Icono del sitio La Razón

Tango en vivo como terapia en Uruguay

Voluntaria que baila tango en una clínica de Montevideo. Foto: AFP.

Voluntaria que baila tango en una clínica de Montevideo. Foto: AFP.

Al compás del bandoneón, Olga repiquetea los dedos sobre el brazo del sillón, en el que pasa largas horas cada semana. Cuando meses atrás supo que sus riñones fallaban, vio venir un futuro desolador. Pero escuchar tango y milonga en vivo mientras recibe tratamiento le devuelve las «ganas de vivir».

Son las nueve de la mañana y esta mujer de mirada dulce, activa pese a sus 85 años, comparte con una veintena de personas la sala de hemodiálisis de una clínica en Montevideo.

Los pitidos de los aparatos médicos que depuran su sangre y las conversaciones de las enfermeras desaparecen bajo los acordes de Naranjo en flor.

La función apenas empieza y en los rostros somnolientos se dibujan las primeras sonrisas.

«Esto es más que medicina», dice Olga Díaz, quien debe someterse a estas sesiones tres veces por semana en el centro renal Diaverum, adonde acuden pacientes de toda la ciudad y sus alrededores.

«Yo había caído en una rutina. Hacía las cosas, pero no con el entusiasmo de siempre», cuenta. «La música me volvió a dar vida al alma y ganas de vivir, alegría, entusiasmo, esas cosas que se estaban apagando».

A unos metros de ella, Rafael Gutiérrez (46) agradece que con estos pequeños espectáculos «los tiempos se acortan muchísimo» y estar aquí «anclado» se hace «mucho más llevadero».

Otros pacientes crónicos también dan fe de que esta experiencia ha mejorado su calidad de vida.