Alandino, el rapero que hace cumbia para bailar y protestar
El cantautor empezó haciendo improvisación en las calles.
Imagen: ALADINO
Interpreta diferentes líricas e improvisaciones raperas, pero con música cumbia. Sus letras reflejan las problemáticas sociales de hoy, y con música tropical, el artista Alandino transmite mensajes de protesta y hace bailar a su público a la vez.
Sus canciones contemplan estilos externos como hip hop, reggae, reggaetón, ska, trap o vals peruano, y se fusionan con ritmos bolivianos como el huayño, cueca, kaluyo y morenada, pero siempre con la cumbia como base.
“Me gustan los géneros alternativos como el rock y otros populares, pero la música tropical es mi nexo entre la reivindicación de los saberes ancestrales y el presente que estoy viviendo como un ser nacido en esta urbe, justamente porque la música tropical nace de un movimiento contracultural de afrodescendientes y pueblos indígenas en reivindicación”, contó el artista.
Alán Gálvez Fernández (34) se autonombró Alandino en 2012, por sentir un vínculo con la cultura quechua y la cordillera de los Andes, y estar convencido de que por sus venas corre sangre andina y de sus ancestros. Ya en 2015 conformó la banda con el mismo nombre y comenzó a difundir sus mensajes en ritmo tropical.
“Elegí hacer cumbia, porque es un género musical estigmatizado por algunos sectores sociales o clases sociales. Elegí la cumbia porque me considero un ‘cholo’, un cumbiero, un ‘chojcho’. Así me he criado y amo ese ambiente, es parte de mi identidad”, agregó Gálvez.
Con una formación musical empírica, Alandino inició su caminar artístico haciendo rap en calles y plazas. Con el paso del tiempo formó parte de Amarte, un trío de música urbana; de “Llamacatarsis”, donde aprendió a tocar la guitarra y es base de la instrumentalización de sus composiciones. También fue parte de Mara Cultiva, agrupación de reggae y ska.
Con su banda compone singles que hablan de “temáticas vinculadas a violencia de género, medio ambiente, respeto a la Madre Tierra y en lo posible a todos los seres vivos, respeto y amor a la vida, y sobre todo, busco mucho mejorar el autoestima, que ese dolor que sentimos, trascienda en redención”, aseguró.
A Gálvez acompañan Andrés Herrera en la guitarra, César Lugones (Chiocos) en la batería, Gerson Nava (Ger) en los vientos y Cristian Riveros (Chichas) en la percusión y coros.
FUTURO.
Para Gálvez, Alandino es un proyecto de sanación personal y colectiva, pero a la vez, dentro su espiritualidad, reconoce y acepta que el dinero es parte indispensable del vivir bien, por lo que es necesario cobrar por el trabajo que realiza. No obstante, prima lo espiritual y la significación que le da la música a su vida.
“Siento que estoy curando de muchos trastornos, muchas heridas espirituales y psicológicas, porque nací en una sociedad que acarrea trastornos genéticos, sociales, de la familia, la escuela, el Estado y el sistema patriarcal en el que nos han criado”, añadió.
El artista tiene publicadas más de 20 canciones, de las cuales Ají de lengua (con Kaypi Rap) y Discrimínamela ésta son sus temas más sonados. Sin embargo, tiene hambre de éxito y planea cruzar las fronteras con su música.
“Tengo alrededor de 30 canciones más, y pretendo publicar una nueva cada tres semanas durante todo el año. Queremos sacar el álbum llamado Cumbias pa’ dejar de sufrir y un video musical, de la canción Zombi. Soñamos con tocar y explorar Argentina, Chile, Colombia, Perú, México, Venezuela y otros países”, indicó Alandino.
“Estoy agradecido con todas las personas que hacen que este proyecto pueda crecer cada vez más. Como reciprocidad, puedo darles mucha más música, en la cual trato de mostrar e informar a la gente y a mí mismo, las razones de hacer música cada día. “¡Jallalla!”, afirmó el músico sobre lo que vendrá a futuro.