejo calavera (2016), su ópera prima seleccionada en más de 80 festivales en los que obtuvo obtuvo 23 premios, entre ellos el Gran Premio en el Festival de Cartagena (Colombia), el Premio FIPRESCI de la crítica en el Festival de Río de Janeiro (Brasil) y el galardón a Mejor Fotografía ADF en la Competencia Internacional del BAFICI (Buenos Aires), entre otros.

Ese reconocimiento internacional fue de gran ayuda a la hora de encontrar financiación para El gran movimiento, cuya realización en celuloide representó un reto enorme para el cineasta a nivel técnico y un significativo riesgo monetario también. Ya de por sí es caro filmar una película, peor aún en un formato cada vez más raro como es el Super 16 mm, en un filme que trata de retomar «cosas olvidadas de la historia del cine».

“Ha sido muy difícil pero enriquecedor para mí como director. Sobre todo, por la rigurosidad que hay que tener al pensar en lo que vas a filmar. Tiene que estar muy claro”, dijo Russo, quien se une a directores como Quentin Tarantino en la defensa de seguir filmando con celuloide

A todo ello se suma que su producción de miles de dólares, realizada en un país en donde los apoyos a la incipiente industria cinematográfica son escasos, entra en competencia directa con producciones multimillonarias, cuyos países invierten mucho dinero en la producción audiovisual, incluso a nivel televisivo.

“Creo que estamos muy lejos de llamar al cine que hacemos en Bolivia una industria porque no tenemos las herramientas para llegar a entrar a lo que es el estándar mundial. No me refiero al trabajo y la técnica de la gente que está haciendo cine, sino a la falta de recursos y a la necesidad de mayor conexión internacional”, explicó el director y productor que tuvo que armar una amplia red internacional para llegar a Venecia y competir con filmes que tienen una clara estructura institucional y de auspicios, mientras que en Bolivia la Agencia de Desarrollo del Cine y Audiovisual Bolivianos (Adecine) sigue haciendo todo lo que puede para que se apruebe la ley del Cine.

“Dudo mucho que las cosas cambien a corto plazo en el país y los que hacemos cine tenemos que rompernos la cabeza para ver cómo hacer las cosas”, dijo Russo, quien espera estar siendo pesimista a la hora de pensar que el legado cultural no parece importar mucho a las instituciones gubernamentales bolivianas.

PRODUCCIÓN Y ESTRENO EN BOLIVIA

Con una inversión de $us 300.000, El gran movimiento fue producida por Kiro Russo, Pablo Paniagua y Alexa Rivero y participó de numerosas instancias de desarrollo en reconocidos certámenes internacionales, como los festivales de Cannes (Francia), San Sebastián (España) y Mar del Plata (Argentina), entre otros.

También se produjo con el apoyo del ya inexistente Programa de Intervenciones Urbanas (PIU), el Fondo Concursable Municipal de Promoción al Desarrollo, Salvaguarda y Difusión de las Culturas y las Artes (FOCUART) y los fondos internacionales del Doha Film Institute (Qatar) y el CNC, Centre National du Cinéma et de l’Image Animée (Francia). Es, además, una producción en asociación con Sovereign films (Suiza), Bord Cadre films (Suiza) y Universal Brokers (Bolivia).

“Es muy lindo poder representar al país y es importante para el gremio del cine también pues permite al país existir internacionalmente”, comentó el director.

El gran movimiento, “una experiencia cinematográfica de cine total”, será estrenado en salas bolivianas en enero de 2022.