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Natalia López: ‘El cine fue un amor que mi padre me inculcó’

La cineasta boliviana Natalia López Gallardo vive en México desde sus 18 años.

Aunque el cine siempre estuvo presente en su vida, fue en México —donde radica desde hace 24 años— que decidió hacer un giro en la trama. Natalia López Gallardo es la primera boliviana en ganar un premio en el Festival de Cine de Berlín.

La paceña llegó a ese país para continuar con sus estudios de arquitectura, pero al final se decidió por el cine, arte que su padre, el recientemente fallecido videasta Eduardo “Chichizo” López, le infundió desde niña.

Manto de gemas, un retrato de la violencia del crimen organizado en México, no solo es su ópera prima, también es el resultado a su dedicación. Desde esa ciudad, la cineasta habló con La Razón para contar sus emociones luego de recibir un premio que el país siente como propio.

—Es la primera boliviana en ganar un premio en la Berlinale, ¿cómo recibió la noticia?

—Cuando me contaron que la película fue seleccionada, me sentí muy agradecida. El agradecimiento fue creciendo en la medida en que sucedió el festival, porque la recepción fue muy buena. Tomaron la película con la intención con la que la mandamos y el premio fue algo realmente emocionante e inesperado. Esto ayuda a que más gente vea la película, que es el objetivo primordial.

—Sobre su residencia definitiva en México, ¿cuándo y por qué se fue de Bolivia?

—Me fui de La Paz cuando tenía 18 años. Terminé el colegio e hice un año de arquitectura en la Universidad Católica. Llegué a México a continuar con esa carrera y me di cuenta de que no era la vida que quería llevar proyectándome al futuro. Entonces entré a la Escuela de Cine y desde ese momento empecé a trabajar en montaje, que es lo que he hecho en los últimos 20 años en México.

—Su padre, Eduardo López, fue un importante cineasta y gestor, quien lamentablemente no tuvo la posibilidad de verla recibir el premio. ¿Cuánto ha influido él en su decisión de tomar ese otro camino que, finalmente, resultó ser el correcto?

—Influyó de manera definitoria, pero nunca parcial. O sea, mi papá nunca me obligó o nunca fue irracional en que siga sus pasos. Veía, por lo menos, una película todos los días durante la etapa que estuve con él. Me acuerdo que desde niña me preguntaba qué opinaba, qué había sentido, qué me parecía tal filme y me ponía otra película del mismo autor.

—Su camino en el cine se inició en el recorrido con su padre…

—Sí, fue un amor que me inculcó. Lo acompañé mucho a sus viajes por el Altiplano cuando hacía más documental antropológico y estaba focalizado en el movimiento indigenista. Creo que por ahí entró el cine en mí y cuando decidí estudiar cine me parecía algo muy natural.

—Es boliviana, pero la consideran mexicana, ¿adquirió esa nacionalidad?

—Sí, tengo la nacionalidad mexicana desde hace bastante tiempo. Ya llevo casi 25 años viviendo en México, casi la mitad de mi vida. Mi universo de imaginación y mi familia están aquí. Es mi casa.

—México es un país con una importante industria cinematográfica, ¿siente que su propósito se facilitó al producir allá?

—Definitivamente. Es realmente enriquecedor para los creadores mexicanos que existan fondos del Estado a los que cualquier persona como yo pueden acercarse.

—¿Trabaja en algún otro proyecto actualmente?

—Tenemos unos estudios de producción en Tepoztlán, Morelos, en el campo y ahora no estoy con otro proyecto vigente. Acabo de terminar la película y viajé a Berlín con la película en las manos.

—El premio se celebró con mucho orgullo en Bolivia, ¿cómo se siente al respecto?

—Yo también me siento orgullosa por causarle algo de alegría al país y a la gente que le gusta el cine.

—¿Hay la posibilidad de que el filme se vea en Bolivia?

—Me encantaría hacerlo. Quiero proyectarla en La Paz y Santa Cruz, espero que este mismo año y tengo mucha ilusión de poder platicar con la gente allá.

—El cine nacional pasa por un buen momento, ¿tuvo la posibilidad de ver alguna de las recientes producciones?

—La última película que vi y que realmente me fascinó es El gran movimiento. Admiro mucho a Kiro Russo por su libertad creativa y su ingenio, además del manejo del lenguaje. El filme me conmovió muchísimo.

—¿A quién le dedica el premio?

—Dediqué la película a mis hijos y a mi esposo Carlos (Reygadas), que fueron los que me acompañaron de manera incondicional y muy amorosa en el proceso. Y justo ahora que estoy trabajando en los créditos, me gustaría ponerle una dedicatoria a mi papá.

Premios y proyectos de la realizadora.

En México, Natalia López fue nominada a un premio Ariel por su trabajo como editora en Luz silenciosa (2008), de Carlos Reygadas.

En 2014 fue nominada dos veces al Premio Iberoamericano de Cine Fénix por su participación tanto en Jauja, de Lisandro Alonso, como en Helí, de Amat Escalante. Los largometrajes mencionados previamente obtuvieron importantes premios y reconocimientos en el Festival de Cine de Cannes de 2007, 2013 y 2014.

Entre 2016 y 2017, trabajó como actriz principal en la última película de Carlos Reygadas, Nuestro tiempo, que se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Venecia de 2018. Ese mismo año (2016), obtuvo la prestigiosa beca FONCA para la escritura de Manto de gemas, su primer largometraje.

Perfil.

Nombre: Natalia López Gallardo

Nació: La Paz, 1980

Profesión: Actriz, editora, montajista y directora de cine

La realizadora de cine boliviana nacionalizada mexicana ha trabajado en importantes proyectos de cineastas y productores como Lisandro Alonso, Amat Escalante, Jaime Romandía y Carlos Reygadas. Este último es su esposo, a quien conoció cuando estuvo a cargo de la edición del filme Luz silenciosa.

Histórico fue lo que consiguió la cineasta boliviana al ganar el Oso de Plata, premio del jurado del Festival Internacional de Cine de Berlín (Berlinale), uno de los encuentros cinematográficos más importantes del mundo con Manto de gemas, su primer largometraje. Desde México, la paceña compartió su experiencia luego de obtener el reconocimiento