Comerciantes en La Meca esperan recuperarse tras dos años de covid
La peregrinación a La Meca es uno de los cinco pilares del islam. Todos los musulmanes deben hacerla al menos una vez en su vida, si disponen de los medios necesarios.
Peregrinos musulmanes se acercan a la Gran Mezquita de La Meca, en Arabia Saudita. Foto: AFP.
“La actividad se está recuperando, gracias a Dios”, dice con alivio Abdalá Mekhlafi en su tienda de alfombras de oración en La Meca, ciudad santa del oeste de Arabia Saudita, que este año acoge a su mayor número de peregrinos desde que estalló la pandemia de covid-19.
Los dos años de drásticas restricciones vaciaron las tiendas y hoteles de la región, pero con el regreso de los peregrinos esta semana para la peregrinación a La Meca o ‘hach’ los comerciantes esperan recuperarse.
“Tuvimos muy pocos clientes” en las últimas dos temporadas, pero ahora «es como antes, o incluso mejor», dice Mekhlafi.
Este año se autorizó el ingreso de un millón de fieles, de los cuales 850.000 vienen del extranjero. En 2021, las autoridades sauditas sólo autorizaron a 60.000 fieles a realizar la peregrinación, todos sauditas, y a apenas 1.000 el año anterior, para limitar la propagación del virus.
En 2019, antes de la pandemia, 2,5 millones de musulmanes del mundo entero cumplieron con este rito.
Una “enorme diferencia”
El hach, que cuesta a cada peregrino unos 5.000 dólares, y la umrah (pequeña peregrinación, que puede realizarse en cualquier momento del año), son una importante fuente de ingresos para las compañías aéreas y las agencias de viajes del reino.
Aportan normalmente unos 12.000 millones de dólares al año a Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo del mundo.
Tras un “boom” de la construcción de centros comerciales, apartamentos y hoteles de lujo, la actividad en La Meca disminuyó desde el inicio de la pandemia.
Pero ahora, el barrio cercano a la Gran Mezquita, donde está ubicado el principal centro comercial de la ciudad y varios hoteles, está abarrotado de peregrinos.
“Hay una enorme diferencia entre este año y los precedentes. Este año hay muchos peregrinos, que devuelven su gloria a la Gran Mezquita”, dice Amine, un vendedor de perfumes de 32 años.
“Sufrimos importantes pérdidas, pero nos estamos recuperando”, añade.
40% del nivel de 2019
Durante la pandemia, la caída del precio del petróleo obligó a Arabia Saudita a adoptar medidas de austeridad. Pero con la subida de los precios del barril, sobre todo tras la invasión rusa de Ucrania en febrero, la situación cambió totalmente.
La economía saudita experimentó en el primer trimestre del año su mayor crecimiento en diez años, rozando el 10%, impulsada por el sector petrolero.
“Las pérdidas en los últimos dos años fueron importantes, pero comenzamos a entrever una recuperación, y el (hach) este año es una buena noticia”, afirma Salem Ali Shahran, director de operaciones de la mayor cadena hotelera de La Meca.
“Estamos a 40% (de ocupación) en relación a los niveles de 2019. Esperamos mejores cifras en los próximos años”, agregó.
El FMI pronostica un crecimiento de 7,6% en el reino en 2022.
El príncipe heredero Mohamed bin Salmán, que dirige el reino de facto, busca desde 2017 acelerar la diversificación de la economía saudita, apostando sobre todo en el turismo.
Arabia Saudita espera recibir este año tres veces más visitantes extranjeros que en 2021, es decir, 12 millones, según dijo a la AFP en junio el ministro de Turismo, Ahmed al-Khatib.
Y para 2030 aspira a recibir a 100 millones de turistas, extranjeros y nacionales.