Kollamarka, el grupo que en cuatro décadas tendió puentes entre lo rural y lo urbano
El 23 y 24 de octubre se presentan, a las 19.00, en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez en La Paz.
Entre canciones y canciones, Kollamarka compartió la historia de sus cuatro décadas de trayectoria y animó, a base de ritmos nacionales, el viernes musical del Piedra, Papel y Tinta de La Razón y Extra, conducido por Claudia Benavente.
Tres integrantes —Armando Portugal, Milton Pareja y Marco Mujica— visitaron la montaña Santa Rita donde se ubican las oficinas de La Razón. Esta vez no solo se escucharon los teclados de los periodistas, también los instrumentos y las voces del grupo nacido hace más de 40 años, en 1978.
“Hemos empezado con los ensayos y reuniendo a la gente. Interpretábamos la música de tropa; es decir, música autóctona. Necesitábamos unas 25 personas, por eso decimos que por Kollamarka pasaron más de 200 músicos”, contó Portugal, junto a su concertina. “Siempre quisimos mostrar la variada gama de Bolivia, mostrar la parte autóctona y realzarla a través de los instrumentos que conseguíamos en las mismas comunidades y gracias a los comunarios”.
La gente del pueblo enseñó sus saberes a los músicos de la ciudad. “Hicimos así un puente de lo rural a lo urbano. En 1979 hemos ingresado a las parroquias, como no éramos conocidos, no podíamos ni ingresar a la Casa de la Cultura, donde tocaban grupos de élite con música sofisticada. Estuvimos en la parroquia Don Bosco, en Achachicala, en Santa Rita, en Fides, en San Gabriel…”, recordó.
El nombre del grupo tiene su propia historia, ligada también a la reciprocidad. “Pueblo de curanderos, así es como denominaron los incas a los kallawayas. Kolla (o colla) quiere decir curar y marka es ciudad, pueblo”, cuenta Portugal. De esta leyenda surge el nombre, pensando que “en aquel tiempo eso constituía un intercambio entre regiones y nosotros hacíamos algo similar”.
La música, de a poco, dejó de ser improvisada y empezó a consolidarse hasta convertirse en un referente cultural en la región. Y para demostrarlo, interrumpieron su relato e interpretaron la clásica cueca Cholita Paceña: “quisiera tener, cholita paceña/ ay, porque sabe querer/ y es una buena mujer”, sonó con Mujica en el charango y la voz.
Un recorrido por la música autóctona, criolla y las estudiantinas
Le siguió una melodía de San Juanito, tema ecuatoriano, titulado Amores Hallarás: “Ay amor, amores hallaras/ amores hallaras/ pero como el mío jamás, jamás”.
“Compartimos mucho con los compañeros de Ecuador, grupos que querían conocer nuestra cultura y se quedaban varios meses acá. Compartíamos la música y por ende los escenarios. Y aunque nos criticaron músicos del país, nosotros buscábamos también interpretar la música andina en general”, dijo Portugal.
Hoy, nueve músicos integran Kollamarka, y, en ese camino, “hemos tenido una experiencia muy linda, porque hemos empezado con música autóctona y posteriormente la música criolla. También hemos dado inicio a las estudiantinas recopilando memoria”.
“Kollamarka se ha caracterizado por reunir a artistas que dejaron de ejecutar ciertos instrumentos, como la bandurria de 18 cuerdas, similar a una mandolina. Dentro del grupo, el único que ejecutaba era don Enrique Chacón y nos dejó ese legado”, añadió.
Primero en vinilos y después en CD, Discolandia reunió gran parte de una extensa producción musical que hoy está disponible en YouTube, como sucede con Mi Chiquitín, tema que tocaron en vivo para su público.
Antes de despedirse coreando y rasgueando cuecas y huayños, los músicos invitaron a sus seguidores a encontrarse en su próximo recital. El Teatro Municipal de La Paz vuelve a acoger al grupo y sus espectadores el 23 y 24 de octubre. Los artistas rendirán homenaje a La Paz, ambas jornadas, a las 19.00. Las entradas pueden reservarse en contacto con el número 70678709.