María José Daona, ‘La prosa de Urzagasti es compleja porque rompe con los parámetros de la novela occidental’
Una entrevista con la investigadora literaria argentina María José Daona a propósito del autor boliviano Jesús Urzagasti.
El pasado jueves 23 de septiembre, la editorial boliviana 3600 presentó una colección muy importante: la reedición de la obra narrativa completa de Jesús Urzagasti, siete tomos que incluyen Tirinea, Un hazmerreír en aprietos, Los tejedores de la noche, Un verano con Marina Sangabriel, En el país del silencio, De la ventana al parque y El último domingo de un caminante.
El autor, uno de los más influyentes de la literatura boliviana, aún es motivo importante de análisis de la academia literaria, pese a que, previa a esta reedición, era más complicado encontrar sus libros para el público en general. Ahora Urzagasti retorna a las estanterías en una colección que tendrá el precio de Bs 400. No se venderán los libros sueltos, solo la colección íntegra.
Dentro de un mes, esta editorial también publicará un libro con la tesis doctoral centrada en Urzagasti, escrita por la argentina María José Daona, licenciada en Letras y doctora en Humanidades por la Universidad Nacional de Tucumán.
Fascinada con la literatura boliviana, se hizoautora de los libros Decir Bolivia. la escritura de Marcelo Quiroga Santa Cruz: escritor e intelectual (2012) y Guardián del silencio. La escritura de Jesús Urzagasti (en prensa). Ha publicado artículos en revistas especializadas en torno a la literatura boliviana y participado de diversos encuentros científicos. Su tema de investigación actual es la ciudad en la narrativa boliviana del siglo XXI.
Becaria post doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Forma parte del Proyecto de Investigación “Políticas de la Literatura en América Latina” dirigido por la Dra. Benites radicado en el Instituto Interdisciplinario de Estudios Latinoamericanos (IIELA) de la Universidad Nacional de Tucumán y brindó a La Razón una entrevista sobre su aproximación a Urzagasti.
—¿Por qué escogió a este autor como sujeto de su tesis doctoral?
—Desde el año 2007 estudio narrativa boliviana. Después de hacer mi tesis de licenciatura sobe Marcelo Quiroga Santa Cruz empecé a buscar autores para iniciar mis estudios doctorales. Ese año viajé dos veces a Bolivia; recorriendo librerías una librera me recomendó al autor. Me traje a la Argentina Un hazmerreír en aprietos y En el país del silencio. Ambos libros me deslumbraron. Había algo en ellos que me resultaba conmovedor. Yo sabía muy poco de literatura boliviana y cuando empecé a indagar en torno a la figura de Urzagasti observé que era un escritor muy reconocido y poco trabajado (los dos trabajos más importantes sobre Urzagasti son los de Luis Antezana y Ana Rebeca Prada). En mi país no se lo conocía (y de hecho aún se conoce poco de la literatura boliviana), me pareció que era necesario indagar en esta escritura.
—Hablando para el público en general, ¿cómo aborda a este autor en su tesis?
—A partir de la pregunta ¿qué es Bolivia? indago las formas de representar un país. Es interesante observar que, en la escritura de Urzagasti, la palabra “nación” no se menciona salvo algunas pocas excepciones. En En el país del silencio por ejemplo, dice que “la nación está llorando en el regazo de la muerte”. A partir de esta idea exploro la palabra “país”. Para esto divido tres momentos en mi investigación: en el primero, bajo el título de “poética del silencio” analizo su segunda novela como “texto faro” que ilumina toda su escritura. En ella el desmembramiento de las voces narradoras y los cuerpos muestran la situación del país en los años de su producción (el fin de la dictadura de García Mesa). Es interesante el final de este texto donde se abre la posibilidad de diálogo entre los diferentes actores sociales a partir de la idea de “silencio solidario”. Todos se encuentran en las calles de La Paz para celebrar la llegada de un nuevo año que es también la llegada de una nueva etapa de escritura en Urzagasti. Las siguientes novelas, no ya desmembradas sino unificadas por una voz narradora en primera persona, muestran las posibilidades de suturar la herida colonial y la crisis que se vive en Bolivia. Para esto construyo la idea de “poética de lo invisible” y analizo las cuatro siguientes novelas (De la ventana al parque, Los tejedores de la noche, Un verano con Marina Sangabriel y El último domingo de un caminante) a partir de los territorios que éstas exploran: los muertos, la memoria y los confines. Todos ocultos a la mirada de la razón occidental, pero existentes en el subsuelo del país. Posteriormente, me detengo en el análisis de su poesía a partir de la idea de intemperie. Al revés de los significados dados de antemano, la intemperie para Urzagasti es algo deseado y buscado y se vincula a la vuelta al pago como posibilidad dada por la escritura. En todos los casos él revierte los sentidos negativos de las palabras. El silencio, lo invisible y la intemperie son posibilidades de comunión entre los hombres y mujeres que viven en el territorio boliviano.
—¿Qué es lo que caracteriza a la prosa de Urzagasti?
—La prosa de Urzagasti es compleja porque rompe con los parámetros de la novela occidental. Él explora nuevas posibilidades de escritura donde los tiempos se suceden como un tejido que va y viene sobre un mismo punto, que se engrosa y en esa espesura crea memorias y realidades posibles. A su vez es profundamente poética, su pluma nos subyuga por la hermosura y la profundidad de las ideas. Creo que es una escritura que nos pide entregarnos y dejarnos llevar, nombrar lo innombrable, escuchar el silencio, observar y recorrer lo invisible como formas de adentrarse en su escritura.
—¿Qué temáticas tocaba él en su literatura?
—Siempre se preguntó por las relaciones existentes entre el campo y la ciudad. El campo que pervivía en su recuerdo y la ciudad que lo contuvo durante más de cincuenta años. El tema de los muertos como sujetos que viven en el presente es otra de las temáticas que atraviesan su escritura. En esta dirección hay una cercanía con autores como Jaime Sáenz y René Bascopé Aspiazu. El viaje y la memoria son otras de las temáticas recurrentes donde siempre late el Gran Chaco como deseo y también como realidad.
—¿Qué lo hace relevante en el panorama literario actual?
—Creo que es un escritor fundamental en la narrativa actual. Su última novela, Un hazmerreír en aprietos, abre el camino a la literatura que vendrá. En este texto se habla de un pensamiento nonato al que se puede ingresar de la mano del hazmerreír. Ese pensamiento lo vinculo con una zona de la escritura actual de Bolivia, centrada en la ciudad de La Paz como zona de conflicto donde convive lo andino y lo occidental, donde resuenan miles de voces que aseguran la supervivencia de lo diverso y abigarrado. En la actualidad estoy enfocada a estudiar las influencias de Urzagasti y Sáenz en la novela del siglo XXI. Ambas son figuras insoslayables. Por este motivo es que considero tan importante la nueva colección reeditada por la editorial 3600. Era algo necesario que abrirá la posibilidad de volver a Urzagasti.
—¿Qué autores podrían decirse influenciados por Urzagasti?
—Podría mencionar a Juan Pablo Piñeiro, Alan Castro Riveros, Rodrigo Urquiola Flores (a quien estoy empezando a leer), Giovanna Rivero y también a escritores como los hermanos Loayza y Alison Spedding. Urzagasti no sólo se dedicó a escribir sino que también fue un gestor cultural que colaboró (desde Presencia Literaria) en la visibilización de muchos escritores entre los que destaco a autores consagrados como Edmundo Paz Soldán.