Es febrero de 1980, periodo de dictadura. Un mes después de la firma del pacto con la dictadura de Klaus Barbie con García Meza, se encuentra el cuerpo del jesuita Luis Espinal, denunciante de abusos por parte del gobierno. En este contexto se enmarca la película El novio de la muerte (Fuentes Audiovisuales-Mia Producciones) de Marcos Malavia que se estrena el jueves 28 de octubre y que con esta cinta debuta como director.
“Hubo varios intentos en la escritura del guion, como es habitual en todo largometraje. Pero la llegada en ese proceso de Amélie Dumetz, me permitió llegar a una versión que me pareció que traducía totalmente la voluntad que tenía la película la de oscilar entre la trama de los personajes y la necesidad indagar los hechos históricos relacionados con el asesinato de un sacerdote en la década de 1980”, dice Malavia.
“Luis Espinal, el personaje sobre el que se construye esta película, es un símbolo de libertad y democracia en Bolivia. Siempre he escuchado hablar de él como una figura que ha hecho el sacrificio de dar su vida por la democracia. Mi niñez estuvo marcada profundamente por la dictadura y los golpes militares que vivió Bolivia hasta los años 80. En mi opinión, uno de los personajes junto a Quiroga Santa Cruz que encarnan mejor la lucha por la libertad y la justicia fue el sacerdote Espinal, quien fue detenido torturado y ejecutado”, añade.
El título de la película surge de un grupo paramilitar de la época. “En este crimen estuvo involucrado el criminal nazi Klaus Barbie, que formó el grupo paramilitar Los novios de la muerte, el nombre del grupo viene de una evocación a el himno de las brigadas franquistas de España. Este asesinato no resuelto fue para mí la fuente de inspiración y la necesidad de realizar una película que proponga un trabajo sobre la memoria de este periodo oscuro que vivió Bolivia”, dice.
La historia no se cuenta a través de un documental. Es la ficción el mecanismo de remembranza de Espinal. “Siempre visione contar esta historia desde el punto de vista de la ficción, creo que es debido a mi recorrido artístico y en este caso principalmente al de la escritura, pienso que el cine es una forma más de narrativa como el de la poesía o de la novela, pero esta se realiza atreves de las imágenes. El campo del documental por su naturaleza excluye la posibilidad de la elaboración mágica que da el imaginario y al mismo tiempo que cada espectador pueda crear de alguna manera su propia narración”.
“Para llegar a transmitir lo que yo deseaba que va más allá de los hechos históricos y que cuestiona la realidad actual de Bolivia con una generación de personajes que hoy están confrontados a otras realidades, para mí era necesario pasar por la ficción”.
Malavia es autor, actor y director boliviano. Se formó en Francia, en la Escuela Marcel Marceau y la Compañía Renault-Barrault. Trabaja como asistente de dirección en la Ópera de París, en el Teatro de Rond-Point y con el Grupo TSE dirigido por Alfredo Arias. Junto con Sourus, creada entre 1991, realiza una veintena de producciones representadas en diversos escenarios de Francia, España, Bélgica, Brasil, y Bolivia. Funda la primera Escuela Nacional de Teatro en Bolivia.
Reynaldo Yujra, Marcos Vecin, Antonio Peredo, Amélie Dumetz, Carlos Ureña, Marcelo Sosa y Ariel Vargas forman parte del reparto.
La película estará disponible en las salas de los cines nacionales.